Resumen
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Si nos referimos a una escultura o edificio: el equilibrio es el estado de un volumen sometido a una serie de tensiones que se contrarrestan entre sí, sin caerse. Proporcionando estabilidad. Lo contrario es desequilibrio.
Si nos referimos a las partes que componen una escultura o un edificio: es la proporción y armonía entre los elementos dispares que integran un conjunto.
Un volumen puede encontrarse en equilibrio estático, dinámico, o en desequilibrio.
Cuando percibimos equilibrio nos produce una agradable sensación de paz, el desequilibrio nos incomoda.
- El equilibrio dinámico es la permanencia e invariabilidad de la composición, basada en la ley de la compensación de masas. Podemos distinguir:
- Jerarquización de las partes.
- La naturaleza de los elementos.
- El contraste lumínico y cromático.
- El desequilibrio también se usa de forma consciente para producir ciertas sensaciones en el espectador.
- Entendemos por equilibrio estático la sensación de reposo de una escultura o un edificio. Hay cuatro formas fundamentales:
- La ortogonalidad
- La simetría
- La repetición de elementos y
- La modulación del espacio en unidades regulares
- Ritmo es una sucesión regular y armónica de formas visuales o táctiles. Es un elemento compositivo, activo, dinámico, expresivo y estético.
- No podemos dejar de mencionar el movimiento real como un elemento dinámico en sí mismo.
- En el ámbito de lo artístico, las tensiones son sensaciones que nos producen fuerzas producidas por el reparto de dichas direcciones y pesos de las formas, que tienden a desequilibrar o a romper imaginariamente una escultura o cuerpo tridimensional por determinados puntos o zonas sin que esto llegue a producirse.
- Las estelas, huellas o rastros, ya sean visuales o materiales, son indicio de movimiento.
- La definición de unas partes dentro de un conjunto, hace que nuestra vista se dirija hacia dichas partes definidas antes que a las no definidas; es decir, lo definido atrae nuestra atención en primer lugar.
- En ocasiones el dinamismo viene producido por cambios en las condiciones de luz o formas lumínicas de la obra artística. Las zonas mayormente iluminadas son centros de atención, las no iluminadas o tenues llaman menos la atención.