Resumen

El siglo XIX nos dejó un magnífico legado artístico que va desde la música hasta el cine, pasando por la moda y el mobiliario. Conceptos como industrial, ecléctico, enérgico, tradición, innovación, oriental… son típicos de esta centuria.

Beethoven en 1823 Retrato de Chopin por Delacroix, 1838

Beethoven en 1823

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Retrato de Chopin por Delacroix, 1838

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Por su actitud ante el mundo, Beethoven se convirtió en el modelo por excelencia del movimiento musical romántico, dotando de fuerza y energía a la música contemporánea, dejando piezas inmortales como su sonata Patética y sus sinfonías Quinta y Novena.

El piano fue el instrumento protagonista de toda la centuria.

Con el Romanticismo surgen los nacionalismos musicales, que reivindican a través de su folklore y tradiciones los valores propios de esos pueblos. Destacaron compositores como el polaco Chopin, el finlandés Sibelius, el checo Dvorak y el ruso Korsakov.

La ópera y la danza fueron los espectáculos más populares, construyéndose teatros para albergar a dichos espectáculos por toda Europa. La ópera conoció su mayor apogeo de la mano de dos genios indiscutibles en este campo, como fueron Verdi y Wagner. Verdi evolucinó desde el Bel Canto hasta el verismo, creando magníficas composiciones que siguen gustando hoy día. Wagner creó lo que él denominó obra de arte total, fusionando la música, el canto, la literatura y la pintura para crear fastuosas representaciones que aún hoy nos siguen fascinando. 

Cantantes de ópera hacia finales del siglo XIX

Cantantes de ópera hacia finales del siglo XIX

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La zarzuela brilló en España como su género popular y distintivo por excelencia. En las zarzuelas el pueblo se divertía y emocionaba, se aprendía las canciones de memoria para no dejarlas da cantar por las calles y las escuchaban de nuevo en los cabarets en forma de cuplés. Las zarzuelas se dividían en géneros grande y chico, y las compusieron músicos como Chueca, Chapí y Bretón.

La fotografía nace tras siglos de ensayos con sustancias fotosensibles, como las sales de plata, y gracias a inventos anteriores como la cámara oscura y la cámara estenopeica. Con el daguerrotipo asisitimos a la aparición de la primera estampa fotográfica, y los avances y mejoras en la técnica de la fotografía no dejaron de sucederse, apareciendo el calotipo, ferrotipo, película de negativo enrollable y el autocromo que permitía capturar los colores.

Daguerrotipo de una vista de Madrid hacia 1854 El cinematógrafo Lumiére

Daguerrotipo de una vista de Madrid hacia 1854

Imagen de C. Teixidor en Wikipedia bajo licencia de CC

El cinematógrafo Lumiére

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Gracias a la fotografía surge a finales del siglo el cine, con precursores como la linterna mágica, el zoótropo y la fotografía en movimiento o cronofotografía. Los hermanos Lumiére proyectan la primera película en 1895, y otros precusores serán Meliés, Chomón y Pathe.

Caricatura de un dandi hacia 1820

Caricatura de un dandi hacia 1820

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Con el auge de la burguesía aparece una moda pensada para ellos. Los hombres se visten con ropa de calidad y líneas austeras, mientras que las mujeres prefieren adornos, grandes sombreros, peinados y vestidos que van desde los sencillos de inspiración neoclásica a la aparición del corsé y el miriñaque. 

En las primeras décadas de 1800 surge en Inglaterra el llamado estilo Regency o Regencia, caracterizado por líneas clásicas pero opulentos adornos y materiales nobles. Hacia 1830 el estilo se vuelve algo más orientalizante, cuyo mejor ejemplo es el Pabellón Real de Brighton. La silla Sheraton de esa época se fabrica aún hoy.

Plaza Regencia, en Brighton La Bolsa de Bruselas

Plaza Regencia, en Brighton

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La Bolsa de Bruselas, ejemplo

de estilo Segundo Imperio

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En Francia, con el advenimiento del segundo imperio surge el estilo Napoleón III  caracterizado por el eclecticismo, el lujo y la opulencia y el uso de materiales importados como el bambú. Hubo una moda de dorar los muebles al mercurio que se prohibió debido a su alta toxicidad.