Factores de la localización industrial

Sobre las causas de esta localización, suele establecerse un cuadro de factores como este:

  1. Existencia de recursos naturales, que en la actualidad, dado el desarrollo de las comunicaciones y del mercado mundial, es bastante irrelevante.
  2. Transporte y comunicaciones que facilitan el acceso a mano de obra, consumidores, materias primas, etc. Es un factor importante a dos niveles:
      - Las empresas buscan los grandes nudos de comunicaciones para establecerse para garantizarse la accesibilidad a esos mercados.
      - Las empresas utilizan las redes de transporte y comunicaciones para crear redes en las que buscar localizaciones eficientes y externalizaciones.
  3. Mano de obra: es uno de los factores de localización más relevantes. Se buscan varios factores: cantidad de mano de obra disponible, cualificación de la misma, costes (salariales y laborales), baja conflictividad (conflictos, nivel sindicación).
  4. Las economías de aglomeración (servicios técnicos, información, centros de decisión) se ponderan con las deseconomías de congestión (elevados costes salariales, mayor conflictividad, congestión de tráfico, etc.)
  5. Cercanía a los mercados: especialmente importante para los productos dirigidos a la venta masiva.
  6. Proximidad a la innovación, para actividades DTCM y DCTA.
  7. Factores políticos y sociales, como ayudas, ventajas fiscales, repatriación de beneficios, legislación laboral, estabilidad política, costes medioambientales
  8. Calidad medioambiental. Es un factor que atrae a ciertas actividades de alto contenido tecnológico.
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En España, la localización industrial es heredera de tres procesos clave en los que participan algunos de estos factores:


1. La industralización española. Su punto de partida tuvo dos elementos fundamentales:

  • Un débil y desestructurado mercado interior que orientó a las escasas empresas industriales hacia los mercados exteriores, lo que facilitó la localización de los dos principales focos, Barcelona y País Vasco, en el litoral.
  • Un notable déficit de tecnología y capitales que hizo que las empresas buscasen todo tipo de economías, entre las que se encontraban las de aglomeración. El resultado fue la concentración de la actividad industrial en unos pocos focos: Barcelona y su hinterland, el litoral vasco, Valencia, Zaragoza y Madrid (con algo de posterioridad), mientras el resto del territorio quedaba como un territorio cuyo papel era abastecer de mano de obra (éxodo rural) y de alimentos a las ciudades industriales.

 


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2. En los años sesenta del siglo pasado, comenzaron a ponerse de manifiesto las primeras deseconomías de congestión, paralelamente fue calando la conciencia de la necesidad de llevar a cabo las primeras políticas de Ordenación Territorial, que buscaban un mejor reparto de los recursos por el territorio. Así, los llamados “Planes de Desarrollo” elaborados por los gobiernos franquistas, buscaron una cierta desconcentración industrial, llevando la actividad industrial a algunas zonas del interior (zonas del valle del Ebro, entorno de Valladolid), Huelva y Cádiz, y el litoral atlántico gallego.

 

 

La crisis, desatada a partir de 1973, reforzó estas tendencias desconcentradoras: muchas empresas industriales quebraron, y otras iniciaron procesos de reconversión, muchos de los cuales buscaron nuevas localizaciones, donde había mano de obra más barata y menos problemas de congestión, aunque siempre a lo largo de las vías de comunicación. Así:

  • Comenzaron las deslocalizaciones de Madrid, Barcelona y de la zona valenciano-alicantina.
  • El antiguo “eje cantábrico” entró en una profunda crisis que supuso su ruptura, apareciendo, a partir de 1995-6, un eje vasco que deslocalizaba hacia las provincias limítrofes (Cantabria, Burgos, La Rioja, Navarra, Soria…).
  • El eje del Ebro cobraba vitalidad recibiendo el impulso de las deslocalizaciones vasca y barcelonesa.
  • Valladolid se reforzaba
  • El litoral atlántico gallego aprovechaba las ventajas de sus relativos bajos costes laborales para reconvertir su industria.
  • Andalucía occidental conjugaba las ventajas de sus relativos bajos costes laborales con la falta de competitividad de algunas de las actividades industriales que alojaba.
Paralelamente, en los años ochenta, las industrias del automóvil europeas, vieron en el mercado laboral español oportunidades para establecerse y comenzaron a establecerse en nuestro territorio, dando lugar a los lógicos eslabonamientos. Así aparecieron por el litoral gallego, por Sagunto, por Valladolid, por Navarra, por Zaragoza, etc.

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3. A partir de la segunda mitad de los noventa, a la par que se reforzaba el proceso de globalización, comenzaron importantes procesos de deslocalización, que:

 
  • Restaron actividad industrial a los tradicionales focos (salidas hacia el extranjero y hacia zonas del interior español atractivas por sus bajos costes y buenas comunicaciones).
  • Llevaron actividades industriales desde esos focos a nuevas localizaciones españolas, tanto en zonas próximas y/o bien comunicadas con los focos tradicionales como en zonas del interior que cumpliesen ese requisito.