Historia inicial
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Imagen en pixabay de ju_sajjad0. Dominio público |
Fiti e Iñaki son dos buenos amigos que, siempre que pueden, se reúnen para tomar una caña y jugar a los dardos. Puede parecer un sencillo juego de salón, pero ser un buen jugador de dardos no es tan fácil como parece. Para atinar en el centro de la diana son importantes la dirección y el sentido del lanzamiento y la fuerza con que se lance. Eso sí, la masa y la longitud del dardo no varía, lo que facilita los cálculos.
Fiti se va a mudar y cómo no, su amigo se ofrece a ayudarle. El traslado de las cosas se hará con una furgoneta de alquiler. Como la casa antigua y la nueva están en distintas localidades, consultan mapas para ver cuál es la trayectoria que más les conviene. No es sólo cuestión de que el recorrido sea más corto. También hay que tener en cuenta que tendrán que hacer varios viajes, y que algunos serán en hora punta, por lo que el tiempo que tardarán en cada uno será diferente. Además, hay trayectos que se pueden hacer por autopistas, a velocidad constante y otros por ciudad, lo que obligará a frenar, acelerar, pararse. Es una pena que no puedan hacerla en moto, porque se desplazan más deprisa, claro y ya se sabe, ¿no? Cuanto más rápido vas... pues menos tiempo tardas en llegar.
El día de la mudanza trabajan duro. Hay que coger las cajas, llevarlas a la furgoneta, descargarlas y meterlas en el nuevo piso. Las más ligeras las pueden levantar a peso, pero las más grandes y pesadas deciden moverlas con una carretilla. El sofá, como era de esperar, es el que más problemas les da. Empiezan empujándolo, pero al final deciden que es mejor arrastrarlo metiendo una manta debajo y tirando de ella. Para pasarlo por la puerta tienen que levantarlo, girarlo, y aún así, pasa justo, justo, rozando el marco.
Acaban agotados, pero aún les queda fuerza para ir a tomarse unas cañas y jugar una partida de dardos.