3.3. Las guerras de religión
En la Europa del siglo XVI, las cuestiones de Fe no pertenecían exclusivamente al ámbito privado, sino que representaban toda una cuestión de Estado. Esto no nos debe parecer demasiado extraño hoy día, ya que lo mismo viene ocurriendo actualmente en numerosos países, sobre todo del continente africano y asiático, aunque también en algunos europeos. No olvidemos el enorme componente religioso que tuvo la reciente Guerra de los Balcanes, sin ir más lejos.
Carlos V contra los Príncipes Protestantes
Los príncipes y ciudades libres alemanas vieron la simpatía de la población hacia las reformas como una oportunidad para encauzar sus ansias autonomistas. Tras unos acercamientos entre los príncipes luteranos y el emperador en las Dietas (parlamento del Imperio) de Worms y Spira, finalmente Carlos V condenó el luteranismo en la Dieta de Augsburgo de 1530, con lo que los príncipes abandonaron el parlamento y la guerra entre católicos y protestantes se convirtió en irremediable.
Por un lado estaban los príncipes protestantes, bien organizados en la Liga de Esmalcalda con el apoyo del estado católico de Francia y de una población que creía que luchaba por la libertad y la verdadera religión. Por el otro, el emperador Carlos V, con un gran ejército financiado por Castilla y con el apoyo del Papado y del príncipe protestante Mauricio de Sajonia (quien más tarde se cambiaría de bando).
La guerra se desarrolló entre 1546 y 1547 y aparentemente terminó con la fácil victoria de los católicos en la batalla de Mühlberg, tras la que se propuso una especie de solución provisional al conflicto religioso a la espera de que se desarrollase el Concilio de Trento.
Pero en 1552 los protestantes reiniciaron el conflicto derrotando al emperador que se verá obligado a negociar con los rebeldes y a renunciar a su idea de unidad religiosa alemana, firmando en 1555 la llamada Paz de Augsburgo, un acuerdo en el que se aceptaba la coexistencia de las dos iglesias bajo el principio de cuius regio eius religio (cada comunidad debía practicar la religión de su rey, príncipe o señor). A consecuencia de esto, Carlos V desvinculará España del Imperio. Su hermano Fernando I le sucedería como emperador y su hijo Felipe II sería el heredero de la monarquía hispánica.
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Carlos V en Mülhberg Imagen de Dcoetzee en Wikipedia. LicenciaCC. |
Selllo conmemorativo del IV aniversario de la Liga de Esmalcalda Imagen de Senkder en Wikipedia. Licencia CC. |
Importante
En la edad moderna, religión y política iban siempre de la mano. De esta forma, es natural que la aparición y difusión de los nuevos movimientos religiosos terminaran por provocar el estallido de conflictos bélicos.
Uno de estos enfrentamientos fue la Guerra del emperador Carlos V contra los príncipes alemanes que se habían convertido al protestantismo. El emperador no aceptaba la presencia en su territorio de una religión que no fuera la católica, por lo que se produjo el conflicto armado entre las tropas imperiales y la Liga de Esmalcalda. La guerra pasaría por varias fases hasta que, finalmente, se firmara la Paz de Augsburgo en 1555 y se aceptara el principio de que cada territorio debía practicar la religión de su señor, príncipe o monarca. Esto fue un duro golpe para Carlos V, quien a partir de entonces desvincularía a España del Imperio.
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Cruz Hugonote, actual símbolo de la iglesia evangélica en Francia Imagen de Syryatsu en Wikipedia. Licencia CC. |
Guerras de Religión en Francia
Se llama así a los ocho enfrentamientos que se produjeron entre 1562 y 1598 en el reino de Francia a causa de las disputas religiosas entre los católicos y los protestantes (conocidos en Francia como hugonotes).
La situación religiosa en Francia a mediados del XVI se había radicalizado mucho. Los calvinistas eran brutalmente perseguidos desde el trono pero cada vez era mayor el número de hugonotes. Los enfrentamientos entre ambas comunidades empezaron a sucederse constantemente y en 1572 se produjo la Matanza de San Bartolomé, en la que un gran número de hugonotes fueron masacrados. A partir de aquí, los hugonotes pidieron apoyo a Inglaterra, los católicos a España iniciándose un conflicto que no terminaría hasta 1598 con el ascenso al trono de Enrique IV de Borbón, quien se convertiría para ello al catolicismo (París bien vale una misa) y garantizaría cierta tolerancia religiosa hacia los calvinistas. No obstante, los encontronazos entre hugonotes y Corona proseguirían hasta que en 1685 por el Edicto de Fointanebleu de Luis XIV quedara proscrita toda religión salvo la católica.
Guerra de Flandes
Las 17 provincias de los Países Bajos, que tenían un gran valor estratégico y económico, por herencia formaban parte de la Monarquía Hispánica. Así como Carlos V nacido en Gante y criado en Flandes, por lo que hablaba flamenco y era bien visto por sus súbditos, su hijo Felipe II era considerado como un rey extranjero que por otra parte amenazaba su tradicional autonomía con su afán centralizador. De modo que en Flandes se identificó el calvinismo con la identidad nacional flamenca frente al poder católico de Felipe II. Los ataques calvinistas a los católicos hizo que Felipe II enviara al Duque de Alba el militar de mayor prestigio a los Países Bajos al frente de un ejército para encargarse del problema. El resultado fue una durísima represión y el comienzo de una guerra que duraría 80 años y que arruinó a la monarquía hispánica.
El territorio se fracturó entre el sur católico (Unión de Arrás) y las regiones flamencas calvinistas (Unión de Utrecht). La guerra se internacionalizó con la entrada de Francia y de Inglaterra a favor de los protestantes. No será hasta que finalice la Guerra de los 30 Años en 1648 cuando, por el Tratado de Münster (enmarcado en la Paz de Westfalia), finalmente haya un reconocimiento expreso y oficial del reino calvinista.
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Mapa Unión de Arrás al sur y Unión de Utrecht al norte Imagen de Mooyogo en Wikipedia. Licencia CC. |
Llegada del Duque de Alba a Rotterdam en 1567 Imagen en Wikipedia. Licencia CC. |
Importante
Las Guerras de Religión de Francia y la Guerra de Flandes son otros dos ejemplos de conflictos religiosos.
El conflicto francés responde a la lucha entre católicos y hugonotes por imponer su religión en la corte y en la sociedad de Francia. Además de religiosa será una lucha en la que se verán implicadas las otras dos grandes potencias europeas de la época, los ingleses apoyando a los calvinistas y los españoles a los católicos. El enfrentamiento llegará aparentemente a su fin con el nombramiento como rey de Enrique IV de Borbón y la proclamación del Edicto de Nantes, por el cual se permitía la convivencia de ambas religiones.
En cuanto a la Guerra de Flandes, se trata de un enfrentamiento entre los habitantes calvinistas e independentistas de los Países Bajos y la católica Monarquía Hispánica de Felipe II. También será este un conflicto que se internacionalice con la intervención de Inglaterra y Francia en favor de los neerlandeses, y que quedará muy decantado a raíz del desastre de la armada invencible española en 1588, tras el que España tendría que reconocer la existencia del reino calvinista de las Provincias Unidas en la mitad norte de lo que fueron sus posesiones en Flandes.
Comprueba lo aprendido
- ¿Con qué nombre son conocidos los calvinistas de Francia?
- ¿A qué militar envió Felipe II para encargarse de la sublevación de los Países Bajos?
- ¿Qué rey tuvo que convertirse al catolicismo para ser coronado rey de Francia?