1.2. Competitividad y liderazgo

Para que un equipo sea competitivo, debemos tener claramente definidos el liderazgo y la dirección. Las dos cosas son necesarias. Mientras el liderazgo lo ejerce el entrenador, la dirección del equipo debe sostenerse sobre el equipo de trabajo. El líder debe quedar definido y claro, es el que guía, inspira y multiplica las potencialidades de cada miembro del equipo de trabajo. El equipo de trabajo es quien dirige y entrena al grupo. Detrás de un gran éxito siempre hay un gran equipo de trabajo.

Según Díaz (2012), para conseguir las condiciones de grupo eficaz se deben tener en cuenta los siguientes factores:

  • Diseño del grupo.
  • Marco organizativo favorable.
  • Favorables procesos de relación interpersonal.

Existen tantas definiciones de líder como autores tratan de dar una definición. Diferentes autores refieren cerca de trescientas definiciones distintas de liderazgo. Podemos, por tanto, señalar algunas que sinteticen las más aceptadas:

“El liderazgo es el proceso conductual que intenta influenciar a los individuos y los grupos con la finalidad de que se consigan unos determinados objetivos” (Barrow, 1977, citado por Díaz, 2012).

En resumen, un líder intenta crear y desarrollar una atmósfera, un clima, un entorno en el que cada uno de los integrantes del equipo tenga el máximo de oportunidades de alcanzar el éxito.

El líder debe rodearse del máximo talento posible en cuanto a sus colaboradores. En ocasiones, por falta de confianza personal, algunos líderes no ejercen un liderazgo positivo, rodeándose de personas con menos talento que ellos para no ver peligrar su puesto.

El rendimiento colectivo necesita de un colectivo motivado en el que el líder desarrolle al máximo el potencial de su equipo.

Hallazgo del límite. Ningún rendimiento excelente es eterno, ni estable en el tiempo. Llega un momento en el que, por errores propios o por la lógica de la ley de la vida, se produce desgaste y deterioro, y alcanzamos nuestro límite.

Debemos aceptar este hecho como algo natural que va a pasar y tratar de estar atentos, de anticiparlo para ir tomando las medidas necesarias, el cambio necesario, las modificaciones oportunas, rediseñar estrategias, para seguir alcanzando los objetivos que nos marquemos sin frenar demasiado nuestro crecimiento. Todo este proceso queda explicado de manera muy metafórica y de divertida lectura en el libro “¿Quién se ha llevado mi queso?” (Johnson, 1998).

Proceso conductual que intenta influenciar a los individuos y los grupos con la finalidad de que se consigan unos determinados objetivos (Barrow 1977, citado por Díaz, 2012).
Es la inteligencia que elige bien las metas, maneja la información, gestiona las emociones y pone en práctica las virtudes de la acción necesarias para alcanzarlas, ampliar su capacidad de acción y conseguir una mejora continua (Marina, 2019).
El líder debe rodearse del máximo talento posible en cuanto a sus colaboradores.