5. El cómic
Quién no tiene en su casa distintos libros o suplementos de cómics, quién no ha leído cómics o sigue leyéndolos, quién no ha ido al kiosco o a la papelería a por el último ejemplar de su héroe de cómic preferido.... Todo el mundo ¿verdad? Pues los cómics nacieron en esta época tan ajetreada entre el siglo XIX y el XX.
Por cómic o historieta entendemos el género artístico dentro de los medios de comunicación de masas, que integra imágenes secuenciadas con texto y que emplea una serie de recursos creando un código específico. Es español empleamos el término cómic puesto que en sus orígenes fueron tiras cómicas como suplemento de los periódicos, y no fue hasta 1917 que apareció la primera revista específica de este género en nuestro país, TBO, de ahí que también se conozcan a los cómics como tebeos.
Los más claros y recientes antecedentes del cómic son las caricaturas que aparecían en revistas y gacetas desde el siglo XVIII. Antecedentes más antiguos pueden ser todas aquellas pinturas y relieves que cuentan un hecho mediante una narración temporal, esto es, que ilustran sucesos que ocurrieron en diferentes momentos pero los presentan la misma pintura o el mismo relieve con una continuidad temporal, comenzando con los hechos más antiguos y acabando con los más recientes. Los frisos egipcios donde se narran de manera continua escenas mitológicas, así como la columna Trajana, en donde a lo largo de todo el fuste se presentan de manera cronológica a modo de viñetas las hazañas del emperador Trajano. También se consideran como antecedentes los Códices o libros manuscritos de la Edad Media, donde se combinan imágenes y textos alusivos a la Biblia, la vida de personas importantes de la cristiandad o de la nobleza, o tapices como el famoso Tapiz de Bayeux.

Detalle de la Columna Trajana, s. II d. C.
Imagen en Wikipedia bajo Licencia GNU
Pero será en Estado Unidos a finales del silgo XIX cuando aparezcan los cómics propiamente dichos dentro de la industria periodística norteamericana, como suplementos de los dos principales periódicos neoyorkinos, siendo Yellow Kid el primer cómic de la historia. Surgidos como caricaturas en forma de tiras cómicas para un público adulto, y en las primeras décadas del siglo XX ya desarrollan plenamente sus propios códigos, como el empleo de globos o bocadillos para los diálogos.

