2.2. La técnica constructiva y la red viaria hispana

A la hora de construir una calzada se intentaba dibujarla con un trazado recto, evitando curvas cerradas y pendientes excesivas, si se excluye la travesía de ríos o lugares con una morfología difícil. En estos casos las calzadas realizaban quiebros para salvar los desniveles. También se buscaba un terreno firme, seco y a media ladera, si el terreno era montañoso.

Una vez elegido el trazado, se desbrozaba y allanaba el terreno, se delimitaba la caja donde se construía la vía. A continuación se excavaba su cimentación hasta encontrar terreno firme llamado gremium (5)  y se delimitaba el ancho de la calzada con bordillos en piedra. A partir de ese momento se procedía a colocar una serie de capas de material de diferente consistencia. Esta estructura podía variar según el lugar y la disponibilidad de material constructivo.

Sección ideal de una vía romana y sus diferentes capas Arco cuadrifronte de Cáparra, Cáceres; se aprecia parcialmente excavado el decumanus maximus

La primera capa statumen o herisson(4), estaba constituida por grandes guijarros; la segunda (3) por una capa de gravilla un poco más fina rudus; la tercera  (2)  por una capa de arena mixta con escombros aún más fina nucleus. La construcción de la parte superficial de la vía podía variar. En el caso de las calles urbanas y de los tramos de vía ya próximos a la ciudad se colocaba una capa de lajas llamada silex o summa crusta (1).

Calle de Pompeya. La parte superior de la calle está rematada con lajas de piedra (silex), que constituyen la summa crusta (literalmente "costra superior")

Vía de la Plata. El desgaste del tiempo y la excavación han hecho desaparecer la capa de rodadura superficial, dejando al descubierto el rudus (capa de guijarros medianos)

Sin embargo, no era lo habitual en la mayor parte de las vías, pues normalmente el remate superficial de la calzada estaba formada por una capa de rodadura compuesta por cantos rodados de grano fino mezclados con arena; todo ello se compactaba y se apisonaba con rodillos.
La capa de rodadura superficial tenía dos ventajas: en primer lugar, los carros podían alcanzar gran velocidad, pues eso no hubiera sido posible con una superficie de losas, excesivamente rígida; en segundo lugar, el mantenimiento de la capa de rodadura era más fácil y económico al ser fácil conseguir cantos rodados y arena para parchear los desperfectos de la vía.

Para saber más

LA RED VIARIA HISPANA

Como hemos visto, todo el Imperio romano estaba perfectamente comunicado mediante una tupida red de calzadas. A partir de una red de grandes vías de comunicación comparables con las actuales autopistas, se pasaba a otras de importancia secundaria de carácter regional. En el mapa que sigue están marcadas las vías más importantes de la Península Ibérica.

Algunas de estas vías fueron muy importantes. Por ejemplo hay dos calzadas que procedían de fuera de la península: en rojo la Via de Italia in Hispanias (la calzada que iba de Roma a Gades), y en naranja la Via Aquitana (una calzada que procedía de Francia y llegaba a Asturica Augusta, actual Astorga). Otras calzadas, también muy importantes pero únicamente peninsulares, fueron la Vía de la Plata (marcada en azul) y la vía de Tarraco a Asturica Augusta (en verde).

AV - Pregunta de Elección Múltiple

Pregunta

¿Cómo se llamaba la capa superior de las calles y de algunas calzadas?

Respuestas

Silex o summa crusta.

Rudus.

Statumen o herisson.

Retroalimentación

AV - Pregunta de Elección Múltiple

Pregunta

La capa del statumen o herisson estaba compuesta por:

Respuestas

Guijarros pequeños.

Lajas de piedra.

Guijarros grandes.

Retroalimentación

AV - Pregunta de Elección Múltiple

Pregunta

¿Cómo se llamaba la capa superior visible de las calzadas que permitía a los carros circular a una buena velocidad?

Respuestas

Summa crusta.

Capa de rodadura.

Rudus.

Retroalimentación