6. Comunicación, lenguaje, verdad y realidad

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En el apartado Lenguaje y cultura repasamos el papel fundamental del lenguaje en la construcción de la realidad social y cultural en la que se desarrolla la vida del ser humano. Parte integrante de esa cultural es la filosofía, un saber que a la vez que utiliza el lenguaje como vehículo de pensamiento y comunicación en su investigación en torno a lo real, se pregunta por el mismo lenguaje,  su valor comunicativo y su capacidad para la expresión de la verdad y la realidad. Entre los principales temas abordados en el seno de la filosofía del lenguaje se encuentran los de la relación entre el lenguaje y la realidad y el lenguaje y el pensamiento.

Reflexiona

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El tema del lenguaje es fundamental para la Filosofía y, en gran medida, la reflexión sobre el lenguaje condiciona el valor de verdad concedido a nuestras propias reflexiones. Nuestro pensamiento es discursivo y nuestra conciencia de la realidad está vinculada de forma íntima a los conceptos en los que esta se apoya. 

Reflexiona sobre hasta qué punto las características de nuestro propio lenguaje determina nuestra interpretación de la realidad.

Entre los problemas tratados por la filosofía del lenguaje se encuentra el que se plantea en el contexto de la semántica y que hace mención al significado de nuestros conceptos y su capacidad para expresar la realidad, esto es, a la relación entre nuestro lenguaje y el mundo o la realidad.

Entre los primeros filósofos, autores como Heráclito emplearon la palabra logos para hablar de nuestros conceptos y nuestra razón, pero también para hablar de la razón o la ley que rige el universo, un universo que es inteligible y que puede ser conocido racionalmente. Se establece así un puente entre nuestro pensamiento y la misma realidad, que puede ser conocida racionalmente y expresada en palabras. Se forja así la idea del ser humano como racional, capaz de conocer lo real a través de su pensamiento y comunicar su conocimiento a través del lenguaje.

En la filosofía ateniense, los sofistas se ocuparon en detalle de la retórica y trataron la cuestión de la convencionalidad de nuestros conceptos, un supuesto con el que se pone en entredicho al lenguaje como referente objetivo de la realidad. En un debate participa Platón, que intenta superar el relativismo considerando la palabra como una imitación que nos acerca a la realidad y considerando a esa misma realidad como el origen del concepto.

Aristóteles establece una teoría de significado que vincula los signos, los contenidos mentales y la realidad, introduciendo  la noción de concepto o representación mental como intermediario entre el lenguaje y la realidad. Los signos serían variables, pero la realidad y su representación universales. Por otro lado, dirige el problema del significado y la verdad del lenguaje a la oración. Serían las frases asertivas o enunciativas, en las cuales se afirma o se niega algo de algo, aquellas de las que se puede predicar la verdad o la falsedad, según sea cierto o no lo que se predica.

Aristóteles: triángulo semiótico
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Los tratados aristotélicos sobre el lenguaje animarían a investigaciones posteriores sobre la naturaleza semántica de los términos y el significado de las expresiones lingüísticas. Una de las diferencias fundamentales es la que se establece en la Edad Media entre los que afirman y niegan la existencia de entidades abstractas o universales. Un universal sería un tipo o una propiedad común presente en una serie de individuos particulares, por ejemplo: los universales ser humano y azul. La posición realista es aquella que sostiene la existencia de entidades individuales y universales (tanto de los individuos Aristóteles y Platón, por ejemplo, como del universal ser humano). Es una posición que entronca con la idea metafísica de que existen ideas o formas comunes a los seres individuales. La posición nominalista, sin embargo, parte de la idea de que solo existen los seres individuales (Aristóteles, Platón, una piedra azul), siendo los universales (ser humano y azul) no más que conceptos generales con los que designamos entidades o propiedades particulares que se asemejan. Dentro del nominalismo existen diversas corrientes que difieren según el mayor o menor negativa a admitir la existencia real de entidades generales; uno de los principales referentes de esta corriente fue Gullermo de Ockham.

Importante

Uno de los debates más intensos en relación con la cuestión del significado se produce a partir de la crítica empirista a la metafísica, siendo  especialmente influyente en este sentido el planteamiento del filósofo escocés David Hume. Los conceptos significativos serían exclusivamente para este autor aquellos que nuestra mente puede asociar a una determinada impresión. Por ejemplo, puedo asociar la noción verde a una  impresión actual que incluye ese color o a una idea en mi mente en la que se refleja tal impresión (una planta que contemplo en este momento o que contemplé en otro distinto y que ahora evoco), pero no podré referir ninguna impresión particular a una noción como esencia. De acuerdo con esto, para Hume una proposición será verdadera cuando lo que en ella se afirma corresponde con una impresión (la hierba es verde) y falsa cuando las ideas no se corresponden con impresión alguna (la hierba es azul).

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Pregunta 1

Para los nominalistas, los universales no tienen una existencia separada, tal como concebía Platón en su teoría de las ideas, sino que existen solo en los individuos concretos, como afirmaba Aristóteles. Lo humano universal, por ejemplo, opera en cada individuo particular y no tiene una existencia separada.

Pregunta 2

según el planteamiento aristotélico, a pesar de que los signos lingüísticos sean convencionales y difieran de una lengua a otra, los conceptos o representaciones mentales de la realidad son universales y son ellos los que estalecen un puente con el lenguaje, dotándolo de objetividad y capacitándolo para el conocimiento. 

Pregunta 3

Para autores presocráticos como Heráclito, existe una identificación enttre nuestro pensamiento, la palabra y la realidad. El concepto logos incluiría estos aspectos y representa la inteligibilidad de lo real.