Descripción de la tarea

Afrodita despierta dulcemente a Adonis en un jardín ante la mirada de varios amorcillos

J.W. Waterhouse: El despertar de Adonis
Imagen en Wikimedia. Dominio público

¡Has venido, querido muchacho! ¡Tras dos noches y dos días has venido!
Los que añoran, empero, en un día envejecen.

Teócrito, Idilio XII

desarrollo

Actividad única. ἡ ἱστορία τε καὶ ἡ ἀνάγνωσις, investigación y lectura


El mundo griego sufrió una profunda transformación con el Helenismo. Atenas dejó de ser el referente de la vida política y cultural, sustituida por nuevos enclaves. El más relevante, la nueva capital de las letras y las ciencias, Alejandría. Aparecieron nuevas formas de expresión literaria, como la novela y cambiaron el mismo concepto de poesía y el papel del poeta: el poeta es erudito y filólogo y sus conocimientos, a la par que en sus obras filológicas, se reflejan en sus obras literarias. 

Las seis imágenes que ves a continuación están relacionadas con seis obras poéticas de cuatro de los principales autores de aquella época brillante. Cada imagen está vinculada con un fragmento de estas obras; y cada uno de ellos está titulado con uno o dos versos en griego entresacados de la traducción. Tu trabajo consistirá en:

  • Relacionar cada cita con la imagen a que se corresponde.
  • Identificar la obra literaria y su autor.
  • Traducir el título e identificar en el texto castellano el breve texto griego que introduce el fragmento.
  • Describir brevemente el argumento de la obra y enumerar las principales obras de su autor.
Un héroe observa atentamente cómo una joven prepara un bebedizo El héroe se observa en un arroyo Una pareja de jóvenes se ocultan del cíclope
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La diosa arquera en un cielo nocturno retrato de la reina cortándose la cabellera Un joven héroe rodeado de las divinidades del agua
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Todas las imágenes en Wikimedia. Dominio público
A. ὕμνος εἰς Ἄρτεμιν

Ἄρτεμιν ὑμνοῦμεν, ἣ τόξου τε καὶ τῆς τῶν λαγῶν θήρας μέλεται καὶ ἐν ὄρεσιν ἑψιᾶται.

A Ártemis celebramos —no es bueno que la olviden los que cantan—, a la que goza con el arco y con la caza de la liebre, y con el coro numeroso, y con los juegos en las montañas. Para empezar, diremos cómo, siendo aún muy niña, sentada sobre las rodillas de su padre, le dijo en un tono infantil: «Dame, papá, una eterna virginidad, y muchos nombres, para que Febo no me aventaje. Dame también flechas y un arco. No, deja, padre, no voy a pedirte ni una aljaba ni un gran arco; ya me fabricarán los Cíclopes en un instante los dardos y un arco flexible. Permíteme, sí, llevar antorchas y ceñirme una túnica con cenefa hasta la rodilla, para matar bestias salvajes. Dame también un coro de sesenta Oceánidas, todas de nueve años, todas aún sin ceñidor. Dame veinte ninfas cretenses por críadas, para que cuiden bien de mis sandalias y, cuando haya terminado de disparar mis flechas contra linces y ciervos, de mis veloces perros. Dame todos los montes y una sola ciudad, la que tú quieras. Raro será que Ártemis baje a una ciudad. Viviré en las montañas.

   
B. Βερενίκης πλόκαμος

… ἔβλεψεν ἐν ἀέρι τὸν Βερενίκης βόστρυχον ὃν ἐκείνη πᾶσιν ἔθηκε θεοῖς.

Estaba yo recién cortada y mis hermanas me lloraban cuando, de pronto, con un rápido batir de alas, el dulce soplo del céfiro me lleva a través de las nubes del éter y me deposita en el venerable seno de la divina noche Cypris. Y a fin de que yo, la hermosa melena de Berenice, apareciese fija en el cielo brillando para los humanos en medio de innumerables astros, Cypris me colocó, como nueva estrella, en el antiguo coro de los astros.

   
C. Κύκλωψ

γιγνώσκω, χαρίεσσα κόρη, τίνος ἕνεκα φεύγεις· ἔστι μοι μία ὀφρὺς ἐπὶ παντὶ μετώπῳ, εἷς δ' ὀφθαλμὸς ὕπεστι.

Así fue como mejor se consolaba el antiguo Polifemo cuando estaba enamorado de Galatea… Se consumía desde la aurora con la cruel herida en lo hondo de su corazón que le infirió la cruel Cipris. Pero halló un remedio y, sentado en una elevada roca, mirando al mar, cantaba de este modo:
¡Oh blanca Galatea! ¿Por qué rechazas a quien te adora? ¡Tú eres a la vista más blanca que la leche cuajada, más tierna que el cordero, más alegre que una ternerilla, más lozana que un racimo verde! Vienes en cuanto el dulce sueño me domina, marchas en cuanto el dulce sueño me abandona; escapas como la oveja que ve al gris lobo.
Yo me enamoré de ti, doncella, en cuanto te vi llegar con mi madre… Yo sé, doncella encantadora, por qué me huyes. Es porque una sola ceja llena toda mi frente, de oreja a oreja, larga e hirsuta; porque debajo de ella tengo un solo ojo y una chata nariz sobre la boca.

   
D. Ἀργοναυτικά

προ δ' ἀφειδήσασα ἐκ θυώδεος μίτρης ἔξελε φάρμακον.

Así habló elogiándola. Ella, lanzando de soslayo su mirada, sonreía dulcísimamente. Y su ánimo se fundió en su interior, al ser ensalzada por el elogio, y le miró de frente con sus ojos. Y no sabía qué palabra decirle antes, pues a un tiempo ansiaba decirle todas juntas. De pronto en un rapto de generosidad sacó de la perfumada cinta el filtro. Y rápidamente lo recogió él en sus manos gozoso, y, entregándole hasta la última gota, toda su alma se le acercó llena de pasión por si él vacilaba. Así Amor hacia refulgir desde la rubia cabeza de Jasón su suave llama. Cautivaba los resplandores de los ojos de ella. Se enardecía en su interior consumiéndose en sus pensamientos, como el rocío se consume sobre las hojas al calentarse a las luces de la aurora. Ambos fijaban unas veces sus ojos sobre el umbral, vergonzosos, y otras veces se lanzaban entre sí miradas, sonriendo agradablemente bajo sus cejas brillantes.

   
E. Βιβλιοθήκη

Ὕλας, Ἡρακλέους δὲ ἐρώμενος, ὑδρεύετο ὅτε διὰ κάλλος ὑπὸ νυνφῶν ἡρπάσθη.

Allí [en Misia] dejaron a Heracles y Polifemo. Pues Hilas, hijo de Taodamante y querido de Heracles, había sido enviado a buscar agua y fue raptado por las ninfas a causa de su belleza. Cuando Polifemo lo oyó gritar, corrió tras él con la espada desenvainada, creyendo que se lo llevaban unos piratas y, al toparse casualmente con Heracles, se lo reveló. Mientras ambos buscaban a Hilas zarpó la nave; Polifemo, fundando en Misia la ciudad de Cío, reinó en ella, mientras que Heracles regresó a Argos.

   
F. παιδικά

«οἶνος», ὦ φίλε παῖ, λέγεται, «καὶ ἀλήθεια»· καὶ χρὴ ἡμᾶς μεθύοντας ἀλήθεῖς εἶναι.

¡Oh niño querido! Suele decirse: “vino y verdad” (in vino veritas). Igual nosotros debemos ser sinceros, pues estamos bebidos. Así voy a decirte yo lo que está en el fondo de mi pecho: tú no quieres amarme con todo el corazón. Bien lo sé, pues tu hermosura me da media vida, mas la otra media no existe para mí. Cuando tú quieres, mi día es el como el de los dioses; cuando no quieres tú, todo es oscuridad. ¿Cómo puede ser esto justo, llenar a quien nos ama de amarguras? Mas si tú, que eres joven, me haces caso a mí, que soy viejo, mejor te irá y habrás de agradecérmelo.

autores
Apolodoro Apolonio de Rodas Calímaco Teócrito

Completa este cuadro después de la lectura de los fragmentos anteriores. Recuerda que debes relacionar cada imagen con un texto; traducir el título e identificar en la traducción el breve texto griego que introduce cada lectura; localizar al autor y el título de la obra; a continuación, debes narrar brevemente el argumento y citar algunas otras obras del mismo autor, si es que existen.

 

imagen fragmento autor traducción del título y del texto argumento de la obra otras obras del autor
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Como en anteriores tareas, ya no incluimos vocabulario. Ya sabes que hay que practicar la búsqueda de palabras en el diccionario o en el vocabulario que se encuentra en el aula de Griego y en el que encontrarás todas las palabras del texto. Puedes consultarlo en este enlace:  vocabulario ilustrado griego-castellano.

 

 

 

Esta tarea completa el curso de Griego II y sirve de recopilación final de los contenidos asimilados en las anteriores tareas.