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νάσσατο δ' ἄγχ' Ἑλικῶνος ὀιζυρῆι ἐνὶ κώμηι Ἄσκρηι, χεῖμα κακῆι, θέρει ἀργαλέηι, οὐδέ ποτ' ἐσθλῆι.
Se estableció en una mísera aldea, Ascra, cerca del Helicón, mala en invierno, insoportable en verano, nunca agradable.
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Monte Zagarás (el "Helicón" de la antigüedad) Imagen de Gafos en Wikimedia. Licencia CC
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Los trabajos y los días, 639–40 |
Situación de Ascra en la Antigüedad Google Maps, captura de pantalla. Uso razonable
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En el comienzo de La Teogonía, Hesíodo se presenta como un pobre pastor de cabras que apacentaba su rebaño en las proximidades del monte Helicón cuando se le aparecieron las Musas que le concedieron el don de la poesía:
"Comencemos nuestro canto por las Musas Heliconíadas, que habitan la montaña grande y divina del Helicón. Con sus pies delicados danzan en torno a una fuente de violáceos reflejos y al altar del muy poderoso Cronión. Después de lavar su piel suave en las aguas del Permeso, en la Fuente del Caballo o en el divino Olmeo, forman bellos y deliciosos coros en la cumbre del Helicón y se cimbrean vivamente sobre sus pies. Partiendo de allí, envueltas en densa niebla marchan al abrigo de la noche, lanzando al viento su maravillosa voz, con himnos a Zeus portador de la égida, a la augusta Hera argiva calzada con doradas sandalias, a la hija de Zeus portador de la égida, Atenea de ojos glaucos, a Febo Apolo y a la asaeteadora Ártemis, a Posidón que abarca y sacude la tierra, a la venerable Temis, a Afrodita de ojos vivos, a Hebe de áurea corona, a la bella Dione a Eos al alto Helios y a la brillante Selene, a Leto, a Jápeto, a Cronos de retorcida mente, a Gea, al espacioso Océano, a la negra Noche y a la restante estirpe sagrada de sempiternos Inmortales. Ellas precisamente enseñaron una vez a Hesíodo un bello canto mientras apacentaba sus ovejas al pie del divino Helicón. Este mensaje a mi en primer lugar me dirigieron las diosas, las Musas Olímpicas, hijas de Zeus portador de la égida: "¡Pastores del campo, triste oprobio, vientres tan solo! Sabemos decir muchas mentiras con apariencia de verdades; y sabemos, cuando queremos, proclamar la verdad." Así dijeron las hijas bienhabladas del poderoso Zeus. Y me dieron un cetro después de cortar una admirable rama de florido laurel. Me infundieron voz divina para celebrar el futuro y el pasado y me encargaron alabar con himnos la estirpe de los felices Sempiternos y cantarles siempre a ellas mismas al principio y al final".
Hesíodo, Teogonía
Y así debió ocurrir, puesto que Hesíodo es autor del primer y más completo tratado que conservamos sobre la mitología griega: La Teogonía, y un tratado sobre las labores del campo, Los Trabajos y los Días, que imitaría más tarde Virgilio en sus Geórgicas. Hesíodo tal vez conociera a Homero, tal vez no. Se dice que compitió con él en algún certamen de poesía, y que incluso le venció. Cronológicamente es posible. Poéticamente, tiene algunos puntos en común con Homero: compone en hexámetros, escritos en dialecto jónico y emplea expresiones propias del lenguaje épico. Pero sus frases son breves y formales, lo que da a su poesía un regusto arcaico; el autor habla con frecuencia en primera persona y da consejos: es una literatura más didáctica que narrativa.
La Teogonía (Θεογονία: origen de los dioses) cuenta la historia del linaje de los dioses, desde el
Caos hasta los dioses olímpicos. Este linaje evoluciona desde unos primeros seres divinos que representan a la Naturaleza (el cielo, la tierra, la noche, el océano...) hasta
Zeus, que es quien trae el orden y la justicia a los dioses y los hombres.
Primero fue el Caos, después la
Tierra y el tenebroso
Tártaro. Por último,
Eros, el que cautiva el corazón y la mente. Del Caos surgen el
Érebo y la
Noche. De la Noche, a su vez, el
Éter y el
Día. Y un sinfín de deidades, casi todas temibles, el Engaño, la Muerte, la Vejez, la Venganza, la Discordia, las Moiras, las Parcas...
De
Gea (la Tierra) nace primero
Urano, seguidamente las
Montañas y el
Ponto, de agitadas olas. En unión con Urano, alumbró a los
Hecatonquiros, a los
Cíclopes y a los
Titanes.
Crono fue el más joven de ellos. Relata Hesíodo la castración de Urano a manos de Crono. Así liberó el dios a su madre y hermanos de la opresión del padre. Crono cortó los genitales de su padre con una afilada hoz y los arrojó al mar. De la espuma nació entonces Afrodita, y de las gotas de sangre que cayeron en el suelo surgieron los Gigantes y las
Erinias o
Furias...
Crono es ahora el rey de los dioses, tomando el lugar de su padre Urano, y toma como esposa a la titánide
Rea. Celoso de sus hijos, los va devorando en cuanto nacen. Pero Rea oculta al último de sus hijos y ofrece al padre una piedra envuelta en pañales, que este traga sin mirarla. Rea oculta al niño,
Zeus, que más tarde derrocará a Crono obligándole a vomitar a sus hermanos y hermanas:
Hades, Poseidón, Deméter, Hestia y Hera. Los nuevos dioses se enfrentarán a los antiguos en una serie de combates (Titanomaquia), tras la cual las fuerzas del mal, los violentos oscuros dioses, serán desterrados para dar paso a la generación de los Olímpicos.
Narra Hesíodo también el
Mito de Prometeo, que ilustra la posición de los hombres ante los dioses.
En
Los Trabajos y los días habla de su hermano
Perses: con él sostenía un pleito por la herencia paterna. Perses gana el juicio, según el autor injustamente, favorecido por los "reyes devoradores de regalos". En realidad la obra está dedicada a él.
En esta obra cuenta el
Mito de Pandora: la preciosa mujer que entregaron los dioses como regalo a los hombres, para castigarlos: su curiosidad fue la causa de todos los males que sufren los seres humanos. Narra también el
Mito de las Edades del Hombre, las sucesivas eras que nuestra raza ha recorrido desde su creación hasta el presente, degradándose continuamente:
- En la Edad de Oro, los hombres vivían con los dioses. No tenían que trabajar para alimentarse, ya que la Tierra proveía a todas sus necesidades. Vivían durante muchos años, hasta que morían sin sufrimiento alguno.
- Sucedió a esta la Edad de Plata, los hombres vivían durante cien años. Vivían un corto período como adultos, que malgastaban en necias disputas. Los humanos se negaban a rendir culto a los dioses, por lo que Zeus puso fin a esta era.
- Los hombres de la Edad de Bronce solo vivían para la guerra. Se llamó así por el descubrimiento del bronce, que usaron para fabricar armas. Ellos mismos desaparecieron de la faz de la tierra, exterminados por su propia violencia.
- La Edad de los Héroes es la única en la que los seres humanos son más dignos que sus predecesores. En este período vivieron los héroes que lucharon en Troya.
- La edad en la que vivió Hesíodo está descrita como la Edad de Hierro. Casi todos los hombres viven en la pobreza y son injustos y desgraciados. Los hijos deshonran a los padres, los hermanos disputan con los hermanos y no se respeta ley alguna como no sea por miedo. No hay sentido del honor o de vergüenza.
El trabajo para Hesíodo es un valor, para el hombre común, comparable a la areté de los héroes épicos, el mejor camino para alcanzar la excelencia y el bienestar.
Aparte de
La Teogonía y
Los Trabajos y los días se atribuye otra obra a Hesíodo titulada
El escudo de Heracles.