La Energía: Historia inicial
Después de mi maravilloso verano, he decidido que me voy a independizar.
Debo empezar a ser una persona responsable, así que tendré que echar
cuentas, no vaya a ser que mis “ingresos” no den para tanto.
Me voy a hacer una lista de cosas que voy a necesitar. Pero, ¿por dónde empiezo?
Primer gasto, los “caprichos” para llenar el frigo.
Luego…. No, luego no, porque hay que seguir con el desayuno: el microondas gasta cuando lo uso, el frigo en el que tenía la leche también, y la tele que me enciendo mientras desayuno, aunque no la vea, aún más.

¡Nunca había pensado que gastábamos tanta luz!
Y la gasolina para el coche (¿tendré algún día que usar la bicicleta?), y la factura para el móvil y…
¡Buf!, si empiezo no acabo. Ya seguiré otro rato.
Bueno, pues parece que de verdad me he vuelto un poco más responsable.
Porque después de hacer esa lista interminable de cosas que voy a gastar, y de darme cuenta de que casi toda la energía que gasto (y por la que voy a tener que pagar una factura tremenda) es eléctrica, me ha dado por pensar unas cosas muy raras como, ¿de dónde sale esa energía eléctrica que consumo?
Y después de contestarme a mi mismo: “Pues del enchufe”, me he dicho “Deja de decir tonterías y piénsalo en serio”.
Y en esas estoy, pensándolo en serio. Ya sé que la electricidad proviene de las centrales eléctricas. Y de los aerogeneradores y de los paneles solares…
Pero, por partes. Voy a empezar con las centrales de siempre: las centrales térmicas y las nucleares.

Y luego ya seguiré con las centrales que utilizan las energías limpias.
También tendré que enterarme de cómo funcionan, y dónde se pueden instalar, y de qué importancia tienen en la producción nacional y en la mundial.



Bueno, ahora toca volver a la dura realidad: soy independiente y no sé si me va a llegar el dinero.
Por eso, de lo que de verdad tendré que reflexionar es de cuánto consumo, a cuánto subirá mi factura eléctrica y qué puedo hacer para ahorrar energía.
Porque yo también quiero un desarrollo sostenible.