6. Postulados de la Teoría Especial de la Relatividad

Albert Einstein

Imagen de Hemulen en Wikimedia Commons. CC0

Habrás visto las animaciones y todos los antecedentes que han llevado a cuestionarse la Física del momento. Desde luego, uno de los puntos de inflexión fue el intento de hallar el ÉTER.

Con los resultados del experimento de Michelson-Morley sobre la mesa, era difícil mantener la existencia del éter como medio soporte de las ondas electromagnéticas (recuerda que la luz es una onda electromagnética).

Pero, si no existe el éter, ¿con respecto a qué debe medirse la velocidad de la luz? La respuesta de Einstein fue tajante: la velocidad de la luz (en el vacío) es la misma en cualquier sistema de referencia inercial, la mida quien la mida. Después de todo, eso es lo que indicó el experimento de Michelson y Morley. Esta es la base de la Teoría Especial de la Relatividad, que se apoya en dos postulados:

  • La velocidad de la luz es constante en cualquier sistema de referencia. 

Este postulado va en contra del sentido común que, como hemos visto en apartados anteriores, nos invita a pensar que las velocidades se suman. Este principio nos informa que a la velocidad de la luz no podemos sumarle nada, todos los observadores miden el mismo valor.

  • Las leyes de la física son las mismas para todos los sistemas inerciales (sistemas que se mueven entre sí con velocidad constante y sin gravedad).

Esto viene a decir que los sistemas inerciales son físicamente indistinguibles, no hay experimento que nos permita distinguir un sistema de inercial u otro.

Para que estos principios se cumplan es necesario abandonar la transformación de Galileo. Einstein años antes. Esto es lo que te vamos a explicar a continuación.