3.2. La amenaza del islamismo radical
Cuesta creer lo que vemos en los medios de comunicación en relación a la destrucción en manos de fundamentalistas del valioso patrimonio artístico que se está llevando a cabo desde hace algunos años. Un patrimonio que como bien lo catalogó la ONU es Patrimonio de la Humanidad, ni tuyo ni mío ni por supuesto de ningún fanático islamista. Es de toda la Humanidad, y a la Humanidad le corresponde el deber de conservarlo y transmitirlo a las generaciones futuras.
Aunque se trate de buscar los motivos que llevan a estos salvajes a destruir la herencia de nuestros antepasados no hay manera de entenderlo. Los medios de comunicación afirman que los ataques contra los restos de nuestro pasado tiene una clara finalidad de propaganda, pues así el Estado Islámico borra todo resto de cualquier cultura distinta del islam y se reafirma en su ideología; también una finalidad de provocación y venganza contra los ataques de Occidente hacia los dirigentes del Daesh; Y seguramente también tiene una clara finalidad de financiarse para comprar armas y seguir atentando. Sea como sea cuesta creer que esto esté pasando ahora mismo.
Las zonas que han sufrido esta implacable destrucción han sido las controladas por Daesh, fundamentalmente Irak y Siria, pero también se han producido ataques en el norte de Egipto, Libia y Mali. En Irak el año 2015 fue especialmente terrible para los museos, palacios, mezquitas y bibliotecas. Los terroristas se cebaron con la ciudad de Mosul, al norte del país, arrasándola prácticamente por completo, arrasando literalmente todas las iglesias y universidades. Entre otros monumentos iraquíes, los fundamentalistas islámicos han destruido o dañado seriamente el Templo asirio de Nimrud, la ciudad de Jorsabad, la Gran Mezquita de Samarra, y las ciudades de Hatra y Nínive. Hay que aclarar que en la mayoría de los casos cuando arrasan los bienes muebles de los edificios solo dañan copias, pues los originales están en los diferentes museos del país, que no están del todo a salvo pues los terroristas han entrado en muchos museos hasta ahora seguro y han destruido y expoliado las piezas. No obstante, el daño material en los bienes inmuebles es total y muy difícil de reparar.
Destrucción de la ciudad de Nimrud, Irak Vídeo de Silgo.21 alojado en Youtube |
Destrucción de la ciudad de Hatra, Irak Vídeo de NTN24alojado en Youtube |
En Siria los daños son aún peores, pues prácticamente han destruido la totalidad de las ciudades monumentales de Alepo y Palmira, destruyendo entre otros el Templo de Baalshamin y el Arco del Triunfo. En Alepo se cebaron especialmente con la Ciudadela, el Zoco y la Mezquita. Otros sitios devastados son el Castillo de Hama, y las ciudades de Mari y Dura-Europos. En Malí numerosos mausoleos y bibliotecas de Tombuctú han sufrido graves desperfectos, al igual que el Museo de Malawi en Egipto y la Cueva de Hana Fteah de Libia.
Lo más triste de este asunto es que la destrucción del patrimonio no es algo reciente ni exclusivo de Daesh. La historia del hombre está plagada de actos vandálicos con el fin de eliminar cualquier vestigio del enemigo, despojarlo de su memoria y aniquilarlo culturalmente. Ya los egipcios hacían algo parecido con los pueblos que conquistaban, y la Roma de Calígula fue especialmente violenta con los vencidos. En latín existía la locución Damnatio memoriaes que significaba condena de la memoria y definía los actos de destrucción de monumentos, estatuas e inscripciones de los pueblos conquistados. ¿Acaso la Biblioteca de Alejandría ardió como por arte de magia? Y no hay que irse tan lejos en el tiempo, basta con viajar a los años noventa para ver cómo en plena Guerra de los Balcanes se quemó la biblioteca de Sarajevo y el Puente de Mostar voló por los aires.

Conocimiento previo
La destrucción del patrimonio español
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La Torre Nueva de Zaragoza en 1878 Imagen de J. Laurent en Wikipedia de Dominio público |
Nuestro país no ha estado exento de la destrucción, el abandono y el expolio de buena parte de nuestro patrimonio. El siglo XIX fue especialmente negro debido a tres factores fundamentales: la Guerra de la Independencia frente a los franceses, la Desamortización de los bienes de la iglesia por parte del ministro Mendizábal y los modernos planes urbanísticos que se llevaron por delante murallas, puertas, puentes y demás construcciones que se edificaron con motivo de las Exposiciones Universales.
Quizá el primer gran suceso catastrófico fue el incendio del Real Alcázar de Madrid, residencia de los Austrias a comienzos del siglo XVIII, pero la lista bienes muebles e inmuebles desaparecidos es bastante dilatada, destacando los siguientes ejemplos:
- La Torre Nueva de Zaragoza, ejemplo brillante del arte mudéjar aragonés.
- El Palacio Real de Valencia, destruido durante la guerra de independencia pero no por los franceses sino por los españoles para evitar que lo usaran los enemigos, ironías de la historia.
- El Palacio de la Ribera de Valladolid.
- El Palacio del Marqués de Palomares de Sevilla, demolido para alojar un Corte Inglés.
- El Convento de Santo Tomás de Madrid.
- El interior del Palacio de Vélez-Blanco en Almería, actualmente en el Museo Metropolitano de Nueva York.
- O las más de cien pinturas que Napoleón se llevó consigo y que Fernando VII regaló al Duque de Wellington, entre las que había obras de Tiziano, Velázquez o Rubens. Y esto solo por citar algunos de los casos más sangrantes.

Actividad
Los islamistas radicales están destruyendo el valioso patrimonio de las zonas conquistadas en países como Siria e Irak. No hay motivos que justifiquen una barbarie de tales dimensiones, pero para los extremistas de Daesh las razones son de propaganda de su ideología, como medio de financiación y para provocar a Occidente y vengarse de las campañas militares. Especialmente dañadas están las ciudades de Palmira, Alepo, Hatra y Nínive.

Pregunta Verdadero-Falso
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Falso
Son Siria e Irak
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Falso
Palmira está en Siria
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Fue el Puente de Mostar