1.1. Las décadas de los ochenta y noventa
Pues comenzamos nuestro apasionante viaje por la escultura más reciente precisamente en Estados Unidos, el país que desde la II Guerra Mundial está a la cabeza del arte contemporáneo, con el artista Robert Gober, afincado en Nueva York desde la década de los setenta. Ya sabes que las etiquetas no sirven en el cambiante mundo del arte actual, pero a Gober se le ha catalogado como artista neo conceptual que recoge los ready-made de Duchamp para conformar una obra muy singular en donde se mezclan las partes elaboradas meticulosamente a mano con resinas sintéticas con objetos de uso cotidiano como zapatillas, calcetines, pantalones vaqueros o velas. En sus obras el cuerpo masculino aparece fragmentado, como seccionado y colocado delante de una pared, reivindicando la incomunicación y la soledad del ser humano en la cada vez más individualista y competitiva sociedad actual.
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Instalación de Jenny Holzer Imagen en Ahmagazine.es bajo Licencia CC |
Dentro de la misma corriente conceptual destaca la valiente obra de la artista americana Jenny Holzer, que trabajaba fundamentalmente con el texto, con mensajes breves y claros que hacen reflexionar al público sobre problemas actuales: la manipulación de los medios de comunicación de masas, el papel de la mujer en la sociedad actual o los conflictos bélicos de Estados Unidos. Holzer comenzó imprimiendo frases escritas a máquina sobre camisetas, cabinas de teléfonos y fachadas de edificios. En la década de los ochenta comienza a proyectar sus frases sobre edificios completos a modo de anuncios publicitarios, como ocurrió con su primera gran instalación una gran pantalla en Times Square, el centro neurálgico de la ciudad de Nueva York. En esa primera proyección la frase elegida fue Protect me from what I want, que significa Protégeme de lo que quiero. Otras frases emblemáticas suyas son Abuse of power comes as no surprise y Men don´t protect you anymore. La obra de Holzer está influenciada por el artista Dan Flavin, pionero en usar luces fluorescentes y tubos de neón como medio de expresión artística dentro de la escultura.
Otra figura clave del arte posmoderno contemporáneo es el controvertido, criticado y hasta cuestionado escultor Jeff Koons. Uno de los artistas más cotizados del momento, Jeff Koons es conocido por sus esculturas banales que reproducen objetos mundanos sin ningún valor, como juguetes, globos hinchables o souvenirs, realizados en los más variados materiales, desde madera, porcelana y cristal hasta las más modernas obras en acero inoxidable con pintura lacada industrial similar a la que llevan las carrocerías de los automóviles, siempre bajo una estética kitsch, cursi en alemán. En la década de los noventa comienza a realizar esculturas monumentales de gran tamaño, como sus globos inflados o Balloon dogs, gigantescas esculturas que emulan a los globos que se hinchan y se le dan forma de perritos tan típicos de las fiestas de cumpleaños infantiles, o su escultura instalada de forma permanente en el Guggenheim de Bilbao titulada Puppy, con una estructura interna de acero que sustenta un enorme jardín formado por cientos de macetas con flores de vivos colores.
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Jeff Koons, Puppy Imagen de Noebse en Wikipedia de Dominio público |
Koons, Balloon dog, yellow Imagen de Kim en Wikipedia bajo Licencia CC |

Conocimiento previo
Koons y la polémica
Antes de dedicarse al arte, Jeff Koons trabajó como corredor de bolsa en Wall Street y sí, se licenció en Bellas Artes aunque haya críticos que lo hayan cuestionado. Y ha plagiado a Marcel Duchamp y a Andy Warhol creando un taller con ayudantes que era una copia de la famosa Factory de Warhol. Y se casó con una estrella porno italiana, Cicciolina, y realizó series escultóricas muy subidas de tono, y hay quien dice que no es más que un estafador y antes que artista es más bien publicista. El caso es que Jeff Koons ejemplifica como nadie al artista controvertido, ecléctico y codicioso de arte contemporáneo actual. Su última obra es la portada del disco de Lady Gaga titulado Artpop.
La última gran figura internacional con que terminamos este recorrido por las últimas décadas de la pasada centuria es el pintor y escultor Fernando Botero, colombiano de nacimiento que tras formarse en distintos países europeos se instaló en Nueva York a finales de los sesenta. La inconfundible obra de Botero se enmarca dentro de la nueva figuración con este toque tan personal que destilan todas sus obras: los grandes volúmenes, la exageración de las formas que se inflan hasta parecer que van a estallar de un momento a otro. Con una factura clásica de formas que mezclan el folklore de su país natal con la belleza de las mujeres renacentistas de Paolo Ucello y Piero della Francesca. Botero utiliza las técnicas tradicionales de acero y fundido en bronce para crear sus icónicas esculturas que de una manera sutil cuestionan el nivel de vida de la sociedad actual del bienestar.
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Fernando Botero, Jinete Imagen en Wikipedia de Dominio público |
Botero, Mano Imagen de M. González Olaechea en Wikipedia bajo Licencia CC |
Dentro de nuestras fronteras, hay que destacar a una serie de escultores con una gran proyección internacional que han revalorizado la escultura española y expuesto en los más prestigiosos circuitos internacionales, como las bienales de Venecia y Kassel. El valenciano Miquel Navarro comenzó con unas esculturas formadas por piezas de pequeño tamaño que conformaban una especie de maquetas de ciudades en donde llamaba la atención la ausencia de cualquier ser humano, con diversidad de materiales: madera, zinc, cobre, ladrillos y terracota. Su obra ha evolucionado hacia unas esculturas de hierro y acero de gran tamaño que se mueven entre la figuración y la abstracción.
El austriaco afincado en nuestro país Adolfo Schlosser obtiene de la naturaleza la mayoría de sus materiales, como troncos de árboles, cañas de bambú, pieles de animales, raíces y piedras, que combina con varillas metálicas y cuerdas. Con la mezcla de materiales escultóricos y cuerdas flexibles creó unos interesantísimos instrumentos musicales con los que llegó a dar algún concierto. Estrechamente ligada a la arquitectura está la obra de Cristina Iglesias, quien se define a sí misma como escultora-constructora, en su obra encontramos una variedad orgánica de materiales, predominando la madera, las cubiertas vegetales y el agua, creando laberintos, estanques y muros vegetales en una perfecta armonía con el espacio arquitectónico que las alberga.
La herencia dejada por los grandes escultoras vascos como Oteiza o Chillida se recoge en la obra de la escultora Susana Solano, que refleja como ninguna otra la evolución de la escultura española en las últimas décadas, desde unos inicios con obras de pequeño tamaño aún muy vinculadas a la pintura, hasta unas obras contundentes de hierro, acero y plomo que se alejan de toda figuración y abrazan las formas simples del arte más minimal. Por último, cabe destacar la extensa producción artística del pintor y escultor Manolo Valdés, miembro fundador del Equipo Crónica, en sus obras se aprecia una clara inspiración de los grandes artistas de la historia como Velázquez, Picasso o Matisse, en unas esculturas de impecable factura donde predominan el hierro y el acero.
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Obra de Susana Solano Imagen de Eva Pons en Pinterest bajo Licencia CC |
Manolo Valdés, La dama del Manzanares Imagen de Olga Berrios en Wikipedia bajo Licencia CC |

Actividad
Grandes figuras de la escultura de finales del siglo XX son Robert Gober, que trabaja con figuras fragmentadas de cuerpos masculinos; Jenny Holzer, que proyecta frases y mensajes sobre edificios; el controvertido Jeff Koons, cuya obra se enmarca dentro del kitsch; Fernando Botero es el escultor de las formas exageradas. En nuestro país destacan la obra de Miquel Navarro, Adolfo Schlosser, Cristina Iglesias, Susana Solano y Manolo Valdés.

Pregunta Verdadero-Falso
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Verdadero
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Falso
Holzer trabaja con textos y mensajes que proyecta sobre edificios o bien los muestra en pantallas luminosas
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Falso
Kitsch en alemán significa cursi
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Falso
Es Fernando Botero
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Verdadero