1. Antecedentes históricos
Kinetoscopio. fuente: cinesonido.com
Al principio del cine, todas las películas eran cortas. Entre los años 1894 y 1900, el Kinetoscopio de Thomas Edison, a través de un dispositivo individual de peepshow, proyectaba segundos de escenas de ciudades exóticas, señoras ligeras y ropa y gente yendo a su trabajo diariamente. Como dice Bryony Dixon, el programador y director del Archivo de Cine Mudo del BFI y director del Festival de Cine Mudo británico, “la mayoría de las películas imitaban otros productos mediáticos existentes: shows de linterna mágica, ilustraciones, espectáculos de variedades… Lo muy corto era la norma”. Muy parecido a lo que hoy sucede, ¿no?
El paralelismo se refuerza si argumentamos que en ambas etapas (con 100 años de diferencia) “lo corto” fue y es probablemente una limitación técnica que devino en universo narrativo. A partir del año 1900, las mejoras en técnicas de grabación y edición permitieron grabar y producir películas más largas. Es decir, pasaron 6 años hasta que eso se produjo. Youtube nace en 2005 y si viajamos 6 años atrás, nos encontramos con un momento en el que Internet todavía no se había popularizado y comenzaba a expandirse.
Pero evidentemente el contexto social de ambas épocas es bastante diferente. Si bien hoy el Humor es la madre de muchas de estas micro-formas audiovisuales, en la época comprendida entre finales del siglo XIX y principios del siglo, sonreír en las fotografías estaba mal visto, por ejemplo.
Lo cierto es que tratando de trazar un rastro histórico de antecedentes de las actuales microformas audiovisuales más amplio que la propia historia del cine y ampliándolo a la historia de la representación y las artes parece estar claro que las limitaciones (voluntarias e involuntarias, temporales, tecnológicas, etc) son un denominador común. Dentro de uno de esos géneros, que son antecedente claro de las actuales microformas audiovisuales (en temática pero también en cuanto a la limitación temporal), nos encontramos con el chiste.
La mayoría de los chistes son pequeñas historias que a través de una transgresión buscan hacer reír a quien lo escucha. Suelen tener una estructura similar: el interlocutor construye una imagen que nos recuerda a una situación conocida. Cuando nos ha trasladado hacia dicho lugar, suele suceder algo que produce el clímax, por inesperado, que genera la comicidad de la situación y produce la risa del escuchante. En este tema veremos cómo se repite esta estructura
La posibilidad de crear elipsis usando el montaje en pantalla ha descubierto a muchos que la imagen permite hacer desaparecer objetos, cambiarlos de sitio o transformarlos por arte de magia. La misma fascinación que hizo de Georges Méliès el pionero de los efectos especiales la redescubre ahora una comunidad de usuarios muy jóvenes de la que salen vinestars como Zach King, conocido por sus divertidos y sorprendentes trucos de magia visual como lso que te muestra el siguiente vídeo.
Recopilación de vines de Zach King Vídeo de JokerISME alojado en Youtube
El paso lógico de esta posibilidad de hacer trucos con el montaje de forma sencilla es la animación y la creación de fantasías visuales. La mayoría se hacen con elementos caseros como objetos, papeles pintados… la artesanía no es una debilidad en Vine, es una reivindicación del DIY (Do It Yourself, o hazlo tú mismo) y los trabajos manuales ante la hiperdigitalización del mundo. En un momento en que cuesta muy poco crear animaciones potentes en digital, el mérito del artista de Vine reside en trabajarlo manualmente. Y el formato de 6 segundos es más que suficiente para hacer algo resultón e inspirar a los demás para que imiten nuestra hazaña e intenten superarla. Esa será unas claves de cómo de viralizan y se remezclan los vídeos en Vine y de cómo se crean y organizan las distintas comunidades en torno a esta herramienta, que podemos considerar un medio en sí mismo.