2. La sociedad rural

El modo de vida de la gente que vivía en el campo durante el siglo XIX apenas sí va a variar de lo que habíamos visto en la unidad anterior. Sí es cierto que se van a producir cambios muy importantes en la estructura económica y en la propiedad de la tierra, pero la realidad última es que la forma de vida de los campesinos seguía siendo igual o más dura que en el siglo anterior. Para que te hagas a la idea te damos un dato que te puede servir: en 1849 se publica un estudio que dice que la vida media en años de la clase jornalera ni siquiera llegaba a los 20 años.
Y esto ocurre porque ninguna de las reformas que se plantean desde los gobiernos lleva su mirada al más débil, que no son otros que el campesino pequeño propietario o, en peores circunstancias aun, el jornalero sin tierra.
Las tierras seguían siendo relativamente de mala calidad, las técnicas de cultivo seguían siendo las mismas desde el siglo XV, los rendimientos de las tierras seguían dependiendo de la realidad climatológica… En definitiva, las cuestiones técnicas no ayudan a la mejora de la situación de vida de los campesinos.
Por si esto fuera poco, en España también se va a producir un crecimiento importante de la población (de 10 millones en 1800 a 16 en 1860). En países como Inglaterra o Francia, este crecimiento sirvió para dotar de mano de obra a las fábricas de las ciudades, facilitando así el proceso de industrialización. En España sin embargo este exceso de población no tiene adonde salir ya que las fábricas son poco menos que inexistentes. De este modo toda esta gente se ve obligada a quedarse en el campo, donde no había trabajo para todos. El resultado es el que te estás imaginando: al haber tanta gente buscando empleo, los salarios se hunden. Pura ley de oferta y demanda: exceso de oferta, reducción de precios.
Paisaje de la meseta castellana
Paisaje de la meseta castellana. Archivo de Wikimedia Commons bajo licencia Creative Commons.
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"En Baena morían diariamente de hambre diez o doce personas. Nutridos grupos recorrían las calles pidiendo pan; la cárcel se llenaba de reos de hurto y robo, a quienes se dejaba ir a declarar sin guardias, pero todos volvían porque, aunque mal, en la cárcel se comía algo. Los que lograban un jornal no compraban con él más que una torta de cebada que consumían con su mujer e hijos por la noche, pues por el día no comína ninguno. Cuando brotaban en la primavera las primeras espigas en los campos, mujeres y niños se arrojaban sobre ellas, a pesar de los golpes que les proporcionaban los guardianes; en treinta meses Baena, que contaba 12.000 habitantes, perdió, por los efectos del hambre, 2.000. En Bujalance, durtante otro período de hambre, las mujeres vendían su cabellera si alguien quería comprársela, para dar de comer a sus hijos".

Díaz del Moral, J. "Historia de las agitaciones campesinas andaluzas".

 

Como ves en el texto la situación del campesinado era realmente mala.  Ahora haz una breve reflexión sobre la situación de esos campesinos relacionándolo con la de los países pobres.