1.2. Registro

¡Cuántas veces habremos oído aquello de que "hay que saber adaptarse a las circunstancias"! Precisamente por ellas vamos a comenzar. Lee las palabras del escritor Francisco Ayala que hemos encontrado en su obra Palabras y letras:
 
"No se habla lo mismo en el salón que en el cuartel, en familia que entre estudantes, o en una reunión política, o en la iglesia, o en la discoteca. Automáticamente, cada cual se adapta a las circunstancias del caso y habla del acuerdo con las normas pertinentes: tan impropio resulta el empleo en la intimidad familiar de un lenguaje "cuidado", "escogido", remilgado, como la expresión grosera en medio de un acto de académica u oficial solemnidad. Sin salirnos del sistema de nuestra lengua común, todos somos plurlilingües, y cambiamos de lenguaje conforme cambiamos de ambiente." 
 Lengua común
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de Anonymus bajo Dominio público
El texto de Ayala es muy interesante. Habla de "nuestra lengua común". Podríamos pensar, y no sería descabellado, que con tantas modalidades y variedades dialectales en nuestra lengua española realmente tenemos más de una lengua. Esto no es así: existe una lengua común para todos y la enseñanza, los libros, los medios de comunicación social y determinados organismos como la Real Academia de la Lengua Española... se ocupan de que todos los hablantes de español tengamos una misma norma, unas mismas reglas. La verdad es que deberíamos cuidar de nuestra lengua un poquito más, ¿no te parece?

Dice Francisco Ayala también que "cambiamos de lenguaje conforme cambiamos de ambiente", y es cierto. Existen tres grandes niveles de uso de la lengua en función de la cultura y la formación de las personas, del grupo social a que pertenecen o de la situación en que se produce el uso: nivel coloquial, nivel culto y nivel vulgar.

  • Nivel coloquial: Llamamos lengua coloquial a la utilizamos habitualmente en la conversación con nuestros familiares, amigos, conocidos, es decir, con personas con las que tenemos una relación de confianza. Se caracteriza por la improvisación, la naturalidad y la riqueza de matices expresivos: frases cortas, palabras y expresiones informales y una pronunciación relajada.
  • Nivel culto: Llamamos lengua culta a la utilizada en determinadas situaciones por personas con cierto nivel cultural; es decir, aquéllas que pueden expresar cualquier contenido, por complejo que sea, con exactitud y corrección.
  • Nivel vulgar: Llamamos lengua vulgar a aquella que utilizan las personas que poseen escasa cultura debido a una deficiente escolarización. Se caracteriza por la pobreza de vocabulario, las construcciones sintácticas incorrectas y la presencia de vulgarismos.
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Son vulgarismos los usos incorrectos de la lengua producidos por un desconocimiento de la norma. Aquí tienes algunos de ellos que debes evitar. *amoto por moto; *pograma por programa;  *me se cayó por se me cayó; *haiga por haya; *cocreta por croqueta...

No debemos confundir los rasgos propios del habla andaluza con los vulgarismos; por ejemplo, en gran número de zonas se suprime la d intervocálica: se dice /abogao/ y no /abogado/  y esto no es un vulgarismo.

En el siguiente enlace tienes un montón de vulgarismos. Para evitarlos lo mejor es conocerlos. Los tienes en el siguiente enlace:

En la vida diaria es importantísimo saber cambiar de registro según el contexto en el que tengas que hablar o escribir. No es más culto el que siempre utiliza el registro formal, culto de la lengua. El hablante culto es el que sabe adaptar su forma de hablar o de escribir a cada situación, el que "se adapta a las circunstancias", que dice Francisco Ayala.