1.3. Alleluia
Aspectos básicos para entender el Canto Gregoriano
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Importante
Este punto te ayudará a entender mucha de la música que analizaremos en los próximos temas.
Se
cantan los textos del Oficio
y la Misa.
Los oficios se celebran todos los días en los monasterios. Comienzan con los Maitines antes de amanecer y terminan con las Completas al anochecer, cantando seis veces más entre estos dos momentos. Están constituídos por oraciones, salmos, himnos cuya música se recoge en el libro llamado Antifonario.
La Misa es el acto litúrgico principal de la Iglesia Católica y tiene dos secciones: el Ordinario (las secciones que se cantan en todas las misas) y el Propio (las partes de la misa que no se cantan siempre, que dependen de la festividad o el momento litúrgico).
Imagen: la soledad del monje en Flickr de Pasotrapaso bajo CC BY
El Alleluia es un canto del Propio de la misa. Al principio solo se cantaba en una misa al año, el domingo de Resurrección. Es un canto responsorial que se canta de la siguiente forma:
un solista canta la palabra alleluia, el coro repite esta palabra y sigue con un gran melisma sobre la última sílaba. El solista canta el salmo al cual se une el coro en la última frase y después cantan alleluia y el melisma.
El gregoriano silábico es más antiguo. Este gran melisma sobre el “ia” de Alleluia nos indica que es un canto más moderno. Estos melismas llegaron a tener “vida propia” y, a la melodía del melisma, se le añadieron textos nuevos ahora silábicos (quizá para recordar un melisma demasiado florido). Esas nuevas creaciones se llamaron Secuencias y tuvieron tanto éxito durante la Edad Media que se compusieron miles. En el Concilio de Trento (siglo XVI) la Iglesia solo permitió el uso de 4 de ellas en la liturgia. |