3. Imagen corporal en la mujer deportista
3.1. Rasgos característicos de una imagen corporal positiva y negativa
El desarrollo de una imagen corporal, positiva o negativa, está íntimamente relacionado con el autoconcepto. En el contexto de la actividad físico-deportiva y el deporte, el autoconcepto se ve influenciado principalmente desde dos puntos de vista: por un lado la imagen corporal y, por otro, la competencia deportiva.
Con la llegada de la pubertad, las mujeres soportan grandes cambios corporales que, a menudo, implican tener que adaptarse a una nueva realidad corporal y crear un nuevo autoconcepto. Muchas veces estos cambios suponen una llamada de atención sobre su nuevocuerpo, lo que provoca que, con frecuencia, traten de esconderlo (desarrollo del pecho, vello, ensanchamiento de la cadera, etc.). Por otro lado, su competencia deportiva también se ve dificultada por la necesidad de adaptar su cuerpo a movimientos realizados por un cuerpo diferente. La unión de los dos factores descritos genera, como ya han señalado algunos autores como Moreno Murcia, Cervelló y Moreno (2008), desarrollar una imagen corporal negativa (mayor insatisfacción con su peso corporal, menor competencia motriz y unas percepciones globales más negativas que los chicos).
Como rasgos principales característicos de una imagen corporal negativa, se pueden destacar una baja autoestima y, por tanto, un bajo autoconcepto. Asociados a estos dos conceptos y a una imagen corporal no asumida como adecuada, pueden aparecer trastornos alimenticios como la anorexia nerviosa o la bulimia. Una imagen corporal mal definida puede conllevar, en algunos casos, un aislamiento social del individuo junto con episodios depresivos.
La actividad físico-deportiva supone para la mujer la posibilidad de recuperar una imagen corporal positiva y ajustada y, por tanto, conseguir un aumento de su autoestima y su autoconcepto. Estos dos elementos son fundamentales para tener una vivencia social positiva, basada en la aceptación del propio cuerpo con sus posibilidades y limitaciones.
3.2. Los trastornos del comportamiento alimentario
Como se ha indicado en el apartado anterior, como resultado de una imagen corporal negativa o mal definida surgen problemas de aceptación del propio yo. Esto puede llegar a convertirse en un problema de salud pública, con graves consecuencias para quien los sufre, y acabar convirtiéndose en trastornos que la mayoría de las veces requieren un tratamiento multidisciplinar.
Entre los más importantes podemos destacar la anorexia nerviosa, considerada una enfermedad caracterizada por un gran miedo a la obesidad y que desemboca en una malnutrición prolongada, y la bulimia nerviosa, que se caracteriza por efectuar un consumo de grandes cantidades de comida con una posterior inducción del vómito, utilización de diuréticos o laxantes, etc.
Estos dos trastornos se ven muy influenciados con la presión generada por los medios de comunicación, que nos exigen una imagen corporal ligada a modelos corporales la gran mayoría de las veces inalcanzables.
3.3. Estrategias para fomentar una imagen corporal positiva en la mujer deportista
Es de vital importancia enseñar a los jóvenes aspectos relacionados con la aceptación del propio cuerpo y asumir las limitaciones de este, y aprender a asumirlas de manera positiva, evitando la vergüenza. Como señala Vázquez (2002), debemos huir de la búsqueda de un cuerpo concebido para mostrarlo a los demás, y apostar por la búsqueda de un cuerpo vivido personalmente.