5. Inmunología

La inmunología se encarga actualmente de estudiar las enfermedades relacionadas con las alergias, cánceres, rechazos de trasplantes y enfermedades autoinmunes, además de analizar los mecanismos que intervienen en la defensa del organismo.

Es una disciplina bastante joven, que nace a partir del siglo XVIII, con los estudios y ensayos de Edward Jenner sobre las vacunas.

Es el sistema inmunitario el encargado de las defensas del organismo frente a posibles ataques o invasiones de agentes patógenos. No es, en realidad, un sistema perfectamente localizado en el que sus órganos están íntimamente unidos. Por el contrario, se trata de un sistema distribuido por todo el organismo, constituido por una serie de órganos y tejidos.

SISTEMA INMUNE

El sistema encargado de la defensa del organismo es el sistema inmune. No se trata de un sistema localizado, sino que es más bien difuso, es decir, está formado por órganos y tejidos que se sitúan por todo el organismo. Forman parte de este sistema tejidos como son la piel y las mucosas, o algunas sustancias como las lisozimas prsentes en los líquidos del cuerpo. También forma parte de la defensa del organismo el pH del ácido del estómago.

Se trata por tanto, de un sistema muy diseminado y que resulta muy difícil representar en un esquema como podemos hacer con otros sistemas:

 

Sistema Linfático Órganos del Sistema Inmune Barreras externas
Células del sistema
inmune
Sistema linfático
Órganos del sistema inmune
Piel Células del sistema inmune
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El sistema inmune se halla constituido por una serie de órganos y tejidos diseminados por nuestro organismo.

Éstos se pueden organizar en dos grupos:

  • Órganos primarios, en los cuales se producen y maduran los linfocitos, que son las células encargadas de llevar a cabo la respuesta inmune específica contra el agente invasor.

    • Timo, órgano localizado en la base del cuello. Conforme aumenta la edad del individuo, va disminuyendo de tamaño, hasta verse reducido a una masa fibrosa difusa.

    • Médula ósea, localizada en el interior de los huesos largos como el fémur. En ella se localizan las células Stem, llamadas también células madres hematopoyéticas, que originan todas las líneas de células sanguíneas, entre ellas, los linfocitos. Los linfocitos, en realidad, proceden de unas células precursoras inmaduras, denominadas linfoblastos. Los linfoblastos que maduran en la médula ósea se transforman en linfocitos B y los que maduran en el timo se transforman en linfocitos T.
  • Órganos secundarios, que son los lugares donde los linfocitos se almacenan y se activan. Son los ganglios linfáticos, bazo y masas de tejidos linfoide asociados a otros sistemas o aparatos, como son las amígdalas, apéndice vermiforme o las placas de Peyer.

CONCEPTO DE INMUNIDAD Y ANTÍGENO

La inmunidad es la capacidad que un organismo tiene de hacer frente a las infecciones, es decir, somos inmunes a un microorganismo si este no nos puede causar una enfermedad.

El sistema inmune es capaz de crear unas defensas específicas y duraderas frente a los patógenos que entran en nuestro cuerpo, es la inmunidad adaptativa, pero también nacemos con unas defensas propias como son las barreras defensivas y la respuesta inflamatoria, que no son específicas y que no hacen que nuestra inmunidad aumente tras la infección, es la inmunidad innata.

Inmunidad

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Un antígeno es cualquier componente presente en un organismo patógeno, capaz de iniciar una respuesta inmunitaria en el organismo invadido. La respuesta es, por tanto, específica ya que fuerza al organismo atacado a fabricar otras sustancias, los anticuerpos, que deben ser específicos para el tipo exacto de antígeno que ha invadido el organismo.

Los antígenos suelen ser proteínas o polisacáridos, desde el punto de vista químico, y se encuentran formando parte de cápsulas, paredes o flagelos bacterianos, así como de las cápsidas víricas.

El término de antígeno significa "que origina a su contrario". En su estructura existe una zona donde se une al anticuerpo, a modo de una llave con su cerradura, es decir, de forma exacta. A esta zona se le denomina epítopo o determinante antigénico, mientras que la zona del anticuerpo que se une al antígeno se denomina parátopo.

¿QUÉ SON LOS ANTICUERPOS? 

Anticuerpo
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Los anticuerpos son moléculas de naturaleza proteica fabricadas por los linfocitos B y que son específicos para un antígeno concreto, y, además, se unen al antígeno permitiendo que este sea más visible y lo fagocite el macrófago.

Son unas proteínas denominadas inmunoglobulinas (Ig) que presentan una estructura muy característica:

Presentan dos cadenas pesadas (H) y dos ligeras (L) y en ambas existe una región constante (C) y otra variable (V), es esta última la que se modifica para unirse al antígeno específico. 

Existen diferentes tipos de inmunoglobulinas: 

  • La IgG es la más abundante y es la que se une a los macrófagos produciendo la muerte del patógeno.
  • La IgE es la implicada en los procesos alérgicos.
  • La IgD son las primeras en fabricarse por los linfocitos B, lo que puede estar relacionado con la activación de los linfocitos B.
  • La función de IgA es proteger la superficie de la piel y las mucosas, junto a la IgG representa las defensas del recién nacido ya que se transmiten por la leche.
  • La función de la IgM es activar la reacción del complemento.

Cuando el anticuerpo se une al antígeno puede provocar respuestas diferentes:

  • Precipitación: al unirse el antígeno al anticuerpo se produce un precipitado que inactiva a los antígenos. Se produce cuando el antígeno está en disolución.
  • Aglutinación: se produce cuando el anticuerpo se une a los antígenos de la membrana del patógeno, esto impide que los patógenos puedan realizar su función, ya que podemos decir que los inmoviliza.
  • Neutralización: los anticuerpos que se sitúan en las membranas celulares impiden que los antígenos penetren en las células y las infecten, ya que se quedan pegados a ellos y no entran.
  • Opsonización: el anticuerpo no puede destruir por si solo al antígeno ni al patógeno, pero al unirse al antígeno lo hace más fácilmente visible por los macrófagos que lo fagocitarán. La unión antígeno-anticuerpo puede desencadenar la reacción del complemento.
El objetivo de la unión del anticuerpo al antígeno es la de activar una serie de procesos que terminen con la destrucción del agente patógeno.