3. Enemigos a derecha e izquierda

 

Guardias de Asalto se preparan para reducir el golpe de Estado del general Sanjurjo en 1932.

Archivo procedente de la web Memoria Republicana.

Las reformas emprendidas en el Bienio Reformista polarizaron la vida política española y el gobierno republicano se encontró con una fuerte oposición que venía de frentes opuestos:
  • Los sectores más conservadores (Iglesia, ejército, propietarios de tierra, organizaciones patronales…) mostraron su resistencia y oposición a las reformas del gobierno, especialmente en la cuestión agraria y religiosa, y comenzaron a organizarse en torno a la derecha monárquica y a nuevas organizaciones autoritarias.
  • Los trabajadores mostraron su desencanto ante la lentitud y la timidez de algunas reformas emprendidas por el gobierno (especialmente en la vital cuestión agraria) y en un contexto de creciente desempleo y crisis económica aumentó su apoyó a los sectores más radicales de las organizaciones obreras.

Gil Robles, durante un mitin de la CEDA en Madrid.

Archivo procedente de la web Memoria Republicana.

Tras superar la desorientación vivida con la proclamación de la República, la derecha comenzó a reorganizarse. La política laicista impulsada por el gobierno obligó a la Iglesia a moverse para promover un partido que representase a la derecha católica. Así, en 1932, se creó la CEDA (Confederación Española de Derechas Autónomas), partido dirigido por José María Gil Robles. La religión, la familia y la propiedad eran las bases ideológicas de este partido. La CEDA se convirtió rápidamente en el partido mayoritario de la derecha española; se mantenía dentro de la legalidad, pero nunca mostró un compromiso claro con el régimen republicano.

Otros partidos de derecha, por su parte, plantearon desde un primer momento la necesidad de acabar con la República. Los alfonsinos fundaron Renovación Española, partido liderado por Calvo Sotelo, que defendía abiertamente la necesidad de un golpe de Estado. Este partido acabaría integrándose en el llamado Bloque Nacional. Además, se crearon dos partidos de corte fascista en esta época: la JONS (fundada en 1931) y Falange Española (fundado por José Antonio Primo de Rivera en 1933). Ambos acabarían uniéndose a principios de 1934, formando Falange Española y de la JONS.

Junto a todo esto, el régimen republicano tenía que vigilar las intentonas golpistas de un sector del ejército claramente contrario a la República. El más destacado de ellos fue el protagonizado por el general Sanjurjo, quien en 1932 intentó un golpe de Estado que fracasó.

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Hay, por último, un sector bien definido de las derechas españolas, en el cual me encuentro, y que sostiene que hay un problema fundamental o una serie de problemas fundamentales cuyas bases son: la defensa de la religión y principios espiri­tuales; la defensa de la familia, amenazada de disolución; la de la propiedad, combatida por enemigos de ella; la defensa del orden social, que está a punto de quedarse en manos de la anarquía. (...) Mantenemos el programa de los principios funda­mentales de la Religión, Patria, Familia, Propiedad, Orden y Trabajo.

José María Gil Robles, presidente de la CEDA (1932)


¿Cuáles son según Gil Robles los principios fundamentales que debe defender el partido de la CEDA?


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España, pues, ante todo y sobre todo. Una España auténtica, fiel a su historia y a su propia imagen: una e indivisible. De aquí la primera línea de nuestro programa de acción: defensa a vida o muerte y exaltación frenética de la unidad española que la Monarquía y el pueblo labraron juntos a lo largo de quince siglos (…) el hecho católico fue factor decisivo y determinante en la formación de nuestra nacionalidad.

Creemos caducado el sistema político que, nacido de la Revolución Francesa, sirve de soporte a las actuales instituciones y, como Cánovas predijera, nos arrastra al comunismo. El futuro Estado ha de fundarse sobre el deber tanto como sobre el derecho. Los derechos naturales inherentes a la personalidad humana han de ser reconocidos y garantizados por el Estado, de conformidad con su distinto rango, sin que ninguno de ellos quepa al absolutismo. Su mejor garantía será la organización de un Estado fuerte capaz de frenar el abuso con que pretenden ejercerlos o monopolizarlos núcleos o masas indisciplinadas.

Queremos un estado integrador que, a diferencia del Estado anárquico actual, imponga su peculiar autoridad sobre todas las clases, sean sociales o económicas. La era ruinosa de la lucha de clases está tocando a su fin.

Os proponemos, por tanto, españoles, la constitución de un Bloque Nacional que tenga como objetivo la conquista del Estado
".

Manifiesto del Bloque Nacional. 8 de Diciembre de 1934.

Resume con tres palabras los pilares sobre los que se edifica el pensamiento del Bloque Nacional


Detenidos en los sucesos de Castilblanco en 1931.

Archivo procedente de la web Memoria Republicana.

Mientras la derecha se organizaba e iban apareciendo partidos que incluso buscaban el final de la República, desde la izquierda revolucionaria tampoco se daba tregua al gobierno republicano. Desde los sectores izquierdistas se consideraba que las reformas eran demasiado leves y lentas, y que no se estaba dando solución a los problemas, especialmente el de la propiedad de la tierra, que afectaban a las clases más desfavorecidas. Hay que tener en cuenta que en estos años (1931-33), España estaba sufriendo las peores consecuencias de la crisis económica del 29; la situación de muchas familias, sobre todo en las zonas más atrasadas era desesperante. En este contexto, el principal sindicato anarquista, la CNT fue desencantándose con la República y proponiendo de forma más clara la revolución: alentaba la insurrección campesina y proponía el establecimiento de comunas libertarias, ajenas al control del Estado.
En un clima de gran conflictividad social (otro sindicato como la UGT también radicalizó su discurso y el PCE aumentó su número de afiliados) las huelgas y las ocupaciones de tierra comenzaron a ser una constante. El gobierno republicano aparecía cada vez más desgastado y con menos margen de maniobra: si los conservadores clamaban contra la radicalidad de las reformas, los sectores más izquierdistas alentaban la revolución contra un gobierno al que consideraban excesivamente burgués.
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Se han cumplido dos años de la proclamación de la República. Dos años. ¡Y en dos años, qué descenso se ha operado en el espíritu público! Mantiene el pueblo español la fe en la República. (...) Y, sin embargo, forzoso es reconocer que en el ánimo del pueblo no palpitan ya aquellos fervores y aquellos entusiasmos que hoy hace dos años se exteriorizaban con intensidad sin precedentes.
¿Por qué?
Sencillamente, porque República es un concepto abstracto que adquiere su concreción en el Gobierno. Y el Gobierno de la República, con sus errores, con sus torpezas y con sus deslealtades para con la revolución, ha hecho posible ese entibiamiento de afectos, ese desmayo que se percibe en la opinión, que no se siente satisfecha, ni interpretada, ni atendida, por quienes han hecho del régimen un coto cerrado para sus apetencias y ambiciones.
Porque República es revolución. (...) la República, para que sea amada por el pueblo, precisa de un contenido de justicia social, de autoridad, de rectitud y de abnegación que hasta ahora no se ha manifestado por los que la vienen rigiendo desde que fue instaurada.
 
Extracto de un artículo publicado en el diario La Tierra, de la CNT, en el segundo aniversario de la proclamación de la II República. 14 de abril de 1933.

¿Cuál era la posición de la CNT con respecto a la República en estos momentos?


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Noticias sobre los sucesos de Castilblanco

Te dejamos un enlace a la noticia que apareció en el periódico El Socialista, afín al PSOE, sobre los sucesos de Castilblanco ocurridos en 1931. Podrás visualizarla en la página seis del periódico bajo el título "la situación en la provincia de Badajoz".


 

Detenidos tras los sucesos de Casas Viejas en enero de 1932.

Archivo procedente de infocádiz.

Imagen del cementerio con los fallecidos en los sucesos de Casas Viejas.

Archivo procedente de Memoria Republicana.

En medio de esta situación se produjeron los terribles sucesos de Casas Viejas (Cádiz). En enero de 1933, miembros de la CNT protagonizaron una insurrección en este pueblo de la sierra gaditana; la Guardia Civil entró en el pueblo disparando e incendió la casa en la que se refugiaban alguno de estos dirigentes. En el incendio murieron seis personas y, posteriormente, la Guardia Civil arrestó y fusiló a otros 12 jornaleros. Estos sucesos conmocionaron a la opinión pública española, suponiendo un duro golpe para el prestigio de Azaña. Esto, unido a las propias diferencias internas en el gobierno, provocó el final del gobierno azañista y la convocatoria de unas nuevas elecciones para noviembre de 1933.
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Las reformas emprendidas durante el Bienio Reformista contaron con la oposición tanto de la derecha como de la izquierda obrera.
 
Para los conservadores, las reformas eran excesivas pues atentaban contra algunos de los elementos básicos de su ideario: la religión, la propiedad, la unidad de España. La derecha católica aglutinó a sus seguidores en torno a un gran partido: la CEDA. Además, se crearon partidos de extrema derecha como el Bloque Nacional y Falange Española de la JONS.
 
Para las organizaciones obreras, las reformas eran demasiado tímidas y lentas. Se produjeron numerosas huelgas y protestas.
 
Algunas de ellas, como los sucesos de Casas Viejas, acabaron con fallecidos. Estos hechos, más el desgaste sufrido durante todo el periodo, provocaron el final del gobierno de Azaña y la convocatoria de elecciones en noviembre de 1933.