1. Natalidad
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Imagen 2. Gráfico de elaboración propia |
La evolución de la TBN
El descenso de la TBN ha sido lento, largo y más tardío que en Europa, pero con un final muy brusco. Así, a principios del siglo XX partíamos de cifras en torno al 34‰ y sólo notamos un salto de cierta importancia en el período 1914-17, debido a fuertes corrientes emigratorias hacia el extranjero y a la difusión de nuevos métodos anticonceptivos. La Guerra Civil (1936-1939) marca un lógico y nuevo descenso, del que ya no se recuperaran las cifras, que inician una lenta caída, que se hace brusca a partir de 1975, y que nos conducen a una década de los 80 con TBN baja y en disminución.
Sólo hay una excepción, los años 1956-1965 que fueron de aumento de la TBN, el período que denominamos “baby boom”, en el que la recuperación económica tras la dura posguerra permitió a una población aún acostumbrada a altas TBN, tener el número de hijos deseados. Desde 1999, originado por la fuerte llegada de inmigrantes extranjeros, jóvenes en edad de trabajar y de procrear (con hábitos de natalidad superiores a los de los españoles), y por un leve aumento del número de hijos por matrimonio (al amparo de las medidas de protección social y a la familia) observamos un leve repunte en nuestra TBN, que se sitúa casi en un 11 ‰.
Las cifras del Índice Sintético de Fecundidad o Número de Hijos por Mujer en la actualidad son bajas (1,373), pero se encuentran en la media de las europeas, aunque, de entre los quince países más avanzados social y económicamente de la UE, tan sólo Alemania, Italia y Portugal presentan cifras inferiores a las nuestras.
El Índice de Nupcialidad se sitúa por debajo de 5 matrimonios cada mil habitantes, y una edad de entrada en el matrimonio, que se sitúa por encima de los 31,5 años para los hombres, y de 29,3 para las mujeres. En estas condiciones: matrimonios tardíos y más escasos, se entienden las circunstancias del descenso de TBN y NHM.
