3.5. Trastornos alimenticios
Hasta ahora hemos visto que la obesidad es una enfermedad vinculada a la alimentación en la que existe un consumo excesivo de calorías en relación con el gasto energético de cada persona. Pero además existen otras enfermedades relacionadas con la alimentación, como son los denominados Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA), que afectan a la población en general y al ámbito deportivo en particular, y que entrañan gravísimos problemas para la salud, como la anorexia nerviosa, la bulimia y la ortorexia. También hay un trastorno de la conducta denominado vigorexia, que suele llevar asociados comportamientos alimenticios inadecuados.
Desde el ámbito de la salud se establece la importancia de tener una alimentación saludable, hacer deporte, no tener sobrepeso, pero cuando una persona tiene excesiva preocupación por alguno de estos aspectos puede desarrollar comportamientos de alimentación y/o actividad física desequilibrados. Este tipo de trastornos están muy influenciados por los estereotipos que se transmiten en la sociedad actual sobre lo que se considera belleza, elegancia, persona saludable, triunfadora, deportista..., vinculados a una determinada apariencia física (delgadez, cuerpos cuidados y adornados-musculados, depilados, tatuados, etc.) y en los que la gordura o la debilidad corporal pueden llegar a ser sinónimo de personas enfermas, no válidas, o rechazadas socialmente.
En general en el ámbito deportivo, sobre todo en el rendimiento, se considera necesario cuidar el peso corporal, pero cuando se convierte en algo obsesivo para el deportista puede desencadenar un TCA. Esto puede ocurrir con mayor facilidad en modalidades que tienen mayores exigencias con el control del peso, o bien porque de él dependen las categorías en las que se compite (deportes de lucha), o porque tiene repercusiones sobre el rendimiento y/o los aspectos estéticos necesarios en dicho deporte (gimnasia rítmica, patinaje, etc.).
Teniendo en cuenta que los técnicos deportivos van a trabajar con chicos y chicas desde edades muy tempranas, deben tener especial cuidado en que el peso no ejerza demasiada presión sobre ellos, y colaborar con la familia en la identificación y prevención de cualquier trastorno alimenticio.
Tipología y características de los trastornos alimenticios:
- La anorexia nerviosa: es una enfermedad que se caracteriza por un rechazo a mantener el peso corporal por encima del mínimo normal para su edad y talla. Se tiene miedo al aumento de peso incluso cuando se está por debajo de lo normal y por ello se deja de comer o se come mucho menos de lo que es necesario. Las personas que padecen anorexia nerviosa tienen una distorsión de la percepción del propio cuerpo, de forma que se sienten gordas aunque tengan un peso muy bajo.

Imagen de elaboración propia
- Bulimia nerviosa: define a la persona que tiene el hábito de comer de forma incontrolada gran cantidad de alimentos en un corto espacio de tiempo, y a continuación realiza conductas compensatorias con el fin de no ganar peso (vomitar, uso de laxantes, ejercicio físico excesivo...).
- Ortorexia: es un trastorno de la alimentación que se manifiesta por una obsesión por comer sano y el consumo exclusivo de productos naturales, ecológicos. Las personas que lo sufren están preocupadas por la calidad de lo que comen y no por la cantidad, por tanto suelen tener desequilibrios en la alimentación, además de otros síntomas como aislamiento social, ansiedad, etc.

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- Vigorexia: en este trastorno de la conducta en relación a la actividad física se produce una obsesión con el físico y el aumento de la musculatura en la que la persona que lo padece tiene una distorsión de la percepción de su imagen corporal que le hace sentir pequeña y débil aunque esté muy musculada. Esto a su vez conlleva unos hábitos alimenticios poco equilibrados, ricos en proteínas y al consumo de otras sustancias que ayudan a incrementar de forma artificial y no saludable la masa muscular y descuidar otro tipo de nutrientes necesarios como las grasas.
Vigorexia.
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