3. Condicionantes psicológicos y consideraciones específicas de la mujer deportista de alto rendimiento
La incorporación de la mujer al deporte de alto nivel en nuestros días es un hecho normalizado, de tal forma que, incluso en el ámbito del deporte espectáculo, existen modalidades deportivas que alcanzan mayores cuotas de interés en el género femenino que en el masculino. Es más, la evolución del deporte y su carácter coeducativo hacen que la sociedad esté etiquetando como exclusivamente femeninas disciplinas tradicionalmente sin género; es el caso del voleibol femenino en Andalucía, en el que el número de licencias federadas masculinas se ha reducido en la base, mientras que en categorías femeninas han experimentado un notable crecimiento. La mujer participa ya de manera masiva en el deporte competitivo, sin distinguir modalidades, teniendo en cuenta que la práctica deportiva femenina sigue siendo muy minoritaria en relación con la masculina. Muchas chicas participan y compiten en fútbol, rugby, baloncesto, balonmano, bádminton, voleibol, waterpolo, golf, esquí, snowboard, windsurf, remo, piragüismo, tenis, pádel, atletismo y natación como deportes más relevantes.
No obstante, al alto rendimiento, son pocas las que se incorporan si no han tenido una formación deportiva en etapas iniciales. Por lo tanto, es esencial acercar el deporte a las chicas en edades tempranas, creando un hábito y una cultura deportiva.
Hay que seguir fomentando la incorporación de la mujer a todas las disciplinas deportivas, sin prejuicios sexistas, pero, sobre todo, hay que evitar el abandono que se sigue produciendo de manera importante cuando las chicas llegan a la adolescencia, en el que se produce un cese de la actividad deportiva de la mujer de manera considerable.
Como ejemplos recientes del imparable crecimiento social e impacto mediático del deporte femenino en nuestros días, destacar que en nuestro país la tricampeona del mundo de bádminton y oro olímpico en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro (Brasil), la onubense Carolina Marín es considerada una de las mejores deportistas de la historia del deporte español, situándose a la misma altura mediática y con una consideración social tan elevada como otras leyendas de nuestro deporte como Rafael Nadal, citado anteriormente, o Pau Gasol (bicampeón de la NBA, campeón del mundo y 3 veces campeón de Europa con la selección española de baloncesto).
El ejemplo e inspiración que ha supuesto la carrera de esta joven deportista ha multiplicado la práctica de esta disciplina deportiva, hasta hace poco muy desconocida en nuestro país y minoritario en cuanto a licencias federativas, convirtiéndose en uno de los deportes de moda en España. A su enorme evolución y cotas alcanzadas a nivel deportivo ha contribuido de manera esencial el grupo de técnicos que la ha formado y dirigido con sensibilidad, conocimiento, competencia y maestría durante años. Este equipo está liderado por Fernando Rivas, otro egresado de la Facultad de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte de la Universidad de Granada.
En los Juegos Olímpicos de Río, nuestro país obtuvo más medallas en categoría femenina que masculina, hito histórico en el deporte español. El reto que afrontan estas deportistas y deportes para el futuro es la equiparación salarial con el deporte de elite masculino. Arduo camino, pero que poco a poco comienza a obtener su recompensa.
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