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El origen de las ciudades en la península Ibérica

Si definir una ciudad no es una tarea fácil, conocer cuáles debieron ser las primeras ciudades es algo mucho más difícil que lo anterior.

Hay algo que está claro. Las primeras ciudades aparecieron en la zona del Próximo Oriente y de ahí el fenómeno urbano se fue extendiendo por el resto del mundo hasta llegar a la península Ibérica. ¿pero cuándo sucedió esto?

No podemos precisarlo con exactitud, si bien en algunos lugares de la Península, durante el Neolítico, aparecieron ya los primeros poblados hace más de cinco milenios. Aunque todavía no caben ser considerados como verdaderas ciudades, pues ni su población, ni sus funciones económicas, permiten calificarlos como tales.

Ya en la Edad de los Metales, estos poblados neolíticos fueron aumentando de tamaño, y aunque todavía no eran verdaderas ciudades, su población probablemente pudo superar en determinados casos el millar de habitantes, o quizás más. El área del sudeste peninsular parece ser que fue la más destacada en este sentido, en concreto la zona de Almería. Allí núcleos como los Millares o el Argar pudieron albergar a una población difícil de estimar, pero que hace varios milenios pudo superar las mil personas.

Pero seguían sin ser verdaderas ciudades en el sentido estricto que nosotros le damos actualmente a esta palabra. Habría que esperar todavía bastante tiempo más. Tuvieron que ser civilizaciones provenientes precisamente del Próximo Oriente, o si lo preferimos, del Mediterráneo Oriental, las que acabaron fundando los primeros núcleos que realmente podríamos considerar como verdaderas ciudades desde los parámetros que actualmente empleamos para definir el hecho urbano.

El asentamiento de Los Millares en Almería

El asentamiento de Los Millares en Almería
es uno de los primeros conjuntos urbanos en la península
Imagen en Wikipedia de Yuntero bajo CC

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Los elementos del plano: viario, manzanas y espacios libres.

Todo plano es el resultado de la combinación de tres tipos de elementos:

El viario, es decir, las calles o las vías por las que se desplazan las personas, los automóviles, etc. Puede adoptar nombres muy diversos en función de las características que posee. Así hablamos de callejones, adarves, azucaques, barreduelas, avenidas, bulevares, autovías, rondas, travesías, circunvalaciones, redes, etc.

Las manzanas, esto es, el espacio edificado. O si queremos definirlo de una forma aún más simple, el espacio que queda rodeado por el viario y en el que se construyen los edificios. Su superficie, la tipología que poseen o las formas de las mismas, son indicadores muy importantes para saber en qué momento de la Historia urbana de una ciudad aparecieron esos espacios residenciales.

Los espacios libres. Este es un término muy ambiguo y amplio, en el que caben muchos tipos de formas y de usos. Por oposición, se definen como toda aquella parte del plano que no queda englobada ni en el viario ni en el espacio edificado.

Existen tres tipos principales de espacios libres:

  • Las plazas, o lugares de confluencia entre varias calles. Eran muy importantes en las ciudades antiguas y medievales, aunque han dejado de tener esa misma importancia en las actuales.
  • Las zonas verdes o espacios ajardinados. Que surgen recientemente, ya que en períodos anteriores no se destinaba apenas superficie a este tipo de elemento dentro del espacio intramuros. Aparecen a partir del siglo XVIII y sobre todo desde el XIX.
  • Los solares o espacios vacantes. Por ellos se entiende tanto las superficies sin construir a consecuencia del derribo de una edificación existente anteriormente, como aquellos espacios intersticiales que todavían no han sido urbanizados por el crecimiento urbano.
Badajoz

La plaza, como esta en Badajoz,
es uno de los principales elementos que constituyen el plano urbano
Imagen en Wikipedia de JulioCorrales bajo CC

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Las áreas metropolitanas.

Las grandes ciudades actualmente ya no son solo eso, una gran ciudad. En muchas ocasiones se han convertido en algo que ha superado el límite tradicional de lo hasta entonces tenido como zona urbana, y han establecido otro tipo de relaciones mucho más intensas sobre el territorio que las rodea.

Aparecen así las denominadas áreas metropolitanas. Estas se definen como el conjunto que forma esa gran ciudad con los núcleos periféricos que se conectan con ella. Este conjunto se basa en una serie de relaciones de carácter laboral, comercial, residencial o de ocio.

Lo habitual es que en la nueva estructura urbana que aparece, la función comercial y de ocio se concentre en la ciudad central, mientras que las funciones residencial e industrial se ubiquen, por el contrario, en las zonas periféricas.

Este tipo de áreas comenzaron a surgir en nuestro país a partir de los años sesenta del pasado siglo. En aquella época, y como consecuencia del crecimiento urbano, buena parte de la población recién llegada a la ciudad se instaló en los pueblos de la periferia donde la vivienda era más barata. Este fue el origen de las denominadas ciudades dormitorio.

Las tres primeras áreas metropolitanas que hubo en España fueron las de Madrid, Barcelona y Bilbao. En un segundo nivel en cuanto a su población e importancia económica se encuentran en la actualidad las de Valencia, Sevilla, Málaga y Zaragoza.

Bahía de Cádiz

Vista aérea del área metropolitana de la bahía de Cádiz
Imagen en Wikipedia de Hispalois bajoCC

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La jerarquización de las ciudades españolas. Factores que la determinan.

Establecer una jerarquización u ordenación de las ciudades basándonos solo en su número de habitantes es, sin embargo, algo incompleto. Para saber realmente cuál es el peso o la importancia que una urbe tiene a la hora de organizar el territorio en el que se inscribe, es necesario tener también en cuenta otra serie de consideraciones.

Así hay que valorar, por ejemplo, cuál es el tamaño del área sobre el que ejerce su influencia, o cuáles son las funciones en las que está especializada.

Existen una serie de actividades en ellas que indican si realmente la ciudad tiene capacidad para organizar el territorio que existe a su alrededor. Algunas de estas actividades son, por citar algunos casos, el ser sede de grandes empresas, la organización de congresos o de ferias, albergar a un cierto número de administraciones responsables de la organización del territorio, la celebración en ellas de acontecimientos culturales o la existencia en las mismas de un comercio intenso y especializado.

Normalmente este tipo de características se encuentran en las metrópolis, de ahí que la mayor parte de estas sean las que reunen en ellas la capitalidad de las administraciones autonómicas. Esto sucede siempre y cuando no exista en esa misma Comunidad otra ciudad que tenga un rango superior a la que no es considerada como capital.

Jerarquías urbanas

Jerarquías urbanas de las ciudades españolas
en función del tamaño de su población
Imagen en Wikipedia de Capra bajo CC