4.2. Andalucía
Debe hacerse notar, para empezar, que en la escuela andaluza se mantuvieron los estofados bastante tiempo: la pintura se aplicará sobre dorado y esto le dará una presencia netamente distinta a la de las imágenes de Castilla. En Andalucía la influencia italiana se dejó notar en algún grado y los conjuntos sí poseen un dinamismo que, unido a la teatralidad, resulta muy efectista. De todos modos, y pese a los comentarios al uso, la escuela andaluza no insiste nunca en el dolor y las imágenes transmiten un asombrosa serenidad (un solo ejemplo basta para ponerlo de manifiesto: Jesús de Pasión, de Martínez Montañés).
Juan Martínez Montañés (1568-1649) suele considerarse como el máximo representante de la escuela andaluza de imaginería. Es un claro continuador del espíritu renacentista en la escultura (proporciones, gestos). Estuvo influido por Torrigiano (véase su San Jerónimo en el Museo de Bellas Artes de Sevilla y compárese con el San Jerónimo, de Montañés, que se encuentra en el monasterio de San Isidoro del Campo, en Sevilla, o con el Santo Domingo penitente, que se encuentra en el Museo de Sevilla), pero también por Miguel Ángel. Alcanzó, sin embargo, un estilo propio que lo diferencia netamente de sus contemporáneos. Sus imágenes están dotadas de una gran serenidad, capaces de captar la mirada de fiel y emocionarlo. Sus obras son muy numerosa y sólo mencionaremos algunas: Cristo de los cálices, La «Cieguecita», Jesús de Pasión, San Bruno penitente, San Francisco de Borja… Debe hacerse notar que Martínez Montañés fue también, como otros escultores de la época, ensamblador de retablos.
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Cristo de los Cálices, Martínez Montañés. |
Santo Domingo de Guzmán, Martínez Montañés. |
Juan de Mesa (1583-1627), que impone a sus obras una mayor expresividad que su maestro (véase con atención el Jesús del Gran Poder, en Sevilla). Quizás Juan de Mesa abandona definitivamente las formas de tratamiento que provienen del Renacimiento para dar a sus imágenes mayor sinuosidad y un tratamiento más complejo en el que los plegados juegan un papel decisivo. Obras suyas son, además, Jesús de la Buena Muerte, Cristo del Amor (ambas en Sevilla), San Ramón nonato… Como en el caso de su maestro, la mayor parte de sus encargos procedieron de instituciones eclesiales y de cofradías.
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Jesús del Gran Poder, Juan de Mesa. |
Si nos desplazamos ahora al este de Andalucía encontraremos en Granada a Alonso Cano (1601-1667) con el que, al menos parcialmente, recuperamos algo del estilo del Renacimiento. En Sevilla coincidió con Velázquez, pues trabajó en el taller de Francisco Pacheco: así, la Inmaculada Niña o del facistol (Granada) nos muestra una imagen que sigue el canon establecido por Pacheco; estamos ante una niña de unos doce años que viste de azul y blanco (lo eterno divino y la pureza) con expresión de recogimiento y mucha contención. Sin duda, la imagen mueve a la piedad, pero de una manera diferente a la que hemos encontrado en los talleres sevillanos. Debe tenerse en cuenta que para Alonso Cano el color fue muy importante (también fue pintor: véase el cuadro San Francisco de Borja, en el Museo de Bellas Artes de Sevilla, en el que el claroscuro apunta a una contención en los sentimientos).
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Inmaculada del facistol, Alonso Cano. |
Por último, Pedro Mena (1628-1688), que abordó en ocasiones temas más propios de la escuela castellana (la Magdalena penitente). Formado bajo la tutela de su padre, también escultor, desarrollará un mayor patetismo y su estilo es netamente diferente del sevillano, porque sus rostros son más ovalados y en su obra se aprecia la influencia de Alonso Cano: las tallas son más delicadas y la policromía tiene una gran importancia—sobre todo por la importancia que Pedro Mena otorgó en sus obras a la vestimenta.
Magdalena Penitente, Pedro de Mena. |
Importante
- En Andalucía se mantienen los estofados en la escultura y se nota la influencia italiana.
- No se insiste en el dolor y se mantiene una completa serenidad.
- Destacan: Martínez Montañés, Juan de Mesa, Alonso Cano y Pedro de Mena.
- Martínez Montañés es el máximo representante de la escuela andaluza. Estuvo influido por Torrigiano y Miguel Ángel. Sus imágenes destacan por una absoluta serenidad, como podemos ver en Jesús de Pasión o La Cieguecita.
- Juan de Mesa destaca por una mayor expresividad, como vemos en Jesús del Gran Poder.
- Alonso Cano llama la atención por la expresión de recogimiento y la contención.
- Pedro de Mena desarrolla un mayor patetismo y tallas más delicadas.
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Curiosidad
En Andalucía destaca también la figura de una mujer conocida como La Roldana (Sevilla, 1652). Luisa Roldán fue la primera escultura española registrada, hija de Pedro Roldán, trabajó en el taller de este hasta su matrimonio en 1671. Trabajó en Sevilla, Cádiz y Madrid donde hizo figuras procesionales en madera, barro y terracota.
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El entierro de Cristo, La Roldana. |