1.2. El mercado de trabajo
Trata todos los aspectos relacionados con el intercambio de factor trabajo entre economías domésticas y empresas. Dicho intercambio se realiza a través del pago del salario, que es la remuneración del trabajo prestado por cuenta ajena.
Es un mercado de gran importancia porque los ingresos de la mayoría de las personas dependen de la renta obtenida por su trabajo. Su funcionamiento depende de la intervención de todos los agentes económicos:
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Fotografía en Flickr de Alan Cleaver bajo CC
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- Las empresas: son el agente demandante de trabajo y estarán dispuestas a contratar personal en función del nivel de salarios, de la cualificación de los trabajadores, de su productividad (cantidad producida por hora trabajada), de las ventas esperadas o incluso por cuestiones de responsabilidad social (por encima de controlar los costes podría estar el objetivo de generar empleo).
- Las economías domésticas: son las que ofrecen trabajo en función de diferentes aspectos: el nivel de salarios, su nivel de necesidades sin satisfacer, su preferencia entre el trabajo y el ocio o su disponibilidad monetaria en un momento dado (seguro que si te toca la lotería estarías dispuesto a trabajar menos).

Actividad
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Fotografía en Flickr de Ray_from_LA bajo CC
De la misma forma, el Estado regula las formas de contratación (tipos de contrato, duración, extinción de los contratos, etcétera) pero también interviene activando el mercado de trabajo a través del empleo público, de las inversiones públicas, de los incentivos para la contratación, de las ayudas para la creación de empresas o de las prestaciones para desempleados.
- Además de los Estados, los sindicatos también intervienen para proteger a la parte más débil en la relación laboral, los trabajadores. Los sindicatos son asociaciones de trabajadores que intentan defender sus derechos buscando mejores condiciones laborales. Así participan en las negociaciones colectivas con los representantes de los empresarios (patronal) para elaborar convenios colectivos que regulen las condiciones mínimas que rigen en un sector determinado.

Pre-conocimiento
Tendencias en el mercado de trabajo: en los últimos años ha aparecido la opción del reparto del trabajo. Lo habitual empieza a ser la inestabilidad en el empleo y el mileurismo: el trabajador ha de desempeñar tareas más flexibles, se imponen procesos de formación permanente, el autoempleo está creciendo, surge el teletrabajo, se habla de la compatibilización del trabajo y la familia y, junto a la visión del trabajo convertido en un fin (vivir para trabajar), cada vez más personas deciden desvincularse de la dependencia laboral asociada a la satisfacción de nuestras infinitas necesidades y trabajar menos para vivir mejor.


Pre-conocimiento
Los avances tecnológicos, económicos y sociales han fomentado la aparición de nuevas profesiones y empleos, los llamados nuevos yacimientos de empleo. Se incluyen aquí trabajos relacionados con la vida cotidiana (atención a personas dependientes, servicios a domicilio, cuidado de niños o ayudas en la educación), nuevas tecnologías (programación, comercio electrónico o internet), calidad de vida (vivienda, seguridad, alimentación ecológica o salud), cultura y ocio (turismo rural, de aventura, sector audiovisual, etcétera), medio ambiente y desarrollo sostenible (gestión de aguas y residuos, mantenimiento de zonas naturales, control de la contaminación, energías alternativas, etcétera).
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Un factor interesante a la hora de analizar este mercado es la clasificación de la población en relación al trabajo. Así, dentro del conjunto de población que está en edad de trabajar (mayores de 16 años) nos encontramos con:
- Población activa: incluye la parte de la población que trabaja o puede trabajar, en concreto:
- La población ocupada: personas que están trabajando por cuenta propia o ajena.
- La población desocupada o desempleada: desempleados, es decir, personas que no trabajan pero que buscan activamente empleo.
- Población inactiva: personas que no se encuentran en ninguna de las situaciones anteriores (estudiantes, jubilados, amas de casa, personas que no buscan empleo, etcétera).
De la composición de esta clasificación se obtienen indicadores económicos importantes como la tasa de actividad y la tasa de paro que estudiaremos en un tema posterior.

Pre-conocimiento
La población activa en España creció durante varias décadas gracias principalmente por la incorporación de la mujer al trabajo y a la llegada masiva de población inmigrante, que favoreció la atenuación del envejecimiento progresivo de la población española y la disponibilidad de mano de obra.

