3. Migraciones interiores. Factores, evolución, cambios y resultados. Indices de medida.
No nos podemos estar quietos. Las migraciones interiores
A lo largo de la Historia, los seres humanos se han desplazado en numerosas ocasiones, en busca de lugares con mejores condiciones de vida de las que dejaron atrás.
En el caso concreto de los habitantes de la península Ibérica, esta afirmación cobra todo su valor, desde un punto de vista histórico.
Dejando al margen a etapas anteriores a la época moderna, ha sido a partir de esta, es decir, desde el siglo XVI, cuando en el interior de España han tenido lugar importantes desplazamientos de población.
Así, desde el siglo XVII se inició un proceso de abandono de las tierras del interior de la Meseta, que atravesaron en aquella centuria una grave crísis económica, para desplazarse hasta la periferia, donde las posibilidades de vivir eran algo menos malas.
Este movimiento se acrecentó aún más durante el siglo XVIII, uniéndose a él, además, otro de carácter centrífugo que hizo que una buena parte de la población buscara también asentarse en la capital del Estado, Madrid. Esta ciudad, por aquella época, empezaba a reunir un gran número de funciones administrativas y, en consecuencia, a necesitar más población para satisfacer los servicios de la corte y de su funcionariado.
En el siglo XIX, el proceso fue cada vez mayor. En este caso, la industrialización de zonas de la periferia, como el País Vasco o Cataluña, propició que muchas personas dejaran las tierras del sur y comenzaran a instalarse en esos territorios. Todavía esta emigración estaba en sus comienzos, pero ya empezó de alguna manera a experimentarse lo que en el siglo siguiente sería un fenómeno de gran trascendencia en la nación.
Durante el siglo XIX la emigración se intensificó desde la España rural |
Del campo a la ciudad.
Si en el siglo XIX ya se experimentó una clara tendencia a ir abandonando las zonas rurales, para marcharse a los núcleos urbanos más industrializados, en el siglo XX el proceso se incrementó todavía mucho más.
Así, en la década de los años veinte, se vivió un primer momento en el que cientos de miles de personas dejaron los pueblos donde vivían y se instalaron en las ciudades, normalmente en las capitales de provincia. La buena coyuntura económica que se vivió en aquella época propició esta marcha hacia las grandes urbes en busca de una mejor situación económica.
Durante las décadas de los años treinta y cuarenta, esta situación se estabilizó. La crisis económica en la primera, y los terribles efectos de la Guerra Civil en la segunda, se dejaron sentir hasta tal punto que incluso se llegó a producir una inversión en los fenómenos migratorios. La escasez de alimentos fue tal que muchas familias se marcharon de la ciudad al campo, para poder buscar el sustento del que se veían privados en las urbes ante el retroceso de la economía y en particular del suministro de alimentos.
Sin embargo, a partir de la década siguiente, la situación volvió a modificarse. La ligera recuperación económica de los años cincuenta reactivó de nuevo el proceso de abandono de las zonas rurales, y se inició otra vez una marcha masiva de los jornaleros y de los campesinos hacia las grandes urbes españolas.
La consecuencia de ello fue que, mientras el campo fue cada vez creciendo de forma más lenta, las ciudades, por el contrario, experimentaron un espectacular crecimiento. No obstante, este crecimiento trajo también consigo numerosos problemas. Ante la imposibilidad de dar cobijo en buenas condiciones a la gran masa jornalera que se desplazaba, estos comenzaron a asentarse en las periferias urbanas, en unas condiciones que en ocasiones rayaban lo miserable. Asi, en muchos casos, el fenómeno del chabolismo o de la infravivienda hizo su aparición de forma masiva en los arrabales de las mayores metrópolis.
Las duras condiciones de trabajo en el campo y los bajos salarios |
El Éxodo rural de la década de los sesenta
En 1959, tuvo lugar un hecho trascendental para la economía española, ya que en esa fecha se aprobó el denominado Plan de Estabilización Económica que pretendía (y lo consiguió) cambiar de forma estructural la economía del país.
Al margen de otra serie de cuestiones, que en este caso no son de nuestra incumbencia, el Plan dio pie a uno de los mayores cambios demográficos en la Historia de España.
Al amparo del desarrollismo, favorecido por el gobierno franquista, un enorme volumen de población, que algunos autores han estimado en cerca de cuatro millones de personas, abandonaron las zonas rurales a gran escala para irse a trabajar y a vivir a las ciudades.
Las consecuencias fueron espectaculares. Amplias zonas rurales perdieron buena parte de su población, y las ciudades, por el contrario, crecieron de una forma que en muchos casos se puede calificar de incontrolada.
El campo andaluz fue uno de los grandes perjudicados por este hecho. Cientos de miles de agricultores, jornaleros en su mayor parte, abandonaron sus pueblos para marchar a Cataluña, el País Vasco, Madrid y otras ciudades, en particular a las capitales de provincia, que vieron incrementar su población de forma significativa.
Esta situación se mantuvo durante más de década y media, hasta que en 1973 volvió a estallar una nueva crisis económica, y de esta forma, la industria comenzó a expulsar mano de obra y, consecuentemente, la población no se desplazó de la misma forma masiva que hasta entonces lo había hecho.
Emigrantes en Barcelona durante los años sesenta |

Actividad de rellenar huecos
Lee las siguientes frases y pon en los huecos las palabras que faltan.

Importante
- Éxodo rural: Se denomina así al proceso que tuvo lugar en España entre la década de los años cincuenta y la de los setenta del pasado siglo. Durante este período, millones de personas se desplazaron del campo a la ciudad en busca de mejores perspectivas laborales con las que poder aumentar su nivel de vida.
- Migración asistida: Es la que tiene lugar bajo la cobertura del Estado. Desde la década de los años sesenta, fue el Instituto Nacional de Emigración el encargado de prestar ayuda a las personas que deseaban emigrar. Hoy día sus atribuciones han pasado al Ministerio de Empleo y de Seguridad Social.
- Migración interior: Tiene lugar cuando la población se traslada de un lugar a otro sin salir de las fronteras o límites de su Estado, región, provincia o municipio según el nivel territorial que le corresponda.
- Movilidad urbana: Son las migraciones residenciales que tienen lugar dentro de una ciudad. Normalmente, sus habitantes se suelen desplazar desde las zonas centrales, donde el suelo es más caro, hacia la periferia donde es más barato.
- Movimientos pendulares: Surgen como consecuencia de los desplazamientos diarios o semanales que tienen lugar por motivos laborales, de estudios, etc.
- Plan de estabilización de 1959: Fue un decreto promulgado durante la dictadura del general Franco, destinado a abrir la economía española hacia el exterior con el objeto de recibir ayuda económica de otros organismos internacionales. Eso permitió abandonar la economía autárquica y de aislamiento, que hasta entonces había caracterizado a nuestro país.

Objetivos
La inmigración en España es un fenómeno reciente y creciente con una gran repercusión en todos los ámbitos. Actualmente representa una décima parte de nuestra población con muy diversa procedencia.
Porcentaje de inmigrantes respecto a la población total
Imagen de Wikipedia
Pero dentro de esta población inmigrante hay que distinguir dos tipos: los inmigrantes regulares que son extranjeros con certificado de registro o tarjeta de residencia y los no regulares que se encuentran en España sin documentación que acredite su residencia.
La mayor parte de los extranjeros son varones aunque esta cifra varía según la procedencia siendo éstas mayoría entre trabajadores sudamericanos y centroamericanos. Más de la mitad tiene entre 20 y 40 años ya que se trata de un colectivo que vienen en búsqueda de empleo. En la pirámide inferior se observa además el progresivo crecimiento de una segunda generación ya completamente españoles que viene a paliar en cierta medida la escasa natalidad existente en nuestro país.
Pirámide de población de extranjeros en España
Imagen de Zmzmzm2 en Wikipedia. Licencia CC
La causa principal de la población inmigrante está en el desarrollo económico de nuestro país en las últimas décadas sobre todo en comparación con los países de origen. De una parte la cercanía del continente africano y la identidad cultural y lingüística con Hispanoamérica que supone un factor decisivo para los migrantes de esta procedencia.
Entre las consecuencias, aparte de la ya citada del incremento de la natalidad sobre nuestra demografía, la presencia de población inmigrante se hace necesaria para la sostenibilidad del sistema de la Seguridad Social, pues se trata de una migración que se encuentra en edad de trabajar y por tanto aumentan el número de contribuyentes al sistema de pensiones tal y como indican recomendaciones del Fondo Monetario Internacional.
Tambén hay consecuencias de otro tipo como el incremento de una mayor diversidad cultural, religiosa y ingüística aunque por otro lado ha aumentado la xenofobia lo que ha permitido la aparición de opciones políticas que claman por un mayor control en la entrada.