1. España, con 1963 kilómetros en servicio, es actualmente el segundo país del mundo con más kilómetros de vías de Alta Velocidad, sólo superado por China. Ambos han desbancado en los últimos años a los dos países que históricamente siempre habían dominado esta clasificación: Japón y Portugal. Puedes ampliar tu información sobre las redes de Alta Velocidad en el siguiente enlace.
2. La primera línea de Alta Velocidad en España entró en servicio en 1992, uniendo Madrid y Sevilla. Posteriormente, y de forma algo sorprendente, la siguiente línea que se completó fue la línea Madrid-Valladolid. Algo más tuvo que esperar la conexión entre las dos grandes ciudades españolas: Madrid y Barcelona, y otros enlaces de gran potencial como MAdrid-Valencia o Madrid-Málaga.
Como se puede apreciar en la imagen, la red de Alta Velocidad española sigue el trazado radial que históricamente ha caracterizado a las vías de comunicación en nuestro país: todas las líneas parten de Madrid y unen diferentes puntos de la geografía española con la capital.
3. La estructura radial presenta ventajas e inconvenientes. Entre las ventajas podemos destacar la línea de Alta Velocidad española une Madrid, la capital y ciudad más poblada del país, con las otras cuatro grandes ciudades españolas: Barcelona, Valencia, Sevilla y Málaga. Además, permite una buena comunicación de la zona central del país con los puntos neurálgicos de la costa, tanto turísticos (Málaga, Valencia) como industriales (Barcelona, Valencia).
Entre los inconvenientes destaca el hecho de que todas las grandes comunicaciones tienen que pasar por Madrid, dejando de lado algunas interconexiones que serían fundamentales. Es el caso, por ejemplo, del corredor mediterráneo, muy poblado y muy importante turística e industrialmente y que sin embargo no está conectado por una red de Alta Velocidad.
4. Desarrollar la Alta Velocidad es, por sí mismo, algo muy positivo, pues permite comunicar distintos puntos de la geografía española de una forma más rápida, cómoda y segura. En este sentido, el desarrollo de la Alta Velocidad ha favorecido al mundo empresarial (conecta los grandes centros empresariales de España), al mundo industrial (construcción y mantenimiento de estas redes), al mundo turístico e, incluso, al I+D, pues ha convertido a España en uno de los países más desarrollagos en investigación y desarrollo de trenes, vías y todo tipo de dispositivos para la Alta Velocidad.
Sin embargo, esto también tiene su contraprestaciones, pues se ha volcado mucho dinero y energías en desarrollar un transporte caro y alejado de las posibilidades de muchos españoles. Además, esto se ha hecho reduciendo gastos en otros tipos de transporte férreo (cercanías, media distancia, mercancías) en los que España aún presenta graves deficiencias.