1. Los centros comerciales se han convertido en un elemento importantísimo para los habitantes de las ciudades españolas. Es el lugar donde muchos ciudadanos realizan sus compras y cumplen con muchas de sus necesidades de ocio. Esto provoca no sólo un cambio de hábitos de compra, sino también de hábitos de vida; se tiende hacia un modelo estadounidense marcado por las viviendas unifamiliares, el uso masivo del coche y la separación de distintas clases sociales.
2. Los centros comerciales han proliferado sobre todo en la periferia de las ciudades. Se han convertido en el lugar central que aglutina espacios urbanos que se caracterizan por estar muy diseminados. Esas grandes urbanizaciones de viviendas unifamiliares que se amontonan en las afueras de las grandes ciudades sustituyen, como se señala en el vídeo, la antigua plaza del pueblo por estas plazas "artificiales" en las que se recogen todos las necesidades comerciales y de ocio de estos ciudadanos.
3. Como se comenta en el vídeo, estos centros comerciales suelen estar muy segmentados: hay centros comerciales para clases medias, otros para clases altas... De este modo, se pierde algo que es muy común en las zonas comerciales de los centros urbanos: la mezcla de clases sociales e individuos diferentes.
4. Parece obvio que estos centros comerciales están perfectamente diseñados para incitar al consumismo. Para comenzar, concentran una oferta muy variada en un mismo lugar: cines, tiendas, bares, restaurantes. Además, se imita la disposición de las zonas comerciales del centro urbano, con calles e incluso plazas, y tratando de eliminar los inconvenientes de la ciudad: el cliente está resguardado del mal tiempo, tiene una sensación de gran seguridad. Todo ello se combina con enormes escapartes, luminosos, y todo elemento que pueda atraer la atención del cliente. Todo está estudiado para crear una necesidad de comprar que no tiene por qué existir antes de entrar en el centro comercial.