1. Satiricón de Petronio
LA VIDA DE PETRONIUS ARBITER
Se ha discutido mucho sobre la época de composición y la autoría del Satyricón, pues es una obra que nos ha sido transmitida fraccionada tanto en diferentes épocas como en diversos manuscritos. Es probable que se pueda situar en torno a la segunda mitad del s. I n.e. Los investigadores apoyan esta cronología basándose en algunos elementos presentes en la novela: la situación económica y social que se describe, así como las referencias culturales y literarias. Todas estas noticias parecen referirse a la época del principado del emperador Nerón (54 - 68 n.e.).
![]() |
Petronio Imagen en Wikimedia. Dominio público |
Respecto al autor, en algunos manuscritos aparece el nombre de Petronius Arbiter. Se ha identificado este personaje con un noble y político romano que vivió durante la época de Nerón y que el historiador Tácito, en los Annales (XVI, 18 - 19), nos describe con cierta precisión. El Petronio que aparece en los Annales es un aristócrata elegante, refinado, perezoso y dedicado totalmente a la búsqueda del placer; sin embargo, esto no impidió que, cuando tuvo cargos de responsabilidad, los cumpliera con seriedad y energía. Gracias a Tácito también sabemos que fue el favorito de Nerón, quien acuñó la expresión elegantiae arbiter, en relación con su cognomen (apellido) y actitud. Cuando se trataba de temas relacionados con el gusto y la elegancia, Nerón seguía siempre las sugerencias de Petronio.
También sabemos algo sobre la muerte de Petronio. Hacia el año 66 n.e., tras una conjura contra Nerón, fue denunciado por algunos enemigos de palacio, posiblemente Tigelino, el comandante de los pretorianos. Fue obligado a quitarse la vida y lo hizo, pero a su manera. Se cortó las venas disfrutando de una comida y de la lectura de versos. Antes de morir dictó unas palabras describiendo las violencias y las arbitrariedades de Nerón y su entorno, entregando el texto debidamente sellado al emperador. Podemos ver en detalle todas estas informaciones en la sección "Para saber más", donde recogemos los dos pasajes de Tácito que hacen referencia a Petronio.
Escena de la muerte de Petronio en "Quo vadis?" Vídeo de Daniel Jayo en Youtube |

Para saber más
PETRONIUS ARBITER SEGÚN EL HISTORIADOR TÁCITO
Gracias a los historiadores romanos nos han llegado mucha información, no sólo sobre acontecimientos y lugares sino también sobre personas. En el caso de Petronio, es gracias a Tácito que sabemos algo. Veamos estos dos pasajes.
La vida de Petronio, elegantiae arbiter | ||
XVIII. De C. Petronio pauca supra repetenda sunt. Nam illi dies per somnum, nox officiis et oblectamentis vitae transigebatur; utque alios industria, ita hunc ignavia ad famam protulerat, habebaturque non ganeo et profligator, ut plerique sua haurientium, sed erudito luxu. Ac dicta factaque eius quanto solutiora et quandam sui neglegentiam praeferentia, tanto gratius in speciem simplicitatis accipiebantur. Proconsul tamen Bithyniae et mox consul vigentem se ac parem negotiis ostendit. Dein revolutus ad vitia seu vitiorum imitatione inter paucos familiarium Neroni adsumptus est, elegantiae arbiter, dum nihil amoenum et molle adfluentia putat, nisi quod ei Petronius adprobavisset. Vnde invidia Tigellini quasi adversus aemulum et scientia voluptatum potiorem. Ergo crudelitatem principis, cui ceterae libidines cedebant, adgreditur, amicitiam Scaevini Petronio, obiectans, corrupto ad indicium servo ademptaque defensione et maiore parte familiae in vincla rapta. | xxx | XVIII. En referencia a C. Petronio, hay que retomar algunas cosas que se dijeron precedentemente. Pues se pasaba el día durmiendo y la noche se dedicaba a sus ocupaciones y a los placeres; y si otras personas habían llegado a la fama por su dedicación, éste la había alcanzado gracias a su pereza y no se le consideraba ni un glotón ni un malgastador, come ocurre a la mayor parte de los que malgastan su propia fortuna, sino un refinado del lujo. Y sus palabras y sus gestos, cuanto más eran libres y mostraban indiferencia, tanto más eran acogidos como expresión de sencillez. Sin embargo, como procónsul de Bitinia y más tarde como cónsul se mostró lleno de energía y a la altura se sus cargos. Después, caído nuevamente en los vicios, o aparentando ser hombre vicioso, fue admitido entre los pocos íntimos de Nerón, como árbitro en las cuestiones de elegancia, de modo que no consideraba dulce o placentero si no aquello que era aprobado por Petronio. De aquí surgió el odio de Tigelino, que se lanzó contra él como si fuera un competidor y más experto en la ciencia de los placeres. Entonces Tigelino hizo valer la crueldad del emperador, pues todas sus pasiones cedían a esta, acusando a Petronio de haber sido amigo de Scevino, tras haber corrompido a un esclavo suyo para que lo delatara de forma que no se pudiera defender y haber metido en cadenas a la mayor parte de sus esclavos. |
Veamos otro pasaje más sobre la muerte de Petronio.
La muerte de Petronio
|
||
XIX. Forte illis diebus Campaniam petiverat Caesar, et Cumas usque progressus Petronius illic attinebatur; nec tulit ultra timoris aut spei moras. Neque tamen praeceps vitam expulit, sed incisas venas, ut libitum, obligatas aperire rursum et adloqui amicos, non per seria aut quibus gloriam constantiae peteret. Audiebatque referentis nihil de immortalitate animae et sapientium placitis, sed levia carmina et facilis versus. Servorum alios largitione, quosdam verberibus adfecit. Iniit epulas, somno indulsit, ut quamquam coacta mors fortuitae similis esset. Ne codicillis quidem, quod plerique pereuntium, Neronem aut Tigellinum aut quem alium potentium adulatus est, sed flagitia principis sub nominibus exoletorum feminarumque et novitatem cuiusque stupri perscripsit atque obsignata misit Neroni. Fregitque anulum ne mox usui esset ad facienda pericula. | xxx | XIX. En aquellos días el emperador había viajado a Campania llegando hasta Cuma, donde estaba retenido Petronio; este dejó de prolongar más sus esperanzas de vida y sus temores. Sin embargo, no se precipitó a la hora de suicidarse, sino que, tras haberse cortado las venas, como había decidido, una vez vendadas las volvía a abrir y hablaba con los amigos no de temas serios o de tal tipo como para buscarse la fama de estoico. Y los escuchaba mientras hablaban no de la inmortalidad y de las decisiones de los sabios, sino de poesías de tema ligero y de versos divertidos. A algunos esclavos entregó sumas de dinero, a otros los hizo fustigar. Fue a comer, se abandonó al sueño, porque esa muerte que era obligada fuese parecida a una muerte accidental. Tampoco en sus notas testamentarias, hecho habitual para la mayor parte de aquellos que caen en desgracia, quiso adular a Nerón, Tigelino o algún otro potente, sino por el contrario describió, ocultando bajo el nombre de libertinos y prostitutas, los crímenes del emperador y la noticia de cualquier atropello y envió sus escritos sellados a Nerón. Y rompió el anillo, para que en un futuro no sirviera para causar peligros. |
CARACTERES, ESTRUCTURA Y TRAMA DEL SATYRICÓN
El Satiricón debió constar de 16 libros, de los que se conservan parte del XV y XVI, aunque no es seguro que la obra terminará ahí. Si exceptuamos un episodio que nos ha llegado completo, la denominada Cena de Trimalción, el resto de la obra está muy fragmentado y trata de algunos pequeños episodios.
El relato principal está narrado en primera persona y trata de las rocambolescas y vergonzosas aventuras del propio narrador, Encolpio, y de su amigo Ascilto, un joven hermoso y sin escrúpulos. Petronio nos describe a Encolpio zarandeado de un lado a otro a causa de la ira de Príapo, obsceno dios de la fertilidad, como Ulises lo era a causa de la ira de Poseidón.
En la primera parte de sus aventuras están acompañados por Gitón. Los tres personajes carecen completamente de moral, pero demuestran gran inteligencia en sus aventuras por las ciudades helenizadas de Italia del Sur. En la segunda serie de aventuras acompaña a Encolpio y a Ascilto un nuevo personaje: Eumolpo. Se trata de un viejo poeta sentimental y algo cínico con quien viajan a Crotona. En el relato principal aparecen numerosos episodios menores con entidad y valor literario propio, prácticamente novelas dentro de la novela. Destacamos: El hombre-lobo, Las brujas maléficas, La Matrona de Éfeso y El muchacho de Pérgamo.
Los cuentos del muchacho de Pérgamo y de la viuda de Éfeso, relacionados con los cuentos milesios, tienen mayor interés literario. El primero aborda el tema de la homosexualidad; el segundo cuenta con tono picante la seducción de una viuda por parte de un soldado en la propia cámara sepulcral de su marido.
El conjunto forma una serie de aventuras extravagantes, eróticas la mayor parte de las veces, en las que se reúnen personajes de todo tipo: ladrones, fanfarrones, pervertidos, rétores, doncellas y matronas dominadas por la lujuria, etc. Es, quizás, la primera novela de pícaros, que, moviéndose en un mundo en descomposición, intentan sobrevivir en él.
El episodio más extenso, por el cual normalmente se conoce la obra, es la denominada Cena de Trimalción. Este episodio apareció separadamente y en un manuscrito distinto al resto de los fragmentos. En él se describe un banquete ofrecido por el liberto enriquecido Trimalción, al cual asisten Encolpio y sus compañeros de aventuras. El anfitrión y su esposa Fortunata hacen ostentación de su riqueza, tanto en la decoración de la casa como en la profusión de suntuosos platos para sus invitados. El tema le sirve a Petronio para trazar una viva caricatura de la vulgaridad de esta clase de nuevos ricos. Durante la comida se suceden incidentes grotescos y conversaciones ridículas. El personaje de Trimalción con sus rasgos caricaturescos es una figura compleja: engreído y pagado de sí mismo por un lado, amable y de buen corazón por otro; preocupado por su salud y su muerte, pero deseoso de disfrutar de todo lo que su buena situación pueda ofrecerle. Petronio traza en esta imagen del nuevo rico una de las figuras más logradas de la literatura romana.
Escena de la cena de Trimalción en el "Satyricón" de Fellini Vídeo de symmachus384 en Youtube |
Por último, en el Satyricón se encuentran un gran número de pequeñas poesías y dos poemas extensos. que merecen ser tenidos en cuenta en un comentario de la estructura de la obra petroniana. El primero de ellos canta la destrucción de Troya, donde no sólo se encuentran ecos del libro II de la Eneida sino también de otras versiones griegas. El segundo es un largo poema sobre la guerra civil; algunos quieren ver en él una crítica o parodia de La Farsalia de Lucano. Este tipo de poemas apoya la tesis de los que piensan que Petronio escribía para un público entendido, capaz de reconocer y valorar las alusiones a autores y obras que hay dispersas por la novela.
COMENTARIO ESTILÍSTICO
Con el Satyricón Petronio consigue una obra totalmente nueva y original, que representa a la perfección el espíritu escéptico y epicúreo de su autor. En conjunto es una obra difícilmente clasificable, en la que se reconocen rasgos de distintos géneros, sin que ninguno de ellos la explique en su totalidad. La mayor parte de los estudiosos de Petronio han relacionado su obra con estos géneros: la sátira menipea, los cuentos milesios, la novela helenística y los libros de crítica literaria.
Quizá la relación más evidente sea con la sátira menipea, que era un subgénero itálico todavía vivo en esa época; se nota su influjo en el tono paródico y burlesco de la caracterización de los personajes.
Edición francesa del s. XVIII del Satiricón Imagen en Wikimedia. Dominio público |
También se aprecia la influencia de los cuentos milesios, que eran narraciones cortas con relatos de viajes, con un alto contenido erótico y que surgieron en Asia Menor en el siglo II a. C. Es sin duda aportación de las fabulae milesiae la concatenación de distintos episodios, que brotan unos de otros sin que se pierda el hilo conductor.
Se puede, pues, concluir que el Satyricón es una obra distinta, original y compleja, en la que, partiendo formalmente de la sátira menipea, el autor introduce rasgos descriptivos tomados de las novelas de viajes, así como una parodia de las novelas de amor.
Desde el punto de vista lingüístico el Satyricón es un documento de un extraordinario valor. Todos los tonos literarios están absolutamente mezclados en perfecta consonancia con el tema narrado y con la caracterización de los personajes; los pasajes cómicos se alternan con los trágicos y a los puramente burlescos suceden otros de gran patetismo. En Petronio se distinguen con claridad dos estilos: uno culto y elevado, propio del narrador y de sus allegados; otro más bien vulgar y bajo, propio de Trimalción y su entorno. Estos dos estilos marcan un claro contraste: junto a las expresiones solemnes y retóricas de los círculos cultivados se nos presenta el lenguaje popular, a veces sencillo, a veces vulgar y soez.
El Satiricón tiene en su conjunto un aspecto barroco, en el que destaca el realismo con el que describe la sociedad de su tiempo, tanto en los aspectos morales y de costumbres como en los lingüísticos.
INFLUENCIA DEL SATYRICÓN EN LA LITERATURA POSTERIOR
Es difícil hallar pruebas de la influencia de Petronio en la literatura posterior. A partir del siglo XVI, más bien hacia final del mismo, parece que empiezan a circular por Europa sucesivas ediciones de los fragmentos, hasta entonces descubiertos, del Satyricón. Según el erudito del siglo XIX Menéndez y Pelayo, la influencia de Petronio en la literatura española es prácticamente nula, aunque tenga formas y contenidos similares a los de la novela picaresca. El primer escritor español que cita expresamente a Petronio es Quevedo, que alaba el estilo del escritor latino y lo considera entre los más grandes escritores de la Antigüedad.

Actividad de Lectura
En la presente actividad de lectura, hemos
seleccionado algunos breves fragmentos del episodio más importante del Satyricón:
la Cena de
Trimalción.
Si pinchas en "Pulsa aquí", podrán leer los
mismos capítulos, pero en latín.
CAPITULO 27. Los protagonistas encuentran a Trimalción.
Nosotros haciendo tiempo y ya vestidos empezamos a dar vueltas, o mejor dicho, a entretenernos y acercarnos a los que jugaban en corros, cuando he aquí que de pronto vemos a un viejo calvo, vestido con una túnica rojiza, que jugaba a la pelota entre muchachos melenudos. Y no eran los muchachos, aunque merecía la pena, los que nos atraían a contemplarlos, sino el propio amo, que en sandalias hacía ejercicio con una pelota verde. No recogía la que ya había tocado en tierra, sino que un esclavo tenía un talego lleno de ellas y las servía a los jugadores. Advertimos también algunas novedades: en efecto, dos eunucos estaban en los extremos opuestos del círculo; de ellos, uno tenía una palangana de plata, el otro llevaba cuenta de las pelotas, pero no de las que se lanzaban de mano en mano al ir corriendo el juego, sino de las que caían en tierra. Mientras admirábamos estas exquisiteces, se nos acercó corriendo Menelao:
- Ese es - nos dijo - con quien os vais a sentar a la mesa; y realmente ya estáis viendo el principio de la cena.
Apenas había callado Menelao cuando Trimalción castañeó los dedos y a esta señal el eunuco acercó la palangana al jugador. Descargada la vejiga pidió agua para las manos, y mojada la punta de los dedos se los secó en la cabeza de un esclavo.
CAPITULO 29. La casa de Trimalción.
Pues bien, mientras yo me pasmo con todo esto, a punto estuve de caerme de espaldas y partirme una pierna. En efecto, a la izquierda según se entraba, no lejos de la garita del portero, un perro gigantesco, sujeto con una cadena, estaba pintado en la pared, y encima escrito en capitales: "Cuidado con el perro". Mis compañeros se desternillaban de risa; yo, en cuanto recobré el aliento, no perdí la ocasión de seguir en detalle el muro entero. Había un mercado de esclavos pintado con sus letreros, y el propio Trimalción, con melenas, tenía un caduceo y, bajo la guía de Minerva, entraba en este pueblo. A continuación se representaba como había aprendido las cuentas, luego cómo había llegado a administrador; todos los pormenores los había figurado muy cuidadosamente con su cartela el minucioso pintor. Al final del pórtico, Mercurio se lo llevaba a un elevado sitial. A su lado estaba Fortuna bien provista con el cuerno de la abundancia y las tres Parcas hilando sus rocadas de oro. Divisé también en el pórtico una manada de carreristas que practicaban con su entrenador. Más aún, vi en una esquina un enorme armario, en cuya hornacina estaban dispuestos unos Lares de plata y una imagen en mármol de Venus y una arqueta de oro de no pequeño tamaño en la que, por lo que se decía, se guardaba la primera barba del señor de la casa. Pregunté, pues, al atriense, qué pinturas eran las que había en el interior de la casa.
- La Iliada y la Odisea - me dijo - y el espectáculo de gladiadores que patrocinó Lenate.
CAPITULO 32. Trimalción, el anfitrión, hace su entrada triunfal.
Estábamos en medio de estas exquisiteces, cuando Trimalción en persona nos fue presentado en litera al compás de una melodía; lo colocaron entre cojines muy rellenitos. Toda la operación provocó risa entre nosotros al cogernos desprevenidos. De un manto escarlata emergía una cabeza rapada, y en torno a su cuello, ya sofocado con la ropa, llevaba arrollada una toalla de ancha franja de púrpura con flecos que pendían por una y otra banda. Tenía además en el meñique de la izquierda un enorme anillo ligeramente dorado, y en el último nidillo de dedo siguiente otro anillo más pequeño, según creí ver, pero eso sí, en oro macizo y con una especie de estrella de hierro engastada. Y por no hacer gala de sólo estas joyas, descubrió su brazo derecho en el que lucía un brazalete de oro y un aro de marfil que abrochaba una placa esmaltada.
Tomado de "Satiricón", Petronio Arbitro, Alma Mater, CSIC, Madrid, 1999. Traducción de Manuel C. Díaz y Díaz.

AV - Actividad de Espacios en Blanco

AV - Pregunta de Elección Múltiple

AV - Pregunta de Elección Múltiple

AV - Pregunta de Elección Múltiple
