Historia inicial

El CO2 y el cambio del clima

Fotografía de Juan Luis Naranjo  en Flickr . Licencia CC

Mira que tenía ganas de venir a ver al mar. Desde las pasadas vacaciones no había tenido tiempo libre ni la posibilidad de hacer una pequeña escapada. ¡Con lo cerca que lo tengo! Poco más de una hora por la autopista.

Para mí el mar siempre ha significado libertad, ausencia de responsabilidades, descanso, vacaciones, contacto con la naturaleza. Y esta playa, a la que vengo desde muy pequeña, es la materialización de todas esas sensaciones.

Ya sé que en verano es muy populosa y está siempre llena de gente. Pero, en mis recuerdos siempre estarán aquellos fines de semana de otoño y primavera que venía con mis padres y hermanos. Los largos paseos por la orilla, en los que nuestras huellas eran las primeras que dejaban marcas en las húmedas y estrenadas arenas.

Pero desde hace algo más de una década todo ha ido cambiando poco a poco. Los bloques de pisos junto a la orilla, la construcción del espigón para el puerto de atraque de la refinería cercana, el casi ya tradicional temporal invernal. El mar le va comiendo terreno a la arena. Cada año, las autoridades tienen que dedicar recursos humanos y económicos para adecentar a toda prisa la playa antes de que comience la temporada veraniega.

A pesar de todo esto, la desilusión ha sido tremenda cuando desde las escaleras que dan acceso al paseo marítimo, he podido comprobar que éste ha desaparecido, y que para llegar a la orilla del mar hay que salvar un acantilado de más de dos metros de altura. Pero, ¿qué está pasando?

En la prensa, la semana pasada se publicaron datos muy alarmantes sobre la evolución de los glaciares que aún existen en la cordillera pirenaica. Me llamó la atención comprobar cómo ha disminuido la extensión en hectáreas de dichos glaciares. Los datos estaban extraídos de un estudio de investigación realizado por la Universidad de Valladolid.

MACIZOS 1894 1982 1991 1994 1998 1999
TOTAL (Has) 1779 608 574 481 322 300

En el díario El País, apareció la siguiente noticia hace unos días. Informaba sobre la intención de la autoridades de reducir las emisiones de CO2 en Andalucía.

 

 

Datos y más datos que parecen indicar que es cierto lo del calentamiento global, y a los escépticos respecto de este tema los traería yo a mi querida playa, para que vieran cómo está desapareciendo.

De todas formas, aún tengo la esperanza de que la inteligencia humana encuentre una solución a este reto al que nos enfrentamos. La recogida de datos, el estudio de los mismos, la puesta en relación entre ellos y la creación de modelos estadísticos sirvan de ayuda para hacer un buen diagnóstico de lo que puede ocurrir y anime a todos los implicados a buscar acuerdos y vías de solución.

Si eso es así, yo podré volver a disfrutar de mi querida playa como la veo en mis recuerdos de infancia.