4.1. Regadío y barbecho
El barbecho también ha disminuido, como venía haciendo desde la década de los sesenta, aunque por diversos motivos: hasta la década de los noventa por la utilización de abonos y fertilizantes, y después por el fomento de los abandonos, especialmente de los cultivos menos rentables.
El regadío,
Tradicionalmente, en España y en general en los países mediterráneos, donde la escasez de precipitaciones se conjuga con una característica sequía veraniega (en la época en la que mayores requerimientos de agua tienen los vegetales y los animales), se veía en el regadío la solución idónea para aumentar las producciones agrarias, conseguir abaratar los precios y lograr una producción variada y competitiva. Así, desde el último tercio del siglo XIX se han llevado a cabo importantes inversiones para ampliar la superficie en regadío. España dispone de algo menos de 3.800.000 hectáreas en regadío, siendo el segundo país europeo en este campo, por detrás de Italia, que tiene algo más de 3.900.000.
Hoy la problemática ha cambiado. Resulta evidente que los cultivos de regadío son mucho más productivos que los de secano (6 veces más) y que, en la actualidad, en España, la tierras de regadío, que suponen un 15 % de la tierras cultivadas, aportan el 50 % de la producción agraria. No obstante, varias cuestiones ensombrecen el anterior brillante futuro del regadío:
- La escasez relativa de agua.
- El desarrollo de regadíos supone fuertes inversiones que se repercuten en los precios aumentando las dificultades para competir.
- Las políticas agrarias europea y española sólo apoyan el desarrollo de regadíos sólo en las zonas en las que sus producciones tendrán una buena acogida en el mercado.
- La extensión del regadío supone la construcción de grandes embalses, de canalizaciones, etc. que tienen un importante impacto medioambiental.
- Los embalses suponen anegar amplias zonas en lugares de montaña o donde hay abundantes precipitaciones y facilidad para embalsar el agua. Estos territorios no utilizan esa agua, pero sufren las consecuencias de almacenarla, por lo que presentan fuertes resistencias a la construcción de nuevos embalses.
Como consecuencia, la superficie en regadío haya reducido drásticamente su ritmo de crecimiento. La política actual sobre regadíos tiende a mejorar su eficiencia mediante el fomento del abandono de las zonas “no rentables”, el desarrollo de las formas de riego “localizado” (como el riego por goteo, que, de 1990 a 2005, han cuadriplicado su extensión), la mejora de las redes de transporte y distribución (evitar pérdidas e impactos medioambientales) y el uso de otras fuentes de recursos hídricos alternativos a los tradicionales embalses y trasvases, como son las desaladoras de agua y la utilización de aguas regeneradas.
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Imagen 11. Mapa de regadíos. Fuente: MARM. Autorizados usos educativos |

Analiza detenidamente el mapa sobre el reparto de las superficies en regadío en España
- ¿Las superficies en regadío se reparten regularmente por el territorio español?
- ¿Dónde se concentran las superfiices en regadío?
- ¿Qué factores crees que intervienen en esa distribución?