2.2. Las actividadea agrarias en un mundo globalizado
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Imagen 4. Estimaciones de la OCDE sobre ayudas a los productores agrarios. uente: OCDE. Autorizados usos educativos |

- Subvenciones a los productores para que puedan vender sus producciones más baratas.
- Ayudas y subvenciones al mundo rural para que sus habitantes puedan acceder a bienes y prestaciones de servicios con unos costes más baratos, lo que les permita vender sus producciones a bajo precio, pero mantener un cierto nivel de rentas (gastan menos).
- Impuestos a las importaciones de otros países para que resulten más caras.
- Ayudas a los prouctos exportados para que resulten más baratos.
- Medidas de control de la calidad de las mercancías importadas orientadas a frenar o dificultar esas importaciones.
- Etc.
¿Por qué esas subvenciones?, ¿qué problemas plantean?
El desarrollo reciente de las actividades agrarias en Europa tuvo que dar respuesta a dos problemas que las marcaron:
- La industrialización y el éxodo rural hicieron que la mano de obra disponible para la agricultura fue escasa y, por lo tanto, relativamente cara. Este aumento en los costes llevó a los empresarios agrarios a sustituir mano de obra por los medios mecánicos de producción que la industria le ofrecía. El aumento de los costes que ello supuso era soportado por un mercado proteccionista, en el que se ponían impuestos a las importaciones y se subvencionaban los precios de nuestras producciones. Así, los productores obtenían un nivel de rentas menor que en las ciudades, pero suficiente para vivir en el mundo rural, y los consumidores podían acceder a los productos agroalimentarios a unos precios asequibles.
- Las actividades agrarias hasta mediados del siglo XX no fueron capaces de abastecer a la demanda interna. Esta situación de dependencia de las importaciones para alimentar a la población hizo que los gobiernos y la UE ayudasen a los empresarios agrarios para que pudiesen adquirir medios de producción que aumentasen la producitividad y la producción.
Este modelo presentaba dos problemas fundamentales:
- No tenía en cuenta una realidad que se estaba abriendo paso a pasos agigantados: la globalización estaba imponiendo progresivamente un mercado mundial de mercancías sin aranceles ni obstáculos al libre comercio. Las producciones agrarias españolas y europeas no eran competitivas en ese mercado.
- Las explotaciones agrarias españolas y gran parte de las europeas eran, en su inmensa mayoría, de un tamaño demasiado reducido para hacer rentables las nuevas inversiones en medios de producción, para poder obtener cosechas a precios competitivos y para, en definitiva, garantizar un nivel de rentas suficiente a los empresarios agrarios, que, de esta manera, pasaron a depender de las subvenciones y a mantener un fortísimo nivel de endeudamiento.
En noviembre de 2001 comenzó la Ronda de Doha (en 2010, aun no ha concluido), de la Organización Mundial del Comercio, cuyo objetivo es liberalizar aun más el comercio mundial, en la que los países menos avanzados están presionando para que los más desarrollados eliminen las subvenciones, las trabas y los aranceles a las importaciones agrarias y de materias primas. La contrapartida es el compromiso de liberalizar sus políticas importadoras de bienes industriales, tecnología y servicios.
La UE es la principal destinataria de estas presiones porque es un bloque de países que mantiene uno de los niveles más altos de subvenciones. EE UU y otros países avanzados, que lo tienen más bajo, también se suman a estas presiones. El resultado es que la UE está firmando compromisos para ir reduciendo sus subvenciones progresivamente.

Como conclusión:
El principal problema del sector agrario español y europeo es su escasa competitividad: sus precios reales son muy superiores a los del mercado mundial porque sus costes son mayores. Hasta la fecha, este problema ha quedado oculto mediante un sistema de subvenciones (el 25 % de la renta de las empresas agrarias españolas viene de subvenciones) que ha permitido unos precios artificiales relativamente competitivos.
Una de las consecuencias de esta situación ha sido la progresiva reducción de la población dedicada plenamente a estas actividades, dado que este sistema genera:
- Inseguridad sobre el futuro del mantenimiento del mismo, dado que depende de decisiones que se toman en ámbitos políticos muy lejanos (acuerdos en la Organización Mundial del Comercio, acuerdos comerciales de la UE con EE UU, o en la propia UE).
- Un sistema de rentas que, como hemos visto, es inferior al de otras actividades económicas.