3. Principales desequilibrios territoriales en España

Decimos que existen desequilibrios territoriales en un país o un área geográfica cuando los recursos se reparten de una forma desigual, concentrándose la mayor parte en una zona, mientras el resto presenta serias carencias. Estudiaremos tres variables: reparto de la población, el PIB por Comunidades y desarrollo del sector terciario.

Si analizamos el reparto de la población en España, ver mapa adjunto, observamos que ésta se concentra en una pequeña parte del territorio: el litoral mediterráneo, la región urbana madrileña, el bajo Guadalquivir, el litoral vasco y gallego, y algún punto aislado del interior peninsular, como la zona central del valle del Ebro, la zona urbana vallisoletana y los archipiélagos balear y canario.

El resultado es un mapa de densidades de población que presenta fuertes contrastes.

Al observar con más detalle este reparto, vemos que, incluso en el interior de esas zonas más pobladas, la población española se concentra en las grandes zonas urbanas (en unas cuantas áreas metropolitanas y en algunas conurbaciones), mientras en las zonas rurales presenta un notable vacío demográfico. La industrialización y el desarrollo del turismo reforzaron el atractivo del litoral, Madrid y los archipiélagos.

 

Imagen 6. Densidad de población en España. 2006


También los movimientos migratorios interiores y exteriores actuales refuerzan esta distribución:

  • Los inmigrantes extranjeros que llegan a España tienden a localizarse en aquellos lugares en los que hay una mayor oferta de empleo en la construcción (capitales de provincia y la costa), en los servicios de mercado poco especializados o en las zonas rurales más desarrolladas, que se encuentran fundamentalmente en las zonas en las que hay mayor densidad de población.
  • Las migraciones inter e intraprovinciales siguieron parecidas pautas: se orientaron hacia las zonas de mayor desarrollo económico (costa mediterránea, provincias de Madrid, Barcelona, Bilbao y capitales de provincia), que son las que tradicionalmente han estado más pobladas.

El resultado de estos procesos migratorios ha sido un lento, pero inexorable, envejecimiento de la estructura demográfica de la España interior, la salida de adultos y jóvenes provocaron un descenso de las tasas de fecundidad y de natalidad, y originaron tasas de crecimiento muy bajas, cuando no regresivas; por el contrario, las zonas receptoras del éxodo rural y de las corrientes migratorias actuales presentan índice de crecimiento real y natural superiores, y una tasa de envejecimiento menor.

La riqueza sigue unos criterios de reparto similares a los de la población.

En el mapa observamos cuatro tipos de comunidades según su PIB:
  • Zonas con una elevada producción concentrada en tres comunidades: Madrid, Navarra y País Vasco.
  • El cuadrante noreste y el valle del Ebro con una producción media-alta, compuesto por Aragón, Cantabria, Cataluña y La Rioja, junto con las Islas Baleares.
  • Con una productividad media-baja se sitúan: Asturias, Canarias, Castilla y León, Comunidad Valenciana, Murcia y las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla.
  • Zonas con una producción muy escasa: representadas por Andalucía, Castilla La Mancha y Extremadura.

Imagen 7. Producto Interior Bruto por habitante. España.

Si analizamos el reparto del PIB per cápita en función de la población, la situación es otra ya que el desigual reparto de la población influye fuertemente:

  • Hay provincias que tienen un elevado PIB pero su población elevada produce un relativamente bajo PIB per cápita, como ocurre en Murcia, Tenerife o Sevilla.
  • Hay provincias con poca población y muy escaso PIB, pero que obtiene un PIB por habitante elevado, caso de Huesca, Burgos o Soria.
  • Otras provincias tienen elevadas cifras de población pero su PIB es tan importante, que el reparto del mismo por habitante da cifras importantes, como ocurre en Guipuzcoa o Madrid. Estas zonas son las más desarrolladas de España.

Este reparto de la producción y la riqueza obedece al de las actividades económicas: las zonas con mayor PIB son las que producen más y añaden más valor al hacerlo; esto es, son las que tienen una mayor especialización en actividades productivas más innovadoras y competitivas: industria avanzada tecnológicamente, servicios de alto nivel, producciones agrícolas de calidad y turismo. Por el contrario, las zonas con un PIB menor (aunque tengan un PIB per cápita relativamente alto por la escasez de sus habitantes) son las que presentan una mayor especialización en actividades agrarias, en industria de escaso contenido tecnológico o en servicios de escaso rango (comercio, servicios públicos…).


Imagen 8. Estudio regional del PIB per cápita, España 2009
Podemos concluir el capítulo asegurando que España tiene una economía terciarizada, como el conjunto de los países desarrollados; no obstante el reparto del empleo en este sector presenta fuertes contrastes territoriales:
  • Las zonas muy especializadas en servicios turísticos presentan porcentajes muy altos (Baleares, Canarias, Málaga…)
  • Las provincias con un fuerte desarrollo de actividades terciarias de alto nivel (servicios financieros y a empresas, investigación, información…) y que son atractivos turísticos presentan una fuerte especialización. Es el caso de Madrid o Barcelona.
  • Las provincias con una gran diversidad productiva (industria, turismo, transporte, servicios de alto nivel, agricultura innovadora y de calidad, etc.) presentan cifras relativamente moderadas. En este grupo se podría incluir aquellas zonas con una tradicional especialización industrial que, aunque tienen un sector terciario de nivel muy desarrollado, presentan cifras bajas. Es el caso del País Vasco y Navarra.
  • Las provincias con escaso desarrollo de actividades industriales y con unas actividades agrarias poco productivas, y con escasa población presentan cifras medias o ligeramente altas, ya que el sector servicios acapara gran parte del empleo del lugar; no obstante, suele tratarse de servicios públicos o personales de poco rango. Lo podemos observar en las provincias del oeste español.
  • Hay un conjunto de provincias que tienen bajísimas densidades de población y sus economías presentan una escasa terciarización. Son las provincias con menores tasas de empleo en el sector terciario.
Para concluir, este desigual reparto se manifiesta es importantes consecuencias sociales: las regiones con menor desarrollo presentan cifras mayores de paro y de índices de pobreza. De esta forma, la brecha económica se convierte en brecha social.
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En España existen importantes desequilibrios demográficos. ¿Qué causas han llevado a esta situación?

Pregunta Verdadero-Falso
Existen provincias con poca población y muy escaso PIB, pero que obtiene un PIB por habitante elevado



Verdadero Falso