4. La necesidad de integrar aspectos psicológicos en la evaluación del rendimiento deportivo

4.1. Coherencia con el carácter multidisciplinar del rendimiento deportivo

Evaluación en cada una de sus áreas

Figura 5. Evaluación en cada una de sus áreas.
Imagen de elaboración propia

El conocimiento especializado del comportamiento humano que la psicología aporta, y la metodología específica de esta ciencia para evaluarlo, estudiarlo, comprenderlo y modificarlo son de enorme utilidad en el ámbito deportivo. No en vano el funcionamiento psicológico de los deportistas puede influir, positiva o negativamente, en su rendimiento deportivo.

Así, la preparación psicológica debe integrarse en el conjunto de la preparación global de los deportistas, como un elemento más que tiene que interactuar apropiadamente con las parcelas física, técnica y táctico/estratégica.

Al plantearnos la programación de un aprendizaje, de unas conductas, de unos contenidos técnico/tácticos, es necesario evaluar todos los efectos producidos por el programa propuesto, en cada una de sus áreas (física, psicológica y técnico/táctica).

Esta evaluación debe analizar los resultados de la enseñanza, comprobando de la manera más objetiva posible los logros alcanzados por la aplicación del programa, permitiéndonos conocer en qué medida el aprendizaje ha sido correctamente planteado y ejecutado y de qué forma se ajustan los objetivos prefijados a los realmente alcanzados.

Por último, la incorporación de una metodología desarrollada para la evaluación psicológica puede optimizar la evaluación del entrenamiento deportivo, contribuyendo a que los entrenadores apliquen procedimientos rigurosos que les ayuden a conocer mejor lo que realizan en el entrenamiento y sus distintos efectos, y a que por esta vía puedan aumentar sus posibilidades de control sobre el proceso de entrenamiento de sus deportistas, y por ende sobre el rendimiento deportivo.

 

4.2. Posibilidad de rendir regularmente en la medida de las propias posibilidades

En líneas generales, las necesidades y problemas de los deportistas se sitúan en tres grandes áreas de funcionamiento:

Áreas de funcionamiento

Figura 6. Áreas de funcionamiento.
Imagen de elaboración propia

En estas áreas el conocimiento psicológico puede contribuir decisivamente a lograr sus objetivos específicos, multiplicando las opciones de rendimiento y éxito deportivos. Por tanto, la incorporación del entrenamiento psicológico al método de entrenamiento puede resultar decisivo para que los deportistas toleren y controlen debidamente los elementos motivantes o estresantes de las competiciones deportivas, desarrollando y fortaleciendo así su capacidad como competidores.

 

4.3. Facilitación de la adaptación de los deportistas a las condiciones de entrenamiento

No hace mucho tiempo, los programas de preparación del deportista concedían mucha más importancia al progreso técnico/táctico y a la mejora de la forma física que al desarrollo de los factores psicológicos. Sin embargo, las múltiples exigencias de la competición, el elevado nivel de compromiso personal y la necesidad de rendir siempre al máximo han hecho que la preparación psicológica del deportista se convierta en algo tan necesario como puedan serlo la preparación física o la preparación técnico/táctica.

De hecho, como hoy en día las diferencias en destrezas y preparación física entre los deportistas son cada vez menores, los especialistas en este campo aseguran que una adecuada preparación psicológica les permitirá obtener un mayor rendimiento.

No ha de sorprender, por tanto, que los profesionales del deporte se muestren cada vez más interesados en incorporar la preparación psicológica a los entrenamientos, ya que dicha preparación permitirá afrontar adecuadamente la competición.

Para conseguir alcanzar una adecuada preparación para el entrenamiento y por ende para la competición, será necesario:

Proceso pedagógico cuya meta es preparar al deportista en condiciones que le permitan demostrar su mejor actuación, tanto en el entrenamiento como en la competición.

Importante

  • Establecer unos objetivos diarios que favorezcan:
    • La motivación
    • La perseverancia
    • La concentración
    • La tolerancia a la fatiga
  • Estructurar un plan de entrenamiento de calidad que, a corto o largo plazo, permita alcanzar los objetivos generales propuestos al comienzo de la temporada.