2. Factores que influyen en la red hidrográfica.
Antes de comenzar a hablar de factores conviene que tengas claro el concepto de red hidrográfica. Con este término hacemos referencia a la disposición sobre el terreno de las cuencas hidrográficas y a sus características en cuanto a extensión, longitud de los ríos principales, caudal, etc.
Aunque hay numerosos factores que influyen en el trazado de los ríos, en la extensión de sus cuencas y en sus caudales, vamos a mencionar brevemente los que más afectan a la Penínsual Ibérica. Si entiendes este apartado te será muy fácil comprender los rasgos generales de la red hidrográfica española que veremos en el siguiente punto.
El factor principal que influye en la disposición de los ríos que conforman una red hidrográfica es el relieve. De él depende la divisoria de aguas que marca las fronteras entre las diferentes cuencas y vertientes hidrográficas. Influye también en el trazado de los cursos fluviales, que han de abrirse paso entre el relieve buscando su camino descendente hacia el mar por valles y depresiones. Por último, el relieve influye también en las características de cada río en cuanto a su caudal y fuerza erosiva, ya que las zonas con fuertes pendientes provocan un descenso rápido del agua, que discurre por cauces estrechos encajados entre montañas aumentando su caudal y fuerza erosiva. En las zonas llanas los ríos fluyen más plácidamente y sus cauces se ensanchan.
Observa el ejemplo de Andalucía para comprobar la influencia del relieve en la configuración y trazado de una cuenca hidrográfica, en este caso la del Guadalquivir. La zona central de la cuenca hidrográfica es una depresión, y sus límites coinciden con los relieves que la rodean: Sierra Morena y Sistemas Béticos. Esta última cadena montañosa aísla a los ríos mediterráneos andaluces de la cuenca del Guadalquivir.
Reflexión

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Ojos del Guadiana. Picasaweb. Creative Commons. |
Otro factor que afecta mucho a la red hidrográfica es el tipo de suelo por el que discurre, la litología que vimos en el tema 1. Recuerda que en España hay tres zonas litológicas: silícea, caliza y arcillosa. Cada tipo de roca se comporta de manera diferente ante el agua, y esto afecta a las características de los ríos. Por ejemplo, no es lo mismo que un río discurra por una zona de rocas impermeables (silíceas) o permeables (calizas, arcilla). En el primer caso el río no pierde agua por filtraciones, mientras que el segundo su caudal se verá reducido por estas pérdidas.
Fíjate en el ejemplo de la izquierda. Se trata de la zona conocida como los ojos del Guadiana, en la que este río desaparece para resurgir algunos kilómetros después. Esto se debe al tipo de suelo tan permeable que hay en la zona.
El clima, junto al relieve, es el principal factor que afecta a las características de los ríos de una red hidrográfica. Ya lo has comprobado al tratar sobre el caudal y los regímenes fluviales.
El volumen y estacionalidad de las precipitaciones de una zona son aspectos fundamentales para entender el caudal de los ríos y su régimen fluvial.
Por otra parte, la temperatura también afecta al caudal de un río, puesto que una temperatura elevada provoca pérdidas de agua por la evaporación.
Compara un climograma oceánico con un régimen pluvial oceánico. Fíjate que las barras de las precipitaciones del climograma coinciden casi a la perfección con la curva del caudal.
La vegetación es otro factor importante en las características de un río. Una vegetación abundante en las riberas disminuye el caudal del río, porque las plantas absorben parte del agua. Además las raíces retienen la tierra y disminuyen la erosión, siendo un elemento importante para evitar riesgos de inundaciones.
Por último mencionaremos el factor que en los últimos tiempos se ha dejado sentir con más fuerza: la acción humana. Y es que las actividades humanas influyen mucho en una red hidrográfica para bien o para mal.
Para bien mediante acciones que ayuden a controlar los caudales de los ríos y evitar las desastrosas crecidas: por ejemplo construyendo presas y embalses en las zonas más adecuadas y no de cualquier forma.
Para mal alterando el funcionamiento natural de un río: por ejemplo deforestando sus riberas, o construyendo en zonas de cauce que permanecen secas mucho tiempo, pero pueden ser ocupadas por las aguas en momentos de crecida.
Reflexión