1.1.1. Características y tipos
La motivación ejerce un papel fundamental en el contexto deportivo. Su influencia es determinante tanto en el aprendizaje, la persistencia y el rendimiento deportivo como en el inicio, mantenimiento y abandono de un determinado comportamiento o de la propia práctica deportiva.
En la etapa de Tecnificación Deportiva (TD) un papel importante a desempeñar por el técnico deportivo es el de motivador. Sus técnicas de motivación son fundamentales para el desarrollo de las actitudes de sus deportistas y el grado de éxito que estos alcanzarán.
En cuanto a los tipos de motivación, diferenciaremos entre motivación básica y motivación cotidiana.
Importante
La motivación básica se refiere a la base estable de motivación que determina el compromiso del deportista con el entrenamiento deportivo y la competición.
Tiene que ver con el interés y ambición de los deportistas por los resultados deportivos, su rendimiento personal y/o las consecuencias beneficiosas de ambos. Se relaciona con el interés que el deportista tiene por mejorar su rendimiento, por conseguir determinadas competiciones y por el reconocimiento personal o social que supondría haberlas conseguido (celebraciones, concesión de premios, etc.).
Es entendida como un signo de competencia y autodeterminación. Es decir, su propia determinación y la actividad son suficientes para que el deportista esté motivado. El hecho de entrenar y competir tiene un alto valor, está relacionado con la auto-superación, la satisfacción personal por su progreso, etc.
Importante
La motivación cotidiana se refiere al interés del deportista por su actividad diaria “per se” y la gratificación inmediata que produce esta, con independencia de los logros deportivos.
Tiene una mayor relación con el rendimiento personal cotidiano, el disfrute de la actividad y las circunstancias que la rodean (ambiente de trabajo, relación con compañeros...).
Ambos tipos de motivación están relacionados y se complementan entre sí. Una dosis elevada de motivación básica propicia una buena disposición de los deportistas hacia la actividad y facilita, por tanto, que pueda desarrollarse la motivación cotidiana.
Sin embargo, en ausencia de motivación básica, los deportistas no adquieren el suficiente compromiso con la actividad como para afrontar retos deportivos verdaderamente ambiciosos, y en estos casos una elevada motivación cotidiana propicia que la experiencia diaria sea más grata, pero aumenta el riesgo de un estado de conformismo que dificulta que se desarrolle el interés por objetivos deportivos que exijan un compromiso más alto.
La motivación también puede ser interna o intrínseca, y externa o extrínseca.
Importante
La motivación intrínseca se refiere al hecho de hacer una actividad por el placer y satisfacción que se derivan de su realización, sin recompensas externas.
Importante
La motivación extrínseca hace referencia a la participación en una actividad para conseguir recompensas, y la conducta tiene significado porque está dirigida a un fin, y no por sí misma.

Importancia desmedida al rendimiento.
Imagen de elaboración propia
Se relaciona con deportistas que dependen de refuerzos externos: dinero, prestigio y reconocimiento social, etc. Esta es considerada más inestable y menos duradera que la intrínseca.
Los deportistas altamente motivados internamente invertirán mucho tiempo y esfuerzo entrenando y trabajando para perfeccionar sus destrezas sin ser instados o halagados por el entrenador. Sin embargo, los menos motivados internamente necesitarán que el entrenador les proporcione la necesaria motivación para ayudarles a trabajar y alcanzar su potencial.
Estos diferentes tipos de motivación han sido asociados con importantes consecuencias psicológicas (Sosa, Jaenes, Godoy-Izquierdo, & Oliver, 2009). Por ejemplo, la motivación intrínseca ha sido asociada con el divertimento en una actividad (Brustad, 1988), aumento de la deportividad (Vallerand & Losier, 1994), disminución en el abandono deportivo (Gill, Gross, & Huddleston, 1983), persistencia en la actividad (Pelletier, Brière, Blais, & Vallerand, 1988) y aparición de emociones positivas (Vallerand & Brière, 1990). Por el contrario, la motivación extrínseca se ha asociado con incremento de los estados de ansiedad en jóvenes deportistas (Scanlan & Lewthwaite, 1984), e incremento en el abandono deportivo (Linder, Johns, & Butcher, 1991).
Otros tipos de motivación son la motivación orientada al ego y la motivación orientada a la tarea (Duda, 2001; Nicholls, 1989).
Importante
En la motivación orientada al ego los deportistas están motivados por la competencia con otros deportistas, tanto en retos como en resultados (búsqueda de destacar o de superar a los otros).
Importante
En la motivación orientada a la tarea los deportistas también están motivados por los retos y resultados, pero no en comparación con los demás, sino con su propio dominio y progreso personal
Los individuos orientados a la tarea perciben el deporte como una actividad que fortalece la cooperación y el compromiso, lo que incrementa el interés por esforzarse, por trabajar duro para mejorar las habilidades deportivas, y da lugar a una participación más entusiasta y satisfactoria. Por el contrario, los orientados al ego perciben la actividad deportiva como un medio para obtener el reconocimiento de los otros, popularidad o ganancias económicas, lo que implica una participación menos entusiasta y una mayor tendencia a desvincularse de la práctica deportiva cuando la actividad no proporciona estos beneficios.