Dado que el entrenamiento deportivo es un proceso en el que el deportista pretende obtener sus objetivos y metas esforzándose por alcanzar sus aspiraciones y/o ambiciones, vamos a describir cuáles son éstos, teniendo en cuenta que un deporte competitivo tiene un objetivo general específico, que es conseguir la perfección en un deporte seleccionado (Issurin, 2012).
Weineck (2005) distingue los siguientes objetivos:
- Objetivos de aprendizaje psicomotor, tales como los factores de la condición física (fuerza, resistencia, velocidad y flexibilidad).
- Objetivos de aprendizaje cognitivo, que influyen sobre los conocimientos de tipo técnico y táctico.
- Objetivos de aprendizaje afectivo, tales como superación, fuerza de voluntad, dominio de uno mismo, etc., que están interactuando con los factores físicos, o por el contrario suponen una limitación para los mismos.
En cambio, Bompa (2003) nos indica los siguientes:
- Alcanzar y aumentar un desarrollo físico multilateral.
- Mejorar el desarrollo físico específico.
- Perfeccionar la técnica del deporte elegido.
- Mejorar y perfeccionar la estrategia.
- Cultivar las cualidades volitivas.
- Asegurar una óptima preparación de un equipo.
- Fortalecer el estado de salud de un deportista.
- Prevenir lesiones.
- Enriquecer con conocimientos teóricos al deportista.
De esta manera, podemos indicar que partimos de un objetivo general específico que nos permite a su vez marcar una serie de objetivos más específicos o propósitos del entrenamiento, y que a través de una serie de actividades y ejercicios conseguiremos alcanzar las metas del entrenamiento, tales como el desarrollo de habilidades y capacidades motrices, aspectos técnico-tácticos, etc.