4.1. Los productos financieros
Vamos a ver a continuación cuáles son los productos financieros más comunes en una economía familiar. Podemos distinguirlos en dos grandes categorías: los productos bancarios y los productos no bancarios.
Los productos bancarios se clasifican según los tipos de operación bancaria que incluyen. Hay tres grandes tipos de operaciones bancarias:
- Operaciones pasivas: Son aquellas operaciones mediante las cuales los bancos reciben dinero en depósito de sus clientes. Se llaman pasivas porque para el banco constituyen una deuda u obligación de pago futuro hacia sus clientes.
- Operaciones activas: Son aquellas operaciones mediante las cuales los bancos prestan dinero a sus clientes. Se llaman activas porque dan al banco un derecho de cobro futuro a sus clientes.
- Operaciones de servicios: Son aquellas operaciones complementarias de las anteriores en las que no se generan deudas por ninguna de las partes. Consisten en servicios que el banco presta y por los que puede cobrar comisiones: gestión de cobros, cambio de divisas, transferencias, giros, domiciliación de recibos, abonos,tarjetas...
1) Productos basados en operaciones pasivas. Los más comunes son la cuenta corriente, la cuenta de ahorro y el depósito a plazos.
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| Retirada de efectivo en un cajero con tarjeta de débito. Imagen en Pixabay. Dominio público. |
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Cheque. |
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Las cuentas de ahorro y los depósitos a plazo son los principales productos cuando se busca un ahorro seguro a corto o medio plazo. |
1.1. Cuenta corriente o depósito a la vista: Es un contrato de depósito por el cual el cliente puede ingresar dinero en el banco y disponer de él cuando lo desee sin previo aviso. El banco suele ofrecer (aunque no siempre) un interés a cambio, pero a un tipo muy bajo. Pero lo que justifica la apertura de una cuenta corriente no es ese interés, sino una serie de servicios de caja que el banco le ofrece a cambio: ingresos y retiradas de efectivo, abono de nóminas, transferencias bancarias, domiciliación de recibos... El banco suele cobrar comisiones por realizar algunos de estos servicios de caja, comisiones que frecuentemente son superiores al interés.
En principio el cliente solo puede gastar el dinero que ya tiene en la cuenta, es decir, no hay crédito. Pero es frecuente que el banco acepte adelantar cierta cantidad de dinero cuando no hay suficiente para afrontar un pago. A esto se le llama descubierto en cuenta y hay que tener mucho cuidado, pues el banco cobra intereses muy altos por esta operación, que en realidad es una operación activa.
En resumen, la cuenta corriente es la fórmula más cómoda para operar con el dinero sin necesidad de custodiarlo todo en efectivo, pero no es un instrumento adecuado para el ahorro. Para facilitar la disposición de efectivo las cuentas corrientes ofrecen varios instrumentos:
- El más tradicional es el cheque, que es un documento por el que una persona ordena al banco en el que tiene depositado dinero que pague una determinada suma a otra persona especificada (que puede ser el propio titular de la cuenta) o simplemente al portador del cheque (lo cual tiene su lógico riesgo). Durante mucho tiempo ha sido el principal medio de pago alternativo al dinero en efectivo. Hoy está en retroceso por la competencia de otros sistemas de pago, pero sigue siendo muy usado.
- El instrumento más común hoy en día para utilizar los fondos depositados en una cuenta es la tarjeta de débito. Está asociada a una cuenta corriente y permite sacar dinero en cajeros, consultar saldos y movimientos y pagar en comercios, de tal forma que la operación se registra inmediatamente en la cuenta. Por razones de seguridad, bancos y clientes acuerdan un límite a la cantidad de dinero que se puede sacar al día, pero hay que tener cuidado porque las tarjetas también permiten el descubierto en cuenta.
1.2. Cuenta de ahorro: Hoy en día es muy parecida a una cuenta corriente. Su principal diferencia es que ofrece menos servicios de caja. A cambio, su interés suele ser un poco más alto. Tradicionalmente funciona con una libreta que el banco entrega al titular y en la que se anotan los movimientos de la cuenta. El titular debe presentar esta libreta para sacar fondos. No obstante, también puede incluir cheques y tarjeta de débito.
1.3. Depósito a plazo: Es un contrato de depósito por el que el cliente deposita una cantidad de dinero por un tiempo determinado, que puede ser renovado por otro plazo igual si las dos partes están conformes. Si el cliente necesita el dinero antes de acabar el plazo, el banco aplica una penalización a los intereses. A cambio, el cliente recibe un tipo de interés mayor, que aumenta a medida que aumenta el plazo. El tipo más tradicional de depósito a plazo tiene un tipo de interés fijo, por lo que se trata de una fórmula segura de ahorro para un dinero que no se necesita de forma inmediata. Sin embargo, también se están ofreciendo depósitos a plazo con tipos de interés variables, en los que la rentabilidad puede aumentar pero también aumenta el riesgo.
2) Productos basados en operaciones activas. Los más comunes son el préstamo (personal e hipotecario) y el crédito.
2.1. Préstamo: Un préstamo es un contrato por el cual una entidad financiera entrega una cantidad de dinero (capital) al cliente, que se compromete a devolverla junto a los intereses en el plazo y forma establecidos. El cliente también tiene que pagar a la entidad algunas comisiones. Las condiciones concretas de los préstamos variarán mucho según la cantidad prestada, el plazo de devolución, las garantías que el cliente da de devolver el préstamo, etc. En el ámbito de la economía personal hay dos grandes categorías de préstamo:
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| El préstamo hipotecario suele financiar la mayor inversión familiar. Imagen en Pixabay. Dominio público. |
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| Las tarjetas de crédito son el contrato de crédito más común en las familias. Imagen en Pixabay. Dominio público. |
- Préstamo personal: Es un préstamo con garantía personal. Eso significa que el cliente pone como garantía de que devolverá el préstamo todos sus bienes o los de otras personas que aceptan esa responsabilidad, que son los avalistas o fiadores. El pago se realiza en plazos periódicos (cuotas). Es el típico préstamo que se pide para comprar bienes de consumo, como un coche, un electrodoméstico... Pero hay que tener cuidado. Los intereses son altos y el retraso en el pago significa tener que pagar intereses aún mayores y normalmente una comisión adicional. Si el impago se prolonga, el banco exige el pago a los avalistas, en caso de que los tenga, y si no puede conseguir que un juez decida el embargo de los bienes.
- Préstamo hipotecario: Es un préstamo en el que se pone como garantía un inmueble, de tal forma que en caso de impago este se vende para que el banco recupere la parte que aún se le debe. Es la fórmula habitual por la que las familias afrontan su inversión más importante: la compra de una vivienda. En ese caso, lo más frecuente es que se ponga como garantía del préstamo la propia vivienda para cuya adquisición se pide ese préstamo. Dado el elevado valor de las viviendas, se trata de préstamos largos y costosos, cuyas cuotas suelen componer uno de los elementos fundamentales del presupuesto familiar durante 20, 30 o 40 años. A cambio, el hecho de contar con una garantía real hace que sus intereses sean más bajos que los de los préstamos personales. La fórmula más corriente de amortización es el pago de cuotas mensuales con un tipo de interés variable que depende de la evolución del Euribor.
2.2. Crédito: Se suele confundir préstamo con crédito, pero no es exactamente lo mismo. Un crédito es un contrato por el cual la institución financiera se compromete a poner a disposición del cliente una suma hasta un límite determinado y en un plazo determinado, que suele ser renovable. Dentro de ese plazo el cliente puede disponer de ese dinero a medida que lo necesite y solo pagará intereses por las sumas que retire y por el tiempo durante el cual haya dispuesto de ellas, además de las comisiones que se hayan establecido. Por eso es un producto muy flexible, idóneo para quienes no pueden saber exactamente qué dinero necesitarán y en qué momento. En muchos casos el cliente puede llegar a disponer de más dinero del límite del crédito, pero entonces tendrá que pagar unos intereses muy elevados. Normalmente estos contratos de crédito se asocian a una cuenta corriente para operar con ese dinero.
- La tarjeta de crédito. Un tipo muy común de contrato de crédito es la tarjeta de crédito. Es una tarjeta que permite disponer de una cuenta de crédito. Con ella se puede obtener dinero en cajeros y efectuar pagos dentro del límite de disposición del crédito sin que el cliente tenga efectivamente esa suma en su poder. Esa suma debe devolverse en los plazos establecidos y con los intereses que se hayan acordado (aunque se puede acordar pagar al contado al final del mes con interés 0). Un retraso en el pago significa tener que pagar intereses muy altos. Hay que tener cuidado con las tarjetas de crédito, ya que son muy similares a las de débito y llegan a asociarse muy estrechamente a la misma cuenta corriente. Pero no hay que olvidar que esta tarjeta no es otra cosa que un crédito. Fijar un límite razonable al dinero disponible suele ser una buena política.
Importante
Los productos bancarios incluyen:
- operaciones pasivas, en las que los bancos se hacen deudores de sus clientes;
- operaciones activas, en las que los bancos se hacen acreedores de sus clientes;
- operaciones de servicios, realizados por los bancos en favor de sus clientes.
Los principales productos bancarios basados en operaciones pasivas son las cuentas corrientes, las cuentas de ahorro y los depósitos a plazo.
Los principales productos bancarios basados en operaciones activas son los préstamos (personales o hipotecarios) y los créditos.
Los productos no bancarios son mucho más variados. Los más comunes son las siguientes:
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| Los seguros buscan proporcionar seguridad ante los riesgos. Imagen en Pixabay. Dominio público. |
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| Bolsa de Madrid Imagen de FDV en Wikimedia Commons. Licencia CC. |
1) Seguros. Un seguro es un contrato entre un cliente y una compañía de seguros por el que esta compañía se compromete a entregar al cliente asegurado una indemnización en caso de que le ocurra un determinado siniestro (un incendio, una avería, un robo, una enfermedad, la propia muerte...), o bien prestarle un determinado servicio en caso de que lo necesite (asistencia sanitaria, defensa jurídica...), a cambio del pago de unas determinadas primas o pagos periódicos. En otras palabras, mediante un seguro el cliente decide renunciar a una parte de su consumo actual a cambio de conseguir seguridad ante un riesgo. La cuantía de las primas dependen del valor de lo asegurado y del riesgo que supone asegurarlo. Hay muchos tipos de seguros. Entre los más comunes podemos citar los de hogar, de automóviles, de robo, de asistencia sanitaria, de vida o de decesos.
2) Planes y fondos de pensiones. Un plan de pensiones es un producto financiero mediante el cual el cliente realiza aportaciones periódicas de sus ahorros a lo largo de su vida laboral para acumular fondos que le permitan complementar su pensión cuando se jubile. Esos ahorros son incluidos en un fondo de pensiones, que es un patrimonio constituido por las aportaciones de numerosos clientes y que una sociedad gestiona, invirtiendo en distintos mercados financieros a fin de obtener rentabilidad. De esa forma, el cliente obtiene una mayor seguridad financiera para el futuro, una cierta rentabilidad en sus ahorros y ventajas fiscales durante el período en el que se aporta dinero, si bien los impuestos aumentan cuando llega el momento de la jubilación. La rentabilidad dependerá del grado de riesgo que asuma el cliente: o sea, a mayor rentabilidad, mayor riesgo. Existen otras alternativas para el mismo objetivo de complementar los ingresos durante la jubilación, como las planes de jubilación o diversos planes de ahorro.
3) Fondos de inversión. Un fondo de inversión es un patrimonio formado por la aportación de numerosos ahorradores que una sociedad administra en su nombre, invirtiéndolo en diversos activos financieros (acciones, deuda pública, etc). Cada fondo se divide en partes iguales a las que se llama participaciones. Los ahorradores entran en el fondo comprando participaciones, que pueden vender en cualquier momento. Su beneficio será la diferencia entre el valor al que vende su participación y el valor al que la compró. El ahorrador puede elegir entre distintos fondos según el equilibrio que desee entre seguridad y rendimiento. Los fondos con un porcentaje alto de renta variable podrán dar más rendimientos, pero también podrán provocar mayores pérdidas. Los que tengan un porcentaje más alto de renta fija darán mayor seguridad a costa de una menor rentabilidad.
4) Inversión individual en bolsa. La bolsa de valores es el mercado donde se compran y se venden las acciones, obligaciones y otros activos financieros a través de los cuales se financian las empresas. Es el principal mercado en el que los fondos de pensiones y de inversión obtienen su rentabilidad gestionando patrimonios colectivos. Pero un ahorrador individual también puede invertir directamente en bolsa, adquiriendo por ejemplo acciones de una empresa para obtener dividendos (o sea, beneficios que las empresas reparten entre sus accionistas) o la rentabilidad resultante de la diferencia entre los precios de venta y de compra de una acción. Es una inversión arriesgada, de la que se pueden obtener rendimientos importantes pero también importantes pérdidas. Por eso se dice que a la bolsa solo debería ir el dinero que no se necesite. La inversión en bolsa solo se puede realizar a través de unos intermediarios autorizados, las sociedades y agencias de valores (popularmente conocidas como brókers), que cobran por ello comisiones.
Importante
Los principales productos financieros no bancarios son:
- los seguros;
- los planes de pensiones;
- los fondos de inversión;
- la inversión en bolsa a través de sociedades y agencias de valores.
Para saber más
Interés fijo e interés variable
A la hora de pedir un préstamo es necesario distinguir la diferencia entre interés fijo e interés variable. Para entender esa diferencia tienes que entender que la devolución de un préstamo consta de dos partes: el capital, que es la suma que te han prestado, y el interés, que es la retribución que recibe el prestamista.
Teniendo eso en cuenta, hay dos regímenes de capitalización, o sea, dos formas de calcular el interés:
Capitalización simple: Es aquel en el que los intereses que se generan en cada período de tiempo no se acumulan al capital para el cálculo de los intereses correspondientes al período siguiente. Se suele utilizar en operaciones financieras a corto plazo (no más de un año).
Capitalización compuesta: Es aquel en el que los intereses que se generan en cada período de tiempo sí se acumulan al capital anterior para el cálculo de los intereses correspondientes al período siguiente. Se suele utilizar en operaciones financieras a largo plazo (más de un año).
¿Quieres ver la diferencia con un ejemplo? Aquí lo tienes.
Imagina un préstamo de un capital de 1000 € a un tipo de interés anual del 10 % (es exagerado, pero permite ver los cálculos con más claridad). Veamos cómo los intereses se acumulan al capital a lo largo de los años según si ese interés es simple o compuesto. Tienes los datos en la tabla y en la gráfica:
| Años | Interés simple | Interés compuesto | ![]() |
| 1 | 1100 | 1100 | |
| 2 | 1200 | 1210 | |
| 3 | 1300 | 1331 | |
| 4 | 1400 | 1464 | |
| 5 | 1500 | 1611 | |
| 6 | 1600 | 1772 | |
| 7 | 1700 | 1949 | |
| 8 | 1800 | 2144 | |
| 9 | 1900 | 2358 | |
| 10 | 2000 | 2594 | |
| Gráfica de elaboración propia |
- Si el préstamo es a un año, no hay ninguna diferencia: en ambos casos habría que pagar un 10 % del capital, o sea, 100 € (total: 1100 €).
- Pero si el préstamo es a dos años, el interés simple se limita a sumar otros 100 euros (total: 1200 €). En cambio, con el interés simple el 10 % se aplica ahora al capital más el 10 % de intereses del primer año. O sea, 1100 € más el 10 % de 1100 € (total: 1210 €).
- Con un préstamo a tres años el interés compuesto ya es el 10 % de 1210, y así sucesivamente.
- En el caso de un préstamo a 10 años la suma total será de 2000 € con un interés simple (aunque este tipo de interés no se usa en realidad para plazos tan largos), mientras que a un interés compuesto será de 2594 €.
Actividad desplegable
Vamos a ver distintos casos en los que una persona puede necesitar un producto financiero. Ayudémosle a decidir qué producto financiero sería el más conveniente para ella:







