1. Calímaco
Calímaco nació sobre el 310 a.n.e. en Cirene. Estudió filosofía en Atenas y fue profesor de gramática antes de realizar la ingente labor de catalogación de los libros de la biblioteca de Alejandría. Se dice que escribió cerca de ochocientos libros, parte de ellos en prosa. Sólo se conserva parte de su poesía, la suficiente como para que sea considerado un excelente poeta.
Escribió seis Himnos a los dioses. A diferencia de los mucho más antiguos Himnos homéricos, el tratamiento de los temas es delicado y erudito. Valga como ejemplo el Himno a Ártemis (1) en el que retrata a la diosa en su infancia, sentada en las rodillas de Zeus, pidiendo al dios su arco, flechas y un cortejo de compañeras para vivir en los montes dedicada a la caza. O cómo se describe, con armonía y elegancia, la escena del Baño de Atenea (2) en el que la sorprende Tiresias. En el Himno a Deméter describe la pena de la diosa en términos sencillos y emocionantes.
Las causas (Αἰτίαι), la más conocida de sus obras, no nos ha llegado completa. Trata de los orígenes de las fiestas, ritos y costumbres ligados a la mitología. Se abre con un prólogo que expone los principios que según él deben guiar la obra literaria. No debe perpetuarse la extensión y el estilo de los poemas homéricos. Él mismo lo cuenta en un epigrama:
Odio el poema cíclico, aborrezco el camino
que arrastra aquí y allá a la muchedumbre; abomino del joven que se entrega sin discriminación, y de la fuente pública no bebo: me repugna todo lo popular. Como ejemplo de esta obra, una pequeña joya, un poema titulado La cabellera de Berenice, dedicado a la reina Berenice, que se cortó el pelo para sacrificarlo a Afrodita con el fin de que su marido Ptolomeo III volviera ileso del campo de batalla. Se dice que desde entonces su cabello forma parte del cielo nocturno y que la estrella más brillante se refiere a la corona de joyas que adornaba el cabello de Berenice. Το άστρο της ημέρας Traducciones de Luis Alberto de Cuenca |