2.3. Características lingüísticas de los textos científicos y técnicos
![]() Imagen de elaboración propia |
En general, podemos decir que la necesidad de precisión y rigurosidad hace que estos textos utilicen la lengua de forma sumamente cuidadosa, lo cual puede comprobarse en los siguientes aspectos:
- Elección de un código elaborado, correspondiente con el nivel culto de la lengua.
- Atención a la corrección lingüística, tanto a nivel ortográfico como gramatical.
- Especial cuidado con la precisión de los términos, para evitar ambigüedades o interpretaciones inadecuadas.
- Construcción de estructuras oracionales claras y bien ordenadas.
Los autores de estos textos siempre tienen en cuenta que lo que se expone, describe o argumenta en ellos es válido y es demostrable y tiene validez universal. Han de ser capaces de representar la realidad con el mayor rigor y objetividad y para ello recurren a una serie de rasgos lingüísticos característicos, que pueden apreciar tanto en el nivel morfosintáctico de la lengua como en el nivel léxico-semántico:
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- Sintaxis clara, en la que se combinan oraciones simples con subordinadas de todo tipo, predominando las que establecen relaciones lógicas (condicionales, causales, consecutivas): La estructura conjugada del cloropreno es altamente reactiva a un ataque con radicales libres debido a la influencia del átomo de cloro altamente electronegativo.
- Abundancia de incisos, explicaciones aclaratorias y ejemplos, mediante el uso de paréntesis o de coordinadas explicativas: La polimerización se detiene al 91% de conversión (gravedad especifica de 1.069) añadiendo una solución de xileno y disulfuro de tetraetiltiurano (un plastificante y estabilizador).
- Uso de oraciones copulativas, para hacer definiciones: Las angiospermas son un filo de plantas fanerógamas, que tienen los óvulos encerrados en una cavidad denominada ovario.
- Para lograr la objetividad se recurre a oraciones pasivas, pasivas reflejas e impersonales con se: El eclipse lunar se produce cuando... También es habitual el uso del plural de modestia: Consideramos importante establecer...
- La precisión se consigue, entre otros medios, gracias al uso de los adjetivos especificativos: las aves rapaces, una superficie terrosa, abrupta...
- Para lograr la exhaustividad se recurre a la abundante complementación (complementos del nombre, circunstanciales, proposiciones subordinadas...): Las cantidades apropiadas de azufre son disueltas en el cloropreno y la solución se emulsifica en una fase acuosa conteniendo hidróxido de sodio y la sal de sodio producto de la condensación del ácido naftalensulfonico.
- Predominio del presente de indicativo y de las oraciones enunciativas (función referencial o representativa de la lengua). Es una forma de garantizar el carácter universal de aquello de lo que se está hablando, puesto que se emplea con un valor de presente atemporal. También se pueden encontrar oraciones interrogativas empleadas con una finalidad didáctica, es decir, para que el lector, a medida que avanza en el texto, reflexione sobre el contenido del mismo y saque sus propias conclusiones: ¿Los intentos formalistas y estructuralistas parecieron perder su batalla metodológica?
- También está presente la función metalingüística, sobre todo en las definiciones: El átomo está constituido por una zona central o núcleo donde se concentra toda la masa y la carga positiva del átomo.
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- El léxico de este tipo de textos ha de ser fundamentalmente denotativo y monosémico, para alcanzar la objetividad, precisión y claridad.
- Empleo abundante de tecnicismos propios de cada disciplina científica. El latín y el griego constituyeron durante mucho tiempo la principal fuente de creación de tecnicimos. Unas veces, se tomaba prestada la palabra completa: afonía, filamento, energía... aunque lo más frecuente era la creación de nuevas palabras (neologismos) a partir de prefijos y sufijos de ambas lenguas: "hiper" ('muy', 'mucho': hipertenso), "bio" ('vida': biodiversidad), "hidro" ('agua': hidrofobia), "micro" ('pequeño': microscopio), etcétera. Aparte de los latinismos y helenismos, el lenguaje científico incorpora otros muchos neologismos, de diversa procedencia:
- Procedimientos internos como la derivación, composición, parasíntesis y acronimia: desertificación, plurinuclear, ADN...
- Préstamos de otras lenguas, tomados directamente (software, bulldozer), adaptados (escáner) o traducidos (ratón).
- Palabras de la lengua común, que adquieren el carácter de tecnicismo en virtud de una expansión significativa: red, carpeta, frente, manto, herencia...
- A veces se nombra una realidad haciendo común el nombre propio de la persona que la descubrió o inventó: hercio, newton, julio, pasteurización...
- Predominio del léxico concreto sobre el abstracto: amígdalas, catéter, cloruro sódico...
- Uso de la definición, que servirá para eliminar toda posibilidad de ambigüedad de los términos: El petróleo es un líquido oleoso bituminoso (color oscuro) de origen natural compuesto por diferentes sustancias orgánicas (es una mezcla de hidrocarburos, aunque también suelen contener unos pocos compuestos de azufre y de oxígeno). Es, como el carbón, un combustible fósil.

Caso de estudio
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EL ORIGEN DEL UNIVERSO Y LA FORMACIÓN DEL SISTEMA SOLAR
No podemos, en una obra como la presente, entrar en detalles sobre las distintas hipótesis y teorías formuladas para explicar el origen del Universo, ni mucho menos someter a discusión los pros y contras de cada una de ellas.
Para nuestro propósito, basta considerar que por muchos científicos actuales se admite que el Universo se halla en continua expansión. La noción de un Universo en expansión (es decir que las galaxias que lo forman se van alejando o separando cada vez más) presupone que en su origen el Universo era una esfera condensada de altísimo potencial energético, en cuyo suelo partículas elementales (neutrones, protones y electrones) formaban un gas nuclear con una temperatura de varios miles de millones de grados. La rápida expansión de esta bola gaseosa incandescente se acompañó de una serie de procesos complejos que provocaron la agrupación de las partículas elementales en átomos. A medida que proseguía la expansión, la temperatura fue descendiendo y los átomos de los elementos de un elevado punto de fusión, tales como hierro y silicio, cristalizaron en forma de polvo cósmico, que quedó flotando en el seno de una masa gaseosa formada principalmente por hidrógeno y helio.
Llegó un momento en que esta masa de expansión se fragmentó en masas menores de gas y polvo cósmico que empezaron a girar sobre sí mismas y formaron las galaxias. Con este giro se provocaron turbulencias en el interior de las galaxias que abocaron en la fragmentación de su masa en miles de millones de porciones que dieron las protoestrellas, las que girando a la vez sobre sí mismas se concentraron y con ello se presentaron en su interior una serie de reacciones termonucleares, origen de poderosas reacciones luminosas y calóricas. De esta forma se originó el Sol de nuestro sistema planetario solidificado. Pero la velocidad de enfriamiento fue lo suficientemente lenta para que los elementos más pesados (hierro y níquel, por ejemplo) se concentraran en un núcleo central, quedando envueltos por los más ligeros tales como el silicio y el aluminio, mientras que los más ligeros aún formaron una envoltura gaseosa que era la atmósfera primitiva, la cual tenía una composición muy diferente de la actual, ya que estaba constituida principalmente por metano, amoníaco, hidrógenono y vapor de agua, pero carecía de oxígeno, nitrógeno y anhídrido carbónico, que son los principales componentes de la atmósfera actual de la Tierra.
Vicente Dualde Pérez. Biología. Ed. López Mezquida, Valencia, 1982
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