2. Roma en estado puro: la pintura al fresco y el mosaico

Con frecuencia el término fresco se usa para hablar de muchas formas de pintar sobre la pared, pero el verdadero buon fresco es la técnica que vas a conocer a continuación, que crearon los romanos desde el siglo II a. C. y que volverá a vivir un auténtico momento de esplendor con el Renacimiento.

Frescos de la Villa de los Misterios, Pompeya Detalle de un fresco romano, Villa de Popea, Oplontis

Frescos de la Villa de los Misterios, Pompeya

Imagen de Ismael Alonso en Flickr, Licencia CC

Detalle de un fresco romano, Villa de Popea, Oplontis

Imagen de Pablo Cabezos en Flickr, Liencia CC

La técnica del mosaico era ya conocida desde muy antiguo pero será en la Roma imperial cuando conozca su máximo apogeo: podemos afirmar que no había villa romana que se preciara que no estuviera pavimentada con delicados mosaicos, extendiéndose esta moda por todo el imperio, llegando a decorarse plazas, baños públicos, viviendas y palacios con ricos y bellos mosaicos. Esta técnica continuó en el imperio bizantino conociendo una nueva edad de oro en la decoración de la basílica de Santa Sofía, Estambul. 

 

Mosaico de la Medusa Mosaicos de la villa romana del Casale Mosaicos de Santa Sofía

Mosaico de la Medusa, s. III a. C.

Imagen de Trujinauer en Flickr, Licencia CC

Mosaicos de la villa romana del Casale, s. IV d. C.

Imagen de J. Poggi en Flickr, Licencia CC

Mosaicos de Santa Sofía, s. VII d. C.

Imagen de Luisangel en Flickr, Licencia CC

Conocimiento previo

Detalle de un mosaico romano

Detalle de un mosaico romano

Imagen de A. M. Felicísimo en Flickr, Licencia CC

¿Te resulta familiar esta imagen?

En una unidad anterior has visto un relieve con otro

animal herido que guarda muchas similitudes con este

mosaico romano. ¿Recuerdas de qué relieve se trata?

Este detalle pertenece a un mosaico de una villa romana

conocida como Villa de la Olmeda, en Pedregosa de la Vega, Palencia.