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Catedral de Sevilla. Imagen de Sevilla Congress & Convention Bureau en Flickr Licencia cc |
No será hasta 1403, tras el estado ruinoso en el que quedó el edificio después de un terremoto, cuando el nuevo templo comience a construirse en estilo gótico, tal y como la moda demandaba. La edificación que durará hasta el siglo XVI tenía como propósito construir una iglesia de descomunales dimensiones, de tal forma que incluso querían que aquellos que la viesen terminada los tomasen “por locos”. Quizá fuera una idea un tanto descabellada, ¿no crees? Sobre todo si tenemos en cuenta que Sevilla ya no conservaba la relevancia de los tiempos musulmanes y aún faltaba tiempo para que nadie pudiera imaginarse en lo que se convertiría la ciudad al instituirse en puerto de Indias. Posiblemente fue un poco locura, pero una extraordinaria locura.
De este modo la catedral se convirtió en el edificio más grande de toda la cristiandad por entonces, siendo hoy día tan solo superado por San Pedro del Vaticano y San Pablo de Londres. Se trata de un edificio de 116 metros de longitud y 76 de ancho y con un cimborrio que supera los 40 metros de altura.
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Interior de la Catedral de Sevilla. Imagen de Hacienda la Colorá en Flikr .Licencia cc |
La iglesia se comenzó a realizar por los pies, cambiando el sentido de la orientación del antiguo edificio musulmán, de tal manera que en lo que fue la entrada por el denominado Patio de los Naranjos se encuentra en al lateral norte, mientras que en muro de la quibla se abrieron capillas, coincidiendo la dedicada a la Virgen de la Antigua con en mihrab. Así los pies estaban mirando hacia el oeste y el ábside hacia el este, tal y como debían estar dirigidos según las basílicas cristianas. Consta de cinco naves más capillas laterales ubicadas entre los contrafuertes un transepto que apenas es perceptible en planta. La girola es cuadrada y con capillas. En el interior, sobre las arcadas ojivales de la nave central no aparece un triforio tal y como lo hemos estudiado, pues se plantea un balcón corrido.
En general podemos decir que la catedral es imponente en cuanto a sus dimensiones que los distintos maestros de obra supieron asignarle. Sin embargo, el carecer de un auténtico arquitecto de renombre hizo que el edificio careciera de una auténtica identidad.