La escultura gótica clásica es la del siglo XIII, dominada por un naturalismo idealizado, de formas suaves, estilizadas, dulces y muy hermosas. Las portadas de las catedrales de Chartres y Reims sirven de modelo para el resto de portadas europeas, con esculturas cada vez menos dependientes de los espacios arquitectónicos. La catedral de Chartres tiene una gran presencia de temas marianos, como la Coronación y Asunción de la Virgen, y de la de Reims destaca la figura del Ángel de la Sonrisa, que como las del resto de las jambas, es casi de bulto redondo, y ya no tiene un aspecto hierático ni solemne, sino que con su dulzura y aspecto humano parece que entabla conversación con el visitante y le anima a entrar.
En Alemania el naturalismo se torna expresionismo, pues tanto la alegría como el dolor se exageran notablemente. Destacan las esculturas de la catedral de Bamberg, en especial su Juicio Final y la estatua ecuestre del Caballero de la catedral. Obras cumbres del gótico clásico alemán serán los conjuntos escultóricos de las catedrales de Estrasburgo y Magdeburgo, destacando de esta ultima Las vírgenes necias.
En Italia destaca la familia de los Pisano, que realizan el Púlpito del baptisterio y el de la catedral de Pisa con relieves de la vida de Cristo de gran solemnidad y clasicismo, anticipando varios siglos lo que sería el Renacimiento.
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Virgen Blanca de León Imagen de L.M. Bugallo en Wikimedia. Licencia CC
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En España durante el siglo XIII destacan las portadas de las catedrales de Burgos, León y Toledo, en las que trabajaron varios artistas franceses. De la catedral de Burgos destacan:
- Puerta del Sarmental: en ella trabajaron con casi total seguridad escultores del taller del maestro Beau Dieu de Amiens. En esta portada se representa el tema gótico por excelencia: el Juicio Final, con el Pantocrátor en el tímpano rodado del Tetramorfos, los símbolos de los cuatro evangelistas, los ancianos del Apocalipsis en las arquivoltas, santos y profetas variados en las jambas y las figura del obispo que mandó construir la catedral, Mauricio. Llama la atención los detalles de los instrumentos que portan los ancianos, y aunque las proporciones son mas naturales y correctas que en el románico, aun persisten los rostros severos e inexpresivos tan típicos del románico.
- Puerta de la Coronería, del maestro Enrique, y el claustro, con escenas del Juicio Final, la Anunciación, la Adoración de los Magos y las estatuas de Alfonso X y Doña Violante, magníficos ejemplos de belleza idealizada gótica.
En la catedral del León también se representa el Juicio Final y la Deesis o Pantocrátor y destacando por encima de todas las figuras, la Virgen Blanca del parteluz, también del maestro Enrique, verdadera joya de todo el gótico español y que guarda muchas similitudes con el Ángel de la Sonrisa.
Ya a finales de la centuria se acomete la decoración de la catedral de Toledo, con las más de cien figuras de su Portada del Reloj, y con otra Virgen Blanca de factura parecida a la leonesa.