3.2. Maestros y obras maestras de la pintura gótica

Jean Fouquet. Madonna

Jean Fouquet. Madonna
Imagen en Wikipedia de Dominio público

Aunque resulte difícil establecer unas características generales del arte gótico debido a la diversidad geográfica, a la extensión temporal y la diversidad de estilos, podemos decir que la principal característica de la plástica gótica es su mayor naturalismo en comparación con al arte románico precedente, aunque será un naturalismo idealizado. Aunque tímidamente aun, el arte gótico se acerca a la naturaleza, se abandonan los rígidos convencionalismos románicos y se introducen el paisaje y los temas profanos. Algunos elementos comunes de toda la pintura gótica son:

  •  Importancia del dibujo,  contornos lineales de las figuras.
  • Colores brillantes, irreales, que buscan más simbolizar ideas trascendentes que reflejar los colores reales de los objetos.
  • Luz como símbolo de lo divino, simbolizando la presencia de Dios en la Tierra, luz irreal y sobrenatural.
  • Composiciones rígidas donde predomina la simetría.
  • Incipiente interés por la perspectiva.

Todos estos recursos plásticos se articulan al servicio de la principal finalidad del arte gótico, la didáctica, la de enseñar los pasajes del cristianismo a una población eminentemente analfabeta, acercando a los santos y mártires al mismo plano terrenal de los fieles, mostrando sentimientos y emociones pero sin perder esa elegancia y refinamiento tan típicos del gótico. Existen cuatro etapas en la evolución de la plástica gótica: el gótico lineal o escuela franco-gótica, del siglo XIII; la escuela italiana o del Trecento, siglo XIV; el gótico Internacional, desde finales del siglo XIV hasta la primera mitad del siglo XV; y la Escuela Flamenca, desde la mitad del siglo XV a principios del siglo XVI. 

Los gremios

Van der Weyden. San Lucas dibujando a la Virgen

Van der Weyden. San Lucas dibujando a la Virgen
Imagen en Wikipedia de Dominio público

Durante el gótico y buena parte del renacimiento, la producción artística se organizaba en talleres y gremios, es decir, en estructuras jerarquizadas que establecían la formación de los artistas, considerados artesanos, que implicaba duros años de formación para conseguir formar parte de ese determinado gremio. Si hoy día paseas por una calle llamada Curtidores, Canteros, Yeseros, Platería o Alfarería es porque en esas calles se encontraban instalados esos gremios.   

Los gremios se estructuraban jerárquicamente en un Alcalde y unos Mayorales, Cónsules o Diputados que inspeccionaban los distintos talleres para velar por la calidad de los trabajos y evitar el intrusismo. Los aprendices entraban  a edades tempranas para aprender el oficio al taller, sobre los doce años, y se firmaba un contrato por el que el aprendiz se comprometía a obedecer al maestro y cumplir sus encargos, y el maestro le daba comida, cobijo y velaba por la salud del aprendiz. Los aprendices pasaban unos seis años en el taller, comenzando por las tareas más elementales como preparar colas, moler pigmentos, fabricar pinceles, para pasar paulatinamente a dibujar, componer y pintar obras de pequeño formato o encargos poco importantes. Una vez terminada la formación, los aprendices debían pasar un examen para conseguir el título oficial de maestría en su especialidad, y así poder trabajar de manera independiente.  Era tal la especialización de estos artistas artesanos que por ejemplo, para realizar un retablo, se necesitaban cinco maestros: ensambladores, entalladores y escultores por un lado, y doradores y pintores por otro.

Todo esto del sistema gremial y la maestría tiene su lado positivo y negativo. Dentro de los positivo, hay que destacar la altísima calidad de estas producciones, lo que ha permitido que lleguen hasta nosotros en relativo buen estado de conservación. Pero es cierto que cortaban la creatividad de los artistas y que muchos de ellos se rebelaran contra el férreo sistema gremial defendieran una mejor consideración del artista, como pasó a finales del siglo XV en la Italia renacentista.  Destacó el gremio de pintores dedicado a San Lucas de los Países Bajos, la actual Holanda. 

Gótico lineal, siglo XIII

Capilla de San Martín

Capilla de San Martín
Imagen de A.Fumero en Wikipedia. Licencia CC

Predominio de las líneas del dibujo que delimitan tanto el contorno como los planos de color de las figuras. Es una pintura muy ingenua y sencilla, que busca la fácil comprensión de los temas por parte del espectador. El color aún se aplica sin tener en cuenta la luz, colores brillantes y muy intensos. Destacan las vidrieras y las miniaturas, con escenas enmarcadas en espacios arquitectónicos con abundante empleo del pan de oro. Buenos ejemplos de libros miniados son el Salterio de la reina Blanca de Castilla y San Luis,  y las Cántigas de Santa María de Alfonso X el Sabio, de marcado sabor mudéjar con abundante empleo de decoración geométrica. 

Los mejores ejemplos de pintura mural gótica en España se encuentran en la capilla de San Martín de la catedral vieja de Salamanca, realizados por Antón Sánchez de Segovia. Destaca la representación  del Juicio Final, pintada como si fuera un manuscrito a gran escala. Cabe resaltar también las pinturas murales de San Miguel de Barluenga, y las ya citadas vidrieras de las catedrales de León o Chartres. 

En Italia destacaron dos pintores dentro de lo que se conoce como el Duecento italiano: Cavallini y Cimabue. Ambos combinan los frescos y los mosaicos de clara influencia bizantina con los nuevos aires naturalistas del gótico.

Cimabue fue el pionero en introducir el naturalismo en las figuras del arte gótico, pero su pintura aun se ve muy influenciada por el arte bizantino precedente. Destacan su Majestad del Louvre, los mosaicos del baptisterio de la catedral de Florencia, o los frescos de la basílica de San Francisco de Asís.

Pietro Cavallini destacó sobre todo por sus mosaicos, como los de Santa María en Trestévere y sus frescos del Juicio Final de Santa Cecilia, ambos en Roma.

Cavallini. La Anunciación

Cimabue. La Majestad del Louvre

Cavallini. La Anunciación.
Iglesia de Santa María in Tretévere

Imagen en Wikipedia. Dominio público

Cimabue. La Majestad del Louvre
Imagen en WikipediaDominio público

Siglo XIV, escuela Italo-gótica

Francia deja de ser el foco principal de influencia y ahora le toca el turno a Italia, en donde se desarrolla un estilo con un mayor naturalismo, refinada elegancia y el empleo generalizado del pan de oro para los fondos, las aureolas detrás de las cabezas que indican la divinidad de ese personaje, y los remates de los retablos. Destacarán dos escuelas, la florentina y la sienesa, y Giotto será el mejor artista de toda la centuria. Conocerás más a fondo estas escuelas en la siguiente unidad. 

En España durante el siglo XIV se aprecia una mayor influencia de la escuela florentina en Castilla, mientras que en Aragón se aprecia una mayor influencia de la escuela sienesa. En Aragón destacan pintores como Ferrer Bassa, autor de los frescos de San Miguel de Pedralbes; los hermanos Serra, autores del retablo  de Manresa; y adelantando el estilo internacional hay que citar a Bernat Martorell, quien además de pintor, también diseñó vidrieras y libros miniados como el Libro de las horas. Entre su extensa producción cabe destacar su Retablo de San Jorge y el Retablo de la Transfiguración de la catedral de Barcelona. 

Martorell. San Jorge

Pedro Serra. Detalle del Retablo de Manresa

Martorell. San Jorge
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Pedro Serra. Detalle del Retablo de Manresa
Imagen de J. Renalias en Wikipedia. Licencia CC

Para saber más

La primera pintora famosa de la historia de España

Podemos considerar a Teresa Díez como la primera pintora de la que se tienen datos históricos. En su obra destacan las vidas de santas, así como ciclos enteros dedicados a la figura de María Magdalena. Trabajó a comienzos del siglo XIV en tierras castellanas, sobre todo en Zamora, y fue descubierta por casualidad en 1955 con motivo de unos trabajos de restauración en el Real Monasterio de las Clarisas de Toro. Pincha en este enlace para concocer más sobre esta mujer pionera del arte español. 

Gótico Internacional

En el último tercio del siglo XIV surge un estilo con gran influencia italiana del Trecento que se ha denominado Gótico Internacional, que perdurará hasta la primera mitad del siglo XV. Sus características son:

  • Figuras elegantes y estilizadas donde  predominan las  líneas curvas, con opulentos ropajes que se pliegan denotando un movimiento sinuoso. 
  • Colores muy vivos, brillantes e irreales.
  • Se recupera del arte clásico romano el lenguaje narrativo de los frisos y los retratos, tímidamente introducidos  en las figuras de los donantes de los retablos.
  • Realismo elevado a su máxima expresión, detalles realizados con una técnica minuciosa que representa los cabellos uno a uno, los nervios de las hojas, las variaciones más mínimas de los pétalos de las flores. 

Este estilo comenzó en el norte de Italia, en la región francesa de Borgoña y en Alemania, y pronto se extendió al resto de cortes europeas. Quizá el máximo exponente de esta corriente sea el ya citado Libro de las muy ricas horas, de los hermanos Limbourg, pero también hay que destacar a artistas como los franceses Jean Malouel, Henri Bellechose, Jean Fouquet, que introduce muchos elementos del Expresionismo, y Nicolás Froment; el alemán Stefan Lochner y los italianos Lorenzo Mónaco, Gentile da  Fabriano y Jacobo Bellini. 

Lochner. La Virgen del rosal

Jean Fouquet. Piedad

Lorenzo Mónaco. Virgen con el Niño

Lochner. La Virgen del rosal
Imagen en Wikipedia. Dominio público

Jean Fouquet. Piedad
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Lorenzo Mónaco. Virgen con el Niño
Imagen en Wikipedia. Dominio público

En Castilla, destacan Nicolás Francés, autor del retablo mayor de la catedral de León y de la Iglesia mayor de Tordesillas; Dello Delli es el autor del retablo mayor de la catedral vieja de Salamanca.  La influencia flamenca es innegable en varios autores, destacando Luis Dalmau, discípulo de Van Eyck, cuya obra maestra es La virgen de los Concellers. Jaime Huget tiene influencias de ambas escuelas, la italiana y la flamenca, destacando su Retablo de San Vicente Mártir y su Última Cena. Destacan las figuras monumentales a la manera de Giotto de Bartolomé Bermejo, como su Piedad del Arcediano Desplá. En Castilla destacan Fernando Gallego, gran admirador de la pintura flamenca, como queda patente en su Martirio de Santa Catalina, y Jorge Inglés, que trabaja en la catedral de Salamanca. Quizás el más famoso pintor español de finales del siglo XV fue Pedro Berruguete, pintor oficial de los reyes católicos, autor de los retablos de Santo Tomás de Ávila y San Juan de los Reyes de Toledo, La Virgen de la Leche, y su Auto de fe

Bartolomé Bermejo. Retablo de la Virgen de Montserrat

Pedro Berruguete. La Virgen de la Leche

Bartolomé Bermejo. Retablo de la Virgen de Montserrat
Imagen en Wikipedia de Dominio público

Pedro Berruguete. La Virgen de la Leche
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El estilo internacional cobrará en los Países Bajos un especial protagonismo y derivará en lo que se conoce como Pintura Flamenca, cuyas características principales son el empleo de la pintura al óleo y el amor por los detalles, configurando uno de los estilos más característicos de toda la historia del arte, que conocerás en profundidad un poco más adelante. 

Importante

Con la plástica gótica asistimos a un mayor naturalismo que en Románico aunque perviven todavía muchos convencionalismo formales y una cierta rigidez. Serán sus señas de identidad los colores vivos y brillantes, sin relación con la fuerte luz irreal que ilumina las escenas, y el marcado  contorno de las figuras, así como su finalidad didáctica de contar los temas divinos a una población analfabeta.

Del gótico lineal del siglo XIII se evoluciona a la pintura gótica del Trecento, donde se ensalza la dulzura y el refinamiento en las escuelas de Florencia y Siena. Este estilo derivará en el llamado Gótico Internacional, donde a la estilización formal se le suma la tímida aparición de la perspectiva, para terminar el siglo XV con la pintura flamenca que otorga un protagonismo inusitado a los detalles y que mezcla el temple con la incipiente nueva técnica del óleo. 

Comprueba lo aprendido

Las características de la pintura gótica son una gran presencia del que delimita  los de las figuras, empleo de colores , irreales, con gran carga , y la luz no como generadora de sombras que ayuden a dotar de realismo a las obras, sino una luz que simboliza lo . Las composiciones son , con un gran empleo de la , y hacia el final del siglo XIV se observa una tímida presencia de la . Los artistas eran considerados , se organizaban en ,  y los aprendices  entraban a formarse desde muy en los de los maestros. Tras más de seis años de formación, debían aprobar un duro para convertirse en artesanos de su especialidad. 

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