Azulejo que muestra diferentes gremios. Imagen de Milartino en Wikimedia Commons. Licencia cc |
Tras la crisis sufrida en Europa por el fin del milenio, el ambiente poco a poco comienza cambiar hacia un ciclo menos pesimista y de prosperidad. La economía surge un florecimiento que tendrá sus repercusiones en el plano social y en el cambio de costumbres, pues ese mundo rural que se había potenciado desde la caída del mundo romano y fortalecido por los feudos ahora se ve mermado con el renacimiento de las ciudades. En general podemos advertir varios cambios importantes a partir del siglo XIII.
En el plano político asistimos a la recuperación del poder real, los reyes son capaces ahora de someter a los señores feudales y establecer el dominio sobre un territorio más amplio, creando las bases de futuros Estados.
Las ciudades se convierten en un nuevo núcleo de poder, los burgos. Allí la sociedad estamental también va a sufrir alguna transformación, nada que tenga que ver con los derechos ni privilegios, claro está, sino con la irrupción de un nuevo grupo social que son los habitantes de los burgos, la burguesía. Los burgueses se dedicarán a actividades económicas que se desarrollan en las ciudades como la artesanía y el comercio. Es probable que hayas escuchado hablar alguna vez sobre los gremios que surgen ahora. Se trata de corporaciones de artesanos de un mismo oficio que se asocian para regular normas, precios, etc. Los gremios están compuestos por talleres en los que trabajan el maestro o dueño, los oficiales o trabajadores que realizan su labor a cambio de un sueldo y los aprendices, que se preparaban para instruirse en el oficio.