La ciudad romana estaba rodeada por una muralla y su trazado urbano se establecía con cierta regularidad, en torno a las dos calles principales perpendiculares, el cardo y el decumanus. En el lugar donde estas dos calles se unían se establecía el foro, donde se construían los edificios más importantes: la curia (para las asambleas del Senado), el pletorio, desde donde se gobernaba, etc.
Las tiendas en Roma eran pequeñas, y tenían su actividad en los locales de las casas que daban directamente a la calle. Había calles enteras de tiendas. Las primeras que surgieron vendían sal para condimentar las comidas y conservar la carne. Después fueron tiendas de todo tipo. Un dato curioso es que las primeras panaderías se hicieron esperar, pues la gente elaboraba el pan en su casa. Para pesar pequeños productos se usaban balanzas.
Las monedas llevaban diversos motivos impresos en su superficie: animales, objetos, ramitas, dioses, carros de caballos, monumentos, la efigie del emperador... También podían verse ciertas letras y números. Las monedas más conocidas eran:
- Áureo: de oro.
- Denario: de plata.
- Dupondio: de bronce.
- As: de cobre.
Dependiendo del material con que estaban hechas, así era su valor.