El perystilum, patio romano, se encontraba en la parte interior de la casa. Consistía en un jardín, rodeado de un pórtico (pasillos con columnas). A su alrededor se repartían las estancias principales de la casa. Solía estar decorado con estatuas y plantas, como enredaderas y parras con racimos de uvas, que subían por las columnas.
