1. El período micénico
Los señores de Micenas debieron vivir en chozas o cabañas de madera, puesto que no se han encontrado restos de palacios como en Creta. Las ruinas que se conservan son del final del período micénico, en torno al 1250, poco antes de los años en que se desarrolló la guerra de Troya. En aquella fecha se construyeron las ampliaciones de las murallas y la grandiosa entrada de la Puerta de los Leones. Pasada la puerta, se puede ver el Círculo A de tumbas y un barrio de casas y talleres. Por una amplia escalinata se llega a lo alto de la Acrópolis. Se trata de ciudadelas construidas en lugares elevados, fortificadas, como corresponde a una civilización guerrera. Sí que construían suntuosos enterramientos en los que se han encontrado objetos valiosos, señal de que les preocupaba la vida de ultratumba. Por las tablillas, escritas ya en griego, sabemos que sus dioses eran ya los Olímpicos.
El arte micénico no difiere mucho del cretense, aunque no es tan rico, y probablemente estuvo fuertemente influido por él.
Hacia el 1200 a.n.e. la ciudadela resulta arrasada, sin que se conozcan muy bien las circunstancias. Nunca fue reconstruida.
Micenas
Aquí tienes algunas imágenes de lo que queda de Micenas: