La arcilla
Si hay un material escultórico por excelencia ése es la arcilla, lo que popularmente denominamos como "barro" para la práctica del modelado y para la alfarería. Es además una de las primeras materias que nuestros antepasados aprendieron a manejar para fabricar distintos objetos y piezas de arte. En esta ocasión nos centraremos en el estudio pormenorizado del material en sí y en sus muchas variedades y usos.
La arcilla se forma de manera natural a partir del desgaste de las rocas, sobre todo las compuestas por silicato y feldespato. Es un material de grano fino. Sirva de ejemplo esta extracción de arcilla de una mina de arcilla seca. Esta arcilla se formó en el periodo Cuaternario.
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Imagen de Siim Sepp en Wikimedia. Licencia CC
Al combinarse con agua se convierte en un material maleable, al que se le puede dar forma y luego, se endurece al secar o al ser sometida al calor. Por esas propiedades, la arcilla es ampliamente utilizada para realizar objetos cerámicos. La arcilla es uno de los materiales más utilizados por el hombre. Se usa desde la Prehistoria y hasta la actialidad, bien como material para recipientes o en la construcción en forma de adobe (sin cocer mezclada con paja y secada al sol) o de ladrillo. La cuenca del Guadalquivir es un territorio muy arcilloso, siempre ha producido industrias relacionadas con la manufactura de la arcilla.
Clases de arcilla
Hay diferentes formas de clasificar la arcilla. A continuación te presentamos algunas de ellas:
Según su formación: primarias y secundarias
Las arcillas primarias son las que se encuentran en el mismo lugar donde se han formado, como el caolín, o arcillas que apenas tienen uso.
Las arcillas secundarias son las que se formaron por la sedimentación del material arrastrado a lo largo del tiempo, en lugares a veces muy lejanos al de procedencia de la materia transportada. Suelen ser las que utilizan los ceramistas y escultores. Existe gran variedad de ellas, con diferentes colores y ductibilidad.
Según su utilización: arcillas de alfarería y arcillas para loza
Las que usa el alfarero tienen un color rojizo o tendiendo al amarillo, es porosa, y se conocen como terracota o arcilla de alfarería.
Las tres más utilizadas para loza son: la loza en sí misma, el gres y la porcelana.
La arcilla según su plasticidad y pureza
Cuando utilizamos la arcilla, casi nunca lo hacemos en el estado puro tal y como se encuentra en la naturaleza, sino que va mezclada con otras o con alguna carga como tierra, arena o chamota (cerámica triturada y convertida en polvo).
Imagen de Rafael Edwards en Flickr. Licencia CC
¿Qué es la chamota? En la foto vemos un proceso de fabricación de chamota primitivo. El alfarero está moliendo ladrillos con una piedra de moler sobre un yunque metálico. La chamota es polvo de ladrillo que se vuelve a mezclar con agua y produce una arcilla refractaria, o sea, mucho más resistente al calor. También se usa como carga para arcillas demasiado grasas.
Cuando una arcilla tiene un aspecto brillante es que es una arcilla grasa, y decimos que es muy plástica; por el contrario, las arcillas poco grasas son menos brillantes, y les faltan plasticidad. A las primeras se les añaden chamota para hacerlas menos grasas, las segundas se mezclan con otras arcillas más grasas para que alcancen un punto adecuado para el trabajo al que se destinan. Distinguimos tres tipso de arcillas con distintos usos en el campo de la cerámica: Terracotas, gres y porcelanas.