1.1. La evolución de la tasa de natalidad
La evolución de la Tasa de natalidad a lo largo de la Historia.
La Tasa de natalidad es la relación que existe entre el número de nacimientos que hay en un país (o territorio) a lo largo de un año y el número de personas que viven en ese país. Se la denomina concretamente Tasa bruta de natalidad, porque tiene en cuenta al total de población y no establece diferencias entre las diferentes partes que la componen.
Normalmente, la Tasa de natalidad se expresa en tantos por mil. Es decir, se trata de saber por cada mil habitantes que hay en un lugar, cuántos niños nacen en un año. Así, una tasa del 18 por mil quiere decir que por cada mil personas que hay en ese país, nacen 18 niños en un año.
La Tasa de natalidad es un valor que ha cambiado con mucha frecuencia a lo largo de la Historia. Se calcula que hasta hace dos siglos la natalidad en España superaba el valor del 40 por mil. Esta es una cifra altísima, que solo se puede explicar por el hecho de que la población vivía en lo que se denomina un régimen de fertilidad natural. Es decir, que no se utilizaban los métodos anticonceptivos y que las relaciones sexuales conllevaban por regla general, el embarazo de las mujeres y consecuentemente el nacimiento de los hijos.
La situación empezó a cambiar a partir del siglo XIX. Una serie de crisis (guerras, hambres, epidemias, etc.) hicieron que las condiciones existentes se modificasen, y ello propició también, muy probablemente, el descenso de la natalidad. En aquella época los métodos anticonceptivos prácticamente tampoco se utilizaban (aunque comenzaron a difundirse a finales de siglo entre las clases más altas de la sociedad y en las regiones más ricas y cultas), pero la respuesta de la población ante las crisis era la de retrasar la edad de matrimonio para así tener menos hijos.
Se estima que a finales del siglo XIX, la natalidad debía rondar el 35 por mil, y aunque era un valor en descenso, todavía continuaba siendo muy alta.
Pero desde comienzos del siglo XX, la caída fue cada vez mayor. Hacia 1930 ya era de menos del 30 por mil, y a mediados de siglo ya solo era del 20 por mil. Curiosamente se experimentó un ligero crecimiento en la década de los años sesenta y aún a comienzos de los setenta. La mejora de las condiciones de vida, y la política natalista del gobierno franquista, fomentaron este aumento de los nacimientos.
Pero desde mediados de los setenta la natalidad bajó espectacularmente en España. En 1975 todavía se alcanzaban valores cercanos al 20 por mil, a partir de ese momento se produjo una caída impresionante de las tasas, hasta el punto de que en 1998 se registró el mínimo histórico de 9.19 por mil.
Desde ese momento, y durante la década siguiente, los nacimientos se recuperaron. La inmigración que experimentaba España en ese período coadyuvó al crecimiento de la natalidad y así, en 2008, el valor se había elevado hasta 11.37. En los últimos años ha vuelto a caer, y aunque no disponemos de estadísticas totalmente actualizadas, probablemente hoy supera por poco el valor diez por mil. En cualquier caso, todavía por encima del mínimo histórico de hace unos quince años.
![]() |
La gráfica de la evolución de la natalidad en España muestra la caida progresiva de este valor durante casi todo el período, excepto en la década de 1999-2009, donde la natalidad se eleva como consecuencia del comportamiento de las mujeres extranjeras que son muy numerosas. |

Objetivos
¿Cuáles son las españolas que tienen más y cuáles las que tienen menos hijos?
El estudio de la Tasa de natalidad por Comunidades y por provincias revela datos muy significativos. La natalidad no se distribuye aleatoriamente por el territorio, más bien al contrario parece responder a unas causas bastante claras que la explican.
Así por ejemplo, las mayores tasas del país, superiores al 15 por mil, se dan en las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla. La presencia de una abundante población de origen marroquí favorece un número de nacimientos bastante más elevado que en el resto del país.
Le siguen en cuanto a número otras como Murcia o Andalucía, que superan el 11 por mil. En este caso se une a la presencia de un número elevado de inmigrantes, la relativa juventud de la población, y quizás también la presencia un tanto marginal, de bolsas de población que vive en la pobreza. En ellas las condiciones socio económicas y culturales hacen que el empleo de medios anticonceptivos no sea tan habitual como en territorios más avanzados y desarrollados.
A continuación se sitúan las regiones más ricas y que más inmigración reciben. Es el caso de Cataluña, Madrid o las Islas Baleares, por ejemplo. Todas ellas rondan el valor del 11 por mil, aunque en el caso catalán hay apreciables diferencias entre las provincias con mayor inmigración (y por tanto más natalidad) y con menos inmigración, y en consecuencia una natalidad más baja.
Las Comunidades que poseen una Tasa de natalidad más baja son Asturias, con poco más de un 7 por mil, y Castilla-León y Galicia con valores que superan por poco el 8 por mil. La causa de esta baja natalidad no es solo un mayor control de los nacimientos o la influencia de las crisis económicas, aunque todo esto haya podido desempeñar también un cierto papel. La causa principal es sin duda el envejecimiento de su población, lo que hace que haya menos jóvenes para reproducirse y, en consecuencia, disminuyan los nacimientos.
Entre las de tipo medio se encuentran el resto:Valencia, País Vasco, Castilla la Mancha, Aragón, etc. En ellas se mezclan diferentes cuestiones para explicar el porqué no sobresalen en uno u otro sentido y se acercan, por tanto, a la Tasa de natalidad media en España que en el año 2010 se situaba en torno al 10.5 por mil.
![]() |
Distribución de la Tasa Bruta de Natalidad por Comunidades Autónomas en el año 2012. Observerse las diferencias entre unas y otras.
|

Pre-conocimiento
Otros indicadores de la natalidad.
La Tasa bruta de natalidad es sin duda el valor más importante para analizar los nacimientos en un territorio, pero no es el único. Es necesario tener en cuenta otra serie de parámetros que también son importantes para comprender cómo evoluciona la natalidad en un país.
En concreto hay que analizar otros índices como son la Tasa de fecundidad y de fertilidad, el índice sintético de fecundidad o, lo que viene a ser lo mismo, el número de hijos por mujer.
La demografía es una ciencia bastante compleja que utiliza un gran número de tasas e índices para analizar el comportamiento de las poblaciones. Nos centraremos en dos de las cuestiones anteriores.
La Tasa de fecundidad hace referencia al número de hijos que tienen las mujeres que están en edad fértil. Se considera edad fértil a todas aquellas mujeres que tienen entre 15 y 49 años. Es un valor que es más preciso que la natalidad, ya que esta se refiere al conjunto total de la población, y no solo a las mujeres que tienen en un momento determinado la capacidad de procrear. La Tasa de fecundidad tiene también otros tipos de índices que estudian por ejemplo el número de niñas que nacen de esas mujeres, etc., pero no descenderemos a unos niveles tan detallados de análisis.
Más importante sin duda es el denominado Índice sintético de fecundidad, que ofrece información sobre el número medio de hijos que tienen las mujeres de un país, una vez que ha finalizado el ciclo completo de su vida fértil.
Es un índice muy interesante, ya que permite saber si el nivel de reemplazo generacional de una población es el adecuado o si esa población está en regresión. Se considera que, para que una población no acabe retrocediendo en cuanto al número total de sus habitantes, es necesario que el índice de reemplazo sea como mínimo el de 2.1 hijos por mujer.
En España este índice ha evolucionado de forma muy significativa. En 1925, una mujer tenía por término medio cuatro hijos. Sin embargo, en 1940 la proporción había bajado a solo 2.8. Todavía era alta, pero se había producido una caída muy importante básicamente a consecuencia de la crisis económica de los años treinta y de la Guerra Civil.
Sin embargo, hasta 1975 el valor se siguió manteniendo muy alto. En esa fecha se consideraba que el índice sintético de fecundidad era de 2.9, uno de los más elevados de Europa. Pero a partir de ese momento se produjo la caída radical del mismo. En 1998 llegó a su mínimo histórico, solo 1.1 hijo por mujer. Es evidente que en esa época la población española tenía un carácter claramente regresivo si seguía manteniendo unas tasas tan bajas.
La ya comentada llegada de mujeres inmigrantes cambió de manera significativa ese comportamiento, y elevó el valor hasta los casi 1.5 hijos por mujer que se alcanzaron en 2008. En la actualidad el número de hijos se está reduciendo de nuevo y en 2010 era ya solo del 1.38, aunque entre las españolas el dato era de 1.32, mientras que las inmigrantes aún mantenían un relativamente elevado 1.64.
![]() |
En esta gráfica podemos comprobar la enorme caída del índice sintético de fecundidad entre 1975 y 2006. Tras una ligera recuperación, en la actualidad sigue de nuevo cayendo. |

Actividad de Espacios en Blanco
La influencia de las políticas estatales y de la mentalidad religiosa en la natalidad.
El número de hijos que tienen las parejas no está en sin embargo totalmente condicionado por el deseo de tener una prole más o menos numerosa. En realidad, la incidencia de factores externos sobre la natalidad es muy grande, así, tanto la política demográfica que siga un Estado, como la influencia que la mentalidad religiosa tenga sobre las personas del mismo, repercute en gran medida en el tamaño de las familias y, consecuentemente, en la natalidad.
El caso de la España franquista es uno de los ejemplos más evidentes. Franco se propuso hacer de España una "potencia" demográfica, y para ello fomentó la natalidad a gran escala. Las ayudas para los trabajadores con muchos hijos, la prohibición de los medios anticonceptivos, las ventajas para las familias numerosas..., fueron un intento con cierto éxito de incrementar el número de habitantes de España.
En esta tarea también desempeñó un papel significativo la mentalidad de aquella época. La religión, y más concretamente, la Iglesia católica, tenía un gran poder en la España de entonces. Su influencia se dejaba sentir también en este campo, y la prohibición de los métodos anticonceptivos por parte de la Iglesia tenía también una gran importancia en la forma de pensar de nuestros padres y abuelos.
Eso explica en buena parte por qué durante los casi cuarenta años de dictadura franquista la población española creció a un ritmo mucho mayor que la europea, aunque las condiciones de vida no fueran tan buenas (o quizás precisamente por eso) como lo eran en la mayor parte del continente.
Pero tras la muerte de Franco, la política demográfica del Estado español cambió. La Iglesia perdió preponderancia en la sociedad y su influencia disminuyó. Los nuevos gobiernos españoles legalizaron los métodos anticonceptivos y congelaron las ayudas a las familias numerosas. Esto, unido a la importante crisis económica que estalló a mediados de los años setenta, provocó que la natalidad cayera de una forma muy acusada.
De hecho, a mediados de los años noventa, el número de nacimientos que se registró en España era casi la mitad de los que habían tenido lugar treinta años antes.
La película "La gran familia" (1962) es un ejemplo típico del ideal de familia numerosa de la época franquista.
Publicado por IsobelRivers en You Tube.
|

Pre-conocimiento
Ya no queremos tantos hijos. El cambio de tendencia en la natalidad a partir de finales de la década de los años setenta.
Analizar los motivos por los que en tan poco tiempo la Tasa de natalidad cayó en España de una manera tan acusada es complicado. Fueron muchos factores los que influyeron en ese hecho, que solo es explicable desde la comprensión de una serie de circunstancias que coincidieron todas ellas en el tiempo.
Anteriormente mencionábamos el cambio de la política en cuestiones demográficas de los gobiernos españoles. También lo hicimos con la menor influencia ideológica que desempeñó la Iglesia tras la muerte de Franco. Pero hubo otros hechos que coadyuvaron a que ese proceso tuviera tanta importancia.
Sin duda, la crisis económica de mediados de los setenta fue también un hecho clave para comprender la caída de la natalidad. Pero aunque evidentemente esto tuvo gran importancia, el papel tan preponderante que se le ha concedido a la misma quizás sea excesivo en relación al que tuvo realmente.
El cambio de mentalidad, sobre todo en las mujeres, fue mucho mayor que la simple laicización de la sociedad. La incorporación de la mujer al trabajo, muy escasa hasta entonces, ya que cuando contraían matrimonio, muchas de ellas cesaban en su actividad laboral para dedicarse exclusivamente a cuidar a los hijos, fue quizás más decisivo.
El aumento del nivel de vida de la sociedad española estuvo claramente relacionado con el hecho de que las parejas trabajaban fuera del hogar. De esa manera se incrementaban notoriamente los ingresos, que en algunos casos llegaban a duplicarse.
Trabajo fuera de casa implica menos tiempo también para dedicarle a las tareas domésticas y familiares. En España, la tradición machista era (y en muchas ocasiones desgraciadamente lo sigue siendo) muy grande, y eso tenía como consecuencia el que fuera la mujer la que llevara en su mayor medida el peso del cuidado y crianza de los niños.
Al no disponer de apenas tiempo para esto, muchas mujeres decidieron renunciar a tener un gran número de hijos dado que apenas si podían después dedicarles el tiempo que precisarían para atenderlos adecuadamente. Las guarderías y comedores escolares han intentado paliar de alguna forma esta carencia, pero todavía en la actualidad, nuestro país no tienen excesivamente bien desarrollado un sistema de asistencia social en este sentido. Sin duda se han experimentado mejoras en los últimos tiempos, con una serie de ayudas estatales y con una mayor satisfacción de estas necesidades. Pero aún así, actualmente, España dista todavía bastante de tener unas condiciones óptimas que faciliten la crianza de los hijos y que, en consecuencia, favorezcan el crecimiento de la natalidad.
![]() |
Desde finales de los años setenta, la natalidad se ha reducido considerablemente en España.
Publicado por Gabelula en Flickr bajo licencia Creative Commons.
|

Pre-conocimiento
El control de la natalidad en España.
Aunque parezca que no tienen tanta antigüedad, los medios anticonceptivos comenzaron a utilizarse de forma habitual desde mediados del siglo XIX, cuando se inventaron los primeros preservativos de látex.
España, sin embargo, tardó bastante tiempo en adoptar el nuevo invento. Solo en zonas próximas a otros países europeos y con un mayor nivel económico y cultural, como fue el caso de Cataluña, se empleó de forma bastante restringida esta forma de regular la natalidad, desde finales del siglo XIX.
Nuestro país, fue bastante reacio a poner límites a los nacimientos utilizando métodos que permitieran reducir la natalidad. Aunque los preservativos fueron ganando poco a poco popularidad, la prohibición de su venta durante muchas décadas, impidió que el control de la natalidad se hiciera efectivo.
A principios de los años sesenta del siglo XX apareció un nuevo método destinado a revolucionar el control de la natalidad: la píldora anticonceptiva. Sin embargo, las contraindicaciones que su utilización conllevaba, hicieron que muchas mujeres no las emplearan en la misma medida que las del resto de Europa o Norteamérica.
Tuvo que ser a partir de finales de la década de los años setenta, cuando tras su despenalización por el parlamento español a finales de 1977, el empleo de los anticonceptivos se utilizara de forma masiva en nuestro país.
Hoy es frecuente su venta en prácticamente cualquier lugar público, y no solo en las farmacias como era preceptivo por ley. También se han ido desarrollando nuevos métodos que han hecho cada vez más perfecto el control de la natalidad.
La consecuencia de este proceso es la que ya conocemos. La natalidad ha descendido de forma acusada en las últimas tres décadas y hoy día tenemos una de las tasas más bajas que hay en Europa y casi en el mundo.
En este breve reportaje puedes obtener más información sobre la utilización de los métodos anticonceptivos en España. |

Reflexión
Una de las formas más polémicas de control de la natalidad es la legalización del aborto. Se trata de un tema que siempre despierta opiniones muy encontradas entre detractores y defensores.
En este caso te pedimos que elabores un breve texto en el que expongas cuál es tu postura ante esta cuestión. Debes comentar los pros y los contras que ves en el empleo del mismo y también te pedimos que te posiciones de una manera objetiva y reflexiva en función de tu ideología o de tu forma de pensar sobre ese método de control de la natalidad.